A propósito de Elly

Iniciado por reporter, 20 de Mayo de 2010, 04:15:05 PM

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A propósito de Elly


SINOPSIS: Tras pasar muchos años en Alemania, Ahmad regresa a su Irán natal para unas vacaciones. Los amigos de sus días como estudiante organizan una excursión de tres días al Mar Caspio. Una de ellos, la juerguista Sepideh, ha invitado a una joven llamada Elly, quien es profesora en la guardería de su hija. Ahmad acaba de salir de un matrimonio infeliz y ahora está divorciado de su esposa alemana. Le gustaría empezar una nueva vida con una mujer iraní. Sus amigos lo saben y gradualmente se van dando cuenta de que esta es la razón por la que Sepideh ha invitado a su amiga Elly.

CRÍTICA: El legado de Elly

Tras haber vivido durante uno años en Alemania y haber pasado por un doloroso divorcio, Ahmad vuelve a su Irán natal con ganas de reconstruir su vida. Allí le esperan algunos amigos suyos y antiguos compañeros de universidad que han organizado una estancia de tres días en una casa a orillas del mar Caspio para celebrar el feliz reencuentro. Sepideh, una de las integrantes del grupo, ha decidido invitar por su cuenta a Elly, la maestra de su hija. Se trata de una joven atractiva que esconde algún que otro pasaje turbio de su vida, y que a la vez marcará el devenir de la celebración.

No pasa el cine iraní por el mejor de sus momentos. Al reciente anuncio por parte de Teherán del endurecimiento en la censura hacia su propia industria (que contempla severos castigos para los cineastas que osen exportar sus obras al extranjero sin el debido permiso gubernamental... ¿alguien dijo hermetismo?), hay que sumarle el dramático encarcelamiento de Jafar Panahi. El reputado director hace meses que se las tiene con la "justicia" de su país y por ello le ha sido imposible ejercer como miembro del jurado de la 63ª edición del Festival de Cine de Cannes. Un certamen que por cierto ha vivido momentos emotivos extremos, al ver que dicho caso no sólo no mejora, sino que parece agravarse cada día más, sobretodo después de la dramática decisión de Panahi de empezar una huelga de hambre como medida desesperada de protesta.

Así está el patio. Además, viendo los últimos movimientos de la administración de Mahmud Ahmadineyad, son tan remotas las probabilidades de cambio en la dinámica que a partir de ahora parece que tendremos que dar gracias al cielo (sin especificar el nombre del de arriba, no sea que ofendamos sensibilidades integristas) cada vez que llegue a nuestras salas una cinta provinente de tierras persas. Es el caso del nuevo trabajo de Asghar Farhadi, 'A propósito de Elly', que en algún tramo tienta a su propia suerte haciendo mención pasajera a temas tan peliagudos (siempre desde la óptica de doctrina impuesta desde las altas esferas del poder político de la república islámica) como la democracia o el papel de la mujer en la sociedad.

No  obstante, que quede claro que en los planes de Farhadi no entra el hacer un filme comprometido o de denuncia, sino más bien hacer cine de género. Eso se ve en la manera de tratar los puntos citados, en los que el director y guionista se "limita" a dejar constancia de ellos, dejando que sea el espectador el que saque sus propias conclusiones y decida él mismo qué posicionamiento va a tomar al respecto. Esta sabiduría y elegancia a la hora de meterse en tales berenjenales será a posteriori un punto clave para entender por qué le han caído tantos premios a la película (incluyendo el Oso de Plata a la Mejor Dirección en la Berlinale '09).

Pero quizás la principal razón es que 'A propósito de Elly', a lo largo de sus dos horas (y en las dos mitades en las que está dividida la historia), funciona como un reloj suizo. El primer tramo destila un costumbrismo que por su vitalidad y fluidez en la narración, se hace -contra todo pronóstico- muy digerible. Hay que agradecer a Farhadi que haga la presentación de los personajes y la situación de una forma tan llevadera y al mismo tiempo natural. La excelente planificación de las escenas (con algunos planos secuencia exquisitos, gracias a los cuales se elimina el factor intrusivo de la cámara), la belleza de ciertas imágenes y la buena labor de todos los actores crean un muy buen realismo que en ningún momento necesita servirse de ningún tipo de artificio (por ejemplo, la banda sonora sólo aparece en los títulos de crédito finales) para captar la atención de la audiencia.

Una vez puestas las fichas sobre el tablero, la historia da un giro ciento ochenta grados. Se trata de un trágico suceso en la playa, que aparte de suponer una lección magistral sobre cómo alargar el sentimiento de angustia, va a marcar un antes y un después en la vida de los personajes. Y es que lo que podría llegar a ser una comedia de enredos amorosos se convierte en cuestión de segundos en un drama puro y duro con regusto a thriller. Si al principio convencía la descripción del grupo y sus hábitos en circunstancias festivas, mucho más lo hace el modo de tratar su reacción y evolución ante la adversidad.

Los tonos cromáticos cálidos van dejando paso a la frialdad de un azul que lo inundará todo, ahogando a nuestros desdichados protagonistas en un mar de dudas, conflictos y nervios que dinamitará la calma en la que parecía afincado el grupo de amigos. La problemática causada por la repentina desaparición de una persona abrirá algo parecido a una investigación policial extra-oficial, que en realidad servirá para que todo el mundo se quite la máscara... y ya no se mire al espejo de la misma manera. Un proceso de desnudamiento cargado de tensión, y administrado con la suficiente inteligencia para permitir al público meterse de lleno en los diversos dilemas morales planteados a lo largo del proceso para hallar la verdad. Es en definitiva un conjunto solidísimo, que no decae nunca y que casi siempre mantiene el rumbo con firmeza. Es también la razón de que estemos esperando ya con muchas ganas un nuevo trabajo de Asghar Farhadi. Esto último será si Mahmud quiere...

Nota: 6,8 / 10
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