Moneyball: Rompiendo las reglas

Iniciado por JaviGAurre, 27 de Enero de 2012, 10:00:14 AM

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JaviGAurre


Sinopsis:
Basada en la historia real de Billy Beane (Brad Pitt), una prometedora estrella del béisbol que, incitado por el fracaso de no haber demostrado en el campo todo lo que se esperaba de él, enfocó toda su naturaleza competitiva hacia el área de la dirección de equipos. Al comienzo de la temporada 2002, Billy se enfrenta a una situación deprimente: su modesto equipo, los Oakland Athletics, ha perdido, una vez más, a sus mejores jugadores a manos de los clubes grandes -y sus contratos millonarios- y encima tiene que reconstruirlo con sólo un tercio del presupuesto. Decidido a ganar, Billy se enfrenta al sistema desafiando a los más grandes de este deporte. Busca opciones fuera del mundo del béisbol y topa con las teorías innovadoras de Bill James1. Es entonces cuando se decide a contratar a Peter Brand (Jonah Hill), un economista de Yale, inteligente y con talento para los números. Juntos se enfrentan a las teorías establecidas para medir la actividad en el juego y las reexaminan apoyándose en el análisis estadístico por ordenador, hasta entonces despreciado por la clase dirigente del béisbol. Llegan a conclusiones que desafían la imaginación y van a por jugadores descartados por los demás por raros, mayores, lesionados o problemáticos, pero con habilidades claves poco valoradas. A medida que Billy y Peter avanzan, sus nuevos métodos y su lista de "inútiles" irritan a la vieja guardia, a los medios de comunicación, a los forofos y al propio director de campo (Philip Seymour Hoffman) que se niega a cooperar. Finalmente, el experimento no solo cambiará la forma de jugar, sino que también aportará a Billy una nueva comprensión que trasciende del juego y que lo hará avanzar en el terreno personal.

Crítica:
El cine deportivo siempre se ha caracterizado por tener un esquema bastante preestablecido. Equipo de mala muerte de un deporte en particular consigue hacer una temporada impresionante a base de tesón y honradez. Aunque algo así esté pasando en nuestro fútbol en estos momentos, este tipo de historias en el cine no dejan de ser tópicas. En ese sentido, esta plantilla para escribir guiones la han aprovechado Steven Zaillian y Aaron Sorkin para escribir el guión de 'Moneyball'.

Teniendo en cuenta la sinopsis de la película y el esquema de cine deportivo del que hablo, 'Moneyball' parece a priori un producto de lo más prescindible. Nada más lejos de la realidad, ya que Zaillian y Sorkin son poco menos que cronistas de la historia reciente americana y aprovechan ese don para dotar a este producto de una calidad impropia en films similares, ya que se olvidan de clichés y tópicos propios de los que encontraríamos en un guión escrito con la plantilla de la que hablaba.

Alguien decía que 'Moneyball' es una película de béisbol como 'La Red Social' es una película sobre Facebook: en el sentido en que no lo son. Efectivamente, esto es así, siendo esta su mayor virtud, y no está hecha al azar esta comparación, ya que Sorkin firmó el guión de la magnífica cinta de Fincher y se nota su escritura en el guión de la película que nos ocupa. Sin embargo, Miller no es Fincher y, por lo tanto, 'Moneyball' no es ni la sombra de lo que es 'La Red Social' técnicamente hablando. No estoy diciendo con esto que Bennett Miller sea un mal director, pero, sencillamente, no es tan bueno como David Fincher, y eso se nota en el resultado final de la cinta.

Encontramos en 'Moneyball' unas actuaciones impecables por parte de Brad Pitt, Jonah Hill y un testimonial Philip Seymour Hoffman. También encontramos cierto paralelismo con la citada película de Fincher en su banda sonora, que, pese a no estar firmada por Atticus Ross ni Trent Reznor, en ocasiones nos parece que estemos escuchando las mismas melodías que escuchábamos en la película sobre Facebook. Una dirección fotográfica más que aceptable a cargo de Wally Pfister nos termina de dar un film que, lejos de ser una maravilla, si que es bastante aceptable e interesante.

Frase memorable: Es un problema pensar que tenemos que explicarnos.

LO MEJOR: Las interpretaciones de Brad Pitt y Jonah Hill junto a un muy sólido pero desaprovechado Philip Seymour Hoffman.

LO PEOR: No está dirigida por David Fincher.

NOTA: 7,0/10

princesadelguisante

Película normalilla que cuenta con un gran Brad Pitt, que para mí está mucho mejor que Clooney en "Los Descendientes" (además de confirmarse que físicamente cada vez se parece más a Robert Redford).

En mi opinión le sobra la mitad de tiempo en cuanto a la aplicación de la técnica matemática al equipo para que triunfara. Ya sé que las cosas llevan su tiempo, pero lo vi súper repetitivo. Y Hill tampoco me parece que mostrara un registro profundo o trabajado. Sí me gustó la relación de Pitt y su hija.

Creo que la comparación que se hace a nivel guión con lo de "La red social" (no me refiero a JaviGAurre, pues él ha tomado esa frase de otro lado :guiñar ) es francamente desproporcionada. Ya quisiera este guión parecerse al de "La red social" en la suela del zapato.


Un 6.
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Josemi19

La he visto esta noche y me ha gustado. Me parece una buena película que cuenta con un gran Brad Pitt y una historia que termina enganchándote y que para nada se te hace corta. Respecto a lo negativo ya diría que Jonah Hill no es para tanto (desde mi humilde opinión), Seymour Hoffman tiene muy poco protagonismo (menos del que se merece) y que el adorable personaje de la hija de Pitt aparezca muy poco. Lo que más me sorprendió es que el guión se alejara de los típicos patrones emocionales entre padre e hija que siempre son los mismos: relaciones distanciadas y explicación del origen de ese distanciamente; en 'Moneyball' no pasa.

Un 7,5.
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Banacafalata

#3
Moneyball, rompiendo las reglas


El miedo al cambio

Los Oakland Athletics acabaron la temporada 2001 por todo lo alto, aunque no pudieron conseguir el trofeo de ganadores, demostraron que pese a su modestia podían hacer mucho más de lo que mayoría pensaban que harían. El problema llegó cuando al terminar la temporada las estrellas del equipo se fugaron a otros equipos más grandes y dejaron a los Athletics, uno de los equipos con el presupuesto más bajo de la liga de beisbol norteamericana con la necesidad de recomponer todo el equipo apenas sin dinero. Parecía que salvo que un milagro ocurriese los Oakland Athletics no iban a encontrar la forma de crear un equipo medianamente decente, pero mientras que se buscaba la forma de contratar jugadores sin salirse del presupuesto y poder hacer un equipo capaz de ser mínimamente competitivo, el milagro ocurrió cuando Billy Beane, el manager general del equipo conoció a Peter Brand un recién licenciado en económicas que descubre un agujero en el mundo de beisbol y aplicando una fórmula matemática es capaz de descubrir quienes son los jugadores infravalorados y que su calidad está muy por debajo de su precio. Beane y Brand unirán fuerzas para intentar no sólo crear un gran equipo con poco dinero, si no dar la vuelta a un negocio entero.

Son lógicas la comparaciones con La Red Social de Fincher, no sólo por que el guión lo escriba Aaron Sorkin, esta vez junto a Steve Zaillian (que curiosamente ha adaptado Millennium para Fincher), si no por el proceso de creación de un sistema nuevo y revolucionario en cada uno de sus campos y sobre todo el hecho de que ambas películas se sientan bastante modernas, pero ahí deben acabar las comparativas entre las dos. Quizá lo más revolucionario y nuevo que tiene la película es un tratamiento menos pasional de lo habitual al deporte de lo que siempre le ha unido al cine, no sólo al beisbol, el cual llevamos tratando de entender toda la vida con la ayuda del cine (sin obtener resultados demasiado positivos, porque aún seguimos sin acabar de entender el dichoso juego) desde la maravillosa El Orgullo de los Yanquis a la empalagosa Campo de Sueños, son muchas las que han tratado el beisbol en el cine, pero Moneyball consigue alejarse bastante de cualquier otra película deportiva. La clave para conseguir esto es la eliminación de cualquier historia de auto-superación a las que se suelen vincular y la poca trascendencia que se le da a las historias personales dentro de la película, del único que conocemos algo más allá de su vida profesional es de su protagonista, del cual se narran con unos escuetos flashbacks la que fue su trayectoria como jugador, así como también vemos en el presente una estrecha pero no abusiva relación con una hija, producto de un matrimonio roto.


Estos pequeños datos que nos dejan de Billy Beane, son claves a la hora de definir a un personaje que anda a medio camino entre el entrenador Taylor de Kyle Chandler en Friday Night Lights y el Jerry Maguire de Tom Cruise pero que al contrario que aquellos es incapaz de convivir con la derrota y vive marcado por culpa de un error que cometieron sobre él, alguien que siempre ha querido ganar y lo ha tratado por todos los medios que ha tenido en su mano, pero que no puede evitar vivir con miedo aferrado a un pasado que le hace sentirse fracasado, tiene tanto pánico a la mala suerte que es incapaz de ver un partido de su equipo, y por supuesto pese a una prefabricada fortaleza de seguridad existe alguien que es incapaz de escapar de su cómoda estabilidad. Billy Beane es el protagonista absoluto de la película y posiblemente la película no hubiera funcionado igual de bien si no fuera por la portentosa y pasional interpretación que nos brinda un Brad Pitt que confirma estar en el mejor momento de su carrera, pero pese a que sea éste el centro de la historia, nunca deja que la película se desvíe de esa historia de oficinas que tan bien ha retratado siempre Sorkin en sus series de televisión.

Dónde quizá más falle la película es a la hora de abandonar por completo a alguno de los secundarios así los personajes de Jonah Hill y especialmente el de Phillip Seymour Hoffman pese a ser los únicos personajes que realmente reciben algo de peso en la trama se sienten bastante desaprovechados. El primero pese a la importancia que debería tener su personaje en la historia central parece en ocasiones relegado a ser simplemente el secundario graciosillo de turno, mientras que Hoffman que debería ser el contrapunto emocional al tratamiento de beisbol por parte de Billy Beane, resulta un personaje insulso, sin carisma y con una nula aportación a la trama.  Son realmente estos los únicos peros a una película que como ya ocurría en La Red Social sirve bastante como ejemplo de lo que es la América de la primera década del siglo XXI, reflejada a través de un deporte que es el que cien años después sigue moviendo a una sociedad estadounidense aterrada frente a los cambios. Es cierto que el ambientarla en un deporte tan poco conocido fuera de Estados Unidos y algunos países latinoamericanos nos puede llevar un poco a perdernos entre tecnicismos del beisbol, pero esto no hace en absoluto que el espectador se pierda en ellos, la película opta por acercarse al deporte de una forma distante, tirando de imágenes de archivo para seguir marcando esa distancia en lugar de usar recreaciones y funcionando al fin y al cabo como un gran macguffin a través del cual se desarrolla toda la película. Tras Capote, Bennett Miller demuestra ser un director camaleónico, capaz de exprimir al máximo a sus actores y confirma que es uno de los autores norteamericanos a los que más habrá que considerar durante los próximos años.
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Wanchope

Cita de: princesadelguisante en 27 de Enero de 2012, 05:25:03 PM
Película normalilla que cuenta con un gran Brad Pitt...

Ese viene a ser el resumen perfecto de lo que es la película. Eso sí, resulta curioso que siendo demasiado larga y sin contar gran cosa no se haga para nada pesada, por lo que algún mérito ha de tener. Uno de los fallos, para mi gusto, es que el personaje de Jonah Hill aporta poco más que los números, y que los que sí hubieran podido aportar algo más se les deja bastante al margen (como el de Philip Seymour Hoffman). En fin, no está mal, curiosa, aunque de este mismo estilo me sigo quedando con 'Un domingo cualquiera'... aunque sea otro deporte.  :poss

Pd ¿nominada a la mejor película?  :-[
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princesadelguisante

Cita de: Wanchope en 31 de Enero de 2012, 06:50:25 PM
Cita de: princesadelguisante en 27 de Enero de 2012, 05:25:03 PM
Película normalilla que cuenta con un gran Brad Pitt...

Ese viene a ser el resumen perfecto de lo que es la película. Eso sí, resulta curioso que siendo demasiado larga y sin contar gran cosa no se haga para nada pesada, por lo que algún mérito ha de tener. Uno de los fallos, para mi gusto, es que el personaje de Jonah Hill aporta poco más que los números, y que los que sí hubieran podido aportar algo más se les deja bastante al margen (como el de Philip Seymour Hoffman). En fin, no está mal, curiosa, aunque de este mismo estilo me sigo quedando con 'Un domingo cualquiera'... aunque sea otro deporte.  :poss

Pd ¿nominada a la mejor película?  :-[

Suscribo 100%
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Banacafalata

Está nominada a Mejor Película como podría estar Millennium o como está Criadas y Señoras, no me sorprende, me chirría mucho más la de Spielberg
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JaviGAurre

Cita de: Banacafalata en 31 de Enero de 2012, 07:05:00 PM
Está nominada a Mejor Película como podría estar Millennium o como está Criadas y Señoras, no me sorprende, me chirría mucho más la de Spielberg

Pufff, a mí me chirrían las dos, aunque prefiero 'Moneyball' a 'Warhorse', sin duda.

Carlos89

Me parece una buena pélicula, solida y efectiva. Pitt está enorme (ver en versión original). P.S.Hoffman sale poco pero borda el papel. Decir que me sorprendió gratamente Hill, ya que suele hacer comedia y aqui me resulta un personaje creible y con matices aún siendo comedia.
Te muestra, creo, de manera convincente los entresijos de este deporte, los diferentes enfoques que tienen los directivos, entrenadores y jugadores.

A mi me gusto bastante, me parece que Pitt está mejor que george Cloney en Los descendientes

7.2/10
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Banacafalata

Cita de: JaviGAurre en 01 de Febrero de 2012, 10:41:36 AM
Cita de: Banacafalata en 31 de Enero de 2012, 07:05:00 PM
Está nominada a Mejor Película como podría estar Millennium o como está Criadas y Señoras, no me sorprende, me chirría mucho más la de Spielberg

Pufff, a mí me chirrían las dos, aunque prefiero 'Moneyball' a 'Warhorse', sin duda.

En el caso de Moneyball o las dos que cito, son películas buenas, por encima de la media, de las que están nominadas cada año, no lo veo molesto, me molestan cuando ganan (el año pasado con El Discurso del Rey, por ejemplo) pero el verlas ahí... todos los años hay una buena tanda...
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Mai

La veré por Brad Pitt, porque no me llama nada de nada.

Y en cuanto al tema de las nominaciones y demás habría que hablar largo y tendido, pero se ajusta tanto a lo que debe ser "normal", a lo politicamente correcto... me da cien patadas.


"Me despierto muy temprano.Mi vuelta del campo de los sueños es brutal al entrar en el país de lo cotidiano" (Léolo)
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Sogivemethedrug

¿Saben una cosa? Si importa el modo en que un hombre se hunde... 
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Turbolover1984

Hay cientos de películas deportivas donde la estructura suele ser muy similar. La mayoría de las veces  nos narran las aventuras de un equipo (o deportista individual) el cual por un motivo u otro nadie cuenta con él o está en un momento flojo y que acaba sorprendiendo a todos en un final, muchas veces, cargado de epicidad y emociones.

Esta que nos ocupa aunque no lo parezca, no es la típica película deportiva. Quizá el envoltorio o la idea general pueda parecer similar pero profundiza y lo enfoca de tal forma que resulta apasionante.

Pese a ser una cinta sobre baseball, tiene muchas similitudes que se pueden extrapolar  al fútbol y quizá como apasionado de este deporte y concretamente de mi equipo la he vivido con mayor interés y cercanía en algunos aspectos que luego comento.

Brad Pitt es el director general de los Athletics, el equipo de baseball de Oakland. Básicamente es el que, aconsejado por (valga la redundancia) un grupo de consejeros, se encarga de fichar y montar un equipo para que el entrenador (Philip Seymour Hoffman) lo alinee.

El citado protagonista antes de ser un caza talentos tuvo una carrera como jugador de la que conoceremos algunos detalles a modo de flashback, desde el momento que muy joven tuvo que decidir entre estudiar una carrera con una beca completa o dejar los estudios y dedicarse al deporte profesionalmente hasta el momento que pasa a su faceta actual.

El citado consejo que le ayuda a decidir está formado en su mayoría por gente de avanzada edad, experimentada en esas labores y conocedores de todos los jugadores de la liga. A la vez que acumulan esta experiencia también tienen el lastre de manías que hacen descargar a jugadores por detalles insignificantes como que lanzan la pelota ridículamente o que tiene una novia fea y eso demuestra que al jugador en cuestión le falta confianza en si mismo.

Por otro lado el protagonista conoce a savia nueva, concretamente a un licenciado en económicas (Jonah Hill) que cree que más allá de sensaciones y del estado tanto físico como mental, el baseball es matemática pura y aprovechar los puntos a favor de cada uno y sumar bases.

Como digo no es una película deportiva al uso sobre el juego en equipo, la superación y los abrazos colectivos. Vemos la parte del deporte más real, donde todo son números y objetivos, incluidas las personas que lo conforman.

Resulta más interesante si cabe en el tiempo que estamos de crisis que estamos y para los forofos de equipos más modestos, como se toca el tema de ante la falta de dinero apostar por el ingenio y el reinventarse.

De hecho borda otra cuestión siempre de actualidad como los cambios en una industria o similar y como siempre lejos de tomar al impulsor como un visionario lo toman como un loco, intentando aferrarse a las viejas costumbres olvidando aquello de renovarse o morir (que se lo pregunten si no a la industria del cine).

Más que llorar de alegría por los logros va de intentar reponerse a los traumas por los errores pasados. A la par como comentaba al principio tiene cosas apasionantes como la investigación de campo para la contratación de jugadores por parte del protagonista y su mano derecha y tiene también grandes escenas como la conversación telefónica a varias bandas para lograr un fichaje de pura actualidad para los amantes de fútbol dado que solo unas horas atrás se cerró el mercado de fichajes.

Aparte de una historia muy bien llevada y que se hace muy amena pese a las más de dos horas de duración, cuenta con unas destacables actuaciones.

Brad Pitt como ya casi en cada película que hace vuelve a ofrecer un recital. Jonah Hill también destaca en un papel que no le es ajeno ni nuevo como el del "nerd" tímido en el que el protagonista deposita toda su confianza. Quizá si se eche de menos una mayor presencia de un grande en la pantalla como Philip Seymour Hoffman que se dedica a poco más que ir diambulando con apatía por algunas escenas y con pose de que le resbalan todas las propuestas del gerente.

En resumen: una película que aunque en apariencia parezca lo contrario, profundiza más allá de los tópicos del género y resultará apasionante sobretodo a los amantes del deporte y sus entresijos de puertas para adentro.

Nota: 7.7
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reporter

#13
Entre los números y el juego

En junio de 2008, se presentó oficialmente el entrenador que iba a hacerse cargo del F.C. Barcelona. Josep Guardiola, Pep para los amigos, fue una de las piezas clave en el mítico Dream Team de Johan Cruyff, pero sus aptitudes en el banquillo, más allá de un ascenso de Tercera a Segunda división B, estaban todavía por demostrarse. Todo encajaba pues dentro de la postrera y errática -a veces demente- gestión del club por parte de una junta directiva que había visto como su famoso círculo virtuoso se había ahogado en litros de alcohol, noches locas y autocomplacencia. La parroquia estaba muy cabreada, y sumida en la desesperación, pedía a gritos la llegada de un profeta que, años después, se convertiría en el enemigo público número uno. Cosas del fútbol. Cosas del deporte.

Por si fuera poco, este nuevo y -admitámoslo- arriesgadísimo proyecto no empezó precisamente con buen pie. A la decapitación pública de varias vacas sagradas del vestuario le precedieron los dos primeros encuentros de la temporada 08/09, en la que se cosecharon resultados por lo menos desalentadores (una derrota y un empate con equipos a priori de la parte media/baja de la tabla no era precisamente la mejor manera de pedirle a la afición que recobrara la fe en los suyos). No habían transcurrido ni dos jornadas y ya se veían pañuelos en el Camp Nou. Unos meses después, el mismo equipo por el que nadie daba un duro a principio de temporada, había conquistado un histórico triplete compuesto por Copa, Liga y Champions. Cosas del fútbol. Cosas del deporte.

Unos años antes, concretamente en el 2002, los Oakland Athletics, un pequeño -diminuto más bien- equipo de baseball que venía de firmar una temporada excelente (sin duda muy por encima de los pronósticos más optimistas), afrontaba un nuevo curso con la desbandada generalizada de sus grandes estrellas como carta de presentación. Así, el que se había revelado como una de las revelaciones del año anterior tenía toda la pinta de mutar en una decepción de proporciones épicas, reduciéndose todo en un triste regreso a los orígenes humildes que los dioses del baseball parecían tener reservados para ellos. Lejos de cumplirse los vaticinios de los agoreros, los vecinos ''pobres'' de San Francisco consiguieron batir el récord histórico de victorias seguidas en temporada regular. Cosas del baseball. Cosas del deporte.

Este topicazo que por lo visto se puede aplicar impunemente a todo tipo de modalidad/competición deportiva es en parte el que alimenta el último largometraje de Bennet Miller, autor que no renuncia demasiado a su querido género biopic para ir a buscar otra historia enmarcada en el clásico ''basada en hechos reales''. Para la ocasión se asocia con el desbordante carisma de Brad Pitt (como casi siempre, de plena solvencia a la hora de salir al terreno de juego), que se pone en la piel de una leyenda en la sombra del baseball contemporáneo. Jugador fracasado (en su día, firme promesa) reconvertido en revolucionario manager (máximo cargo ejecutivo en una franquicia) que siguiendo las arriesgadas teorías del economista Paul DePodesta (AKA Peter Brand, en lo que es una pequeña licencia justificada que de rebote viene a confirmar los temores de Charles Ferguson en 'Inside Job', sobre los extraños destinos de las mentes más brillantes del planeta) demostró que David no tiene porqué rendirle pleitesía a Goliat... al menos no a las primeras de cambio.


El nombre del invento: Moneyball, radical seísmo en los antiquísimos -anticuadísimos dirían otros- pilares del baseball. Tan fuerte que, por ejemplo, a los Red Sox de Boston les sirvió para romper la legendaria maldición del Bambino. Poca broma. En un deporte en el que las estadísticas juegan un papel tan fundamental para su comprensión, era cuestión de tiempo que alguien las usara en detrimento de otros criterios tradicionales (estilo de batear, reflejos, cara bonita...) para crear un equipo ganador; para que el pez chico tuviera la oportunidad de darle un buen bocado al grande. Pero Roma no se hizo en un día... ni los Oakland Athletics. A lo largo de este arduo proceso de construcción se va construyendo precisamente 'Moneyball: Rompiendo las reglas', un biopic algo torpe y amanerado, pero un documento deportivo excepcional, imprescindible para los amantes de todo lo que suceda en cualquier terreno de juego.

Oliver Stone en la genial e infravalorada 'Un domingo cualquiera' quería abarcarlo todo (del utillero al presidente, pasando por el jugador, su novia, el periodista...), en 'The Damned United' Tom Hooper se centraba con mucho acierto en los banquillos. Ahora Bennet Miller se fija en los despachos (ignoro si Billy Beane tiene fobia a acercarse a cualquier estadio durante un partido, pero en cualquier caso es un auténtico acierto el que a lo largo de las más de dos horas de metraje que ni mucho menos parecen tantas, a penas se vea algún encuentro), navegando con elegancia entre la invención y la no-ficción al ritmo de la notable partitura de Mychael Danna, y retratando el drama casi clásico destinado a todo aquel que intente poner control sobre lo intangible.

En efecto, si por algo 'Moneyball: Rompiendo las reglas' consigue superar el handicap que más allá de tierras americanas supone el tratar el tema del baseball, es porque no se concentra exclusivamente en este deporte genuinamente yankee. Con la inteligencia que caracteriza a los grandes maestros, la dupla de guionistas de lujo Zaillian & Sorkin (se nota la mano de éste último en cada -agilísimo- diálogo, o en momentos puntuales como en la genial escena de la compra-venta de jugadores, cumbre zeitgeist y nítido reflejo del mercantilismo y realidad líquida que se ha impuesto en los grandes clubs) reflexiona sobre las fuerzas ocultas que dictan sentencia en lo que para muchos es la religión moderna.

¿Fórmulas matemáticas o pura suerte? Un poco de ambas, aunque nada se deja al azar en esta película deportiva ejemplar. Mientras, el deporte en mayúsculas sigue a lo suyo, dando y arrebatando gloria a partes iguales; rejuveneciendo y consumiendo a todo aquel que pretenda vivir de él. Porque puede que las fórmulas matemáticas acercaran a los Oakland Athletics a la categoría de mito... pero si a Scott Hatteberg no se le aparece la Virgen antes de batear, jamás hubieran existido las veinte victorias consecutivas. Dicho de otra manera, sin el ''Pinto de inflexión'' en el Ono Estadi no se sale por la puerta grande de Mestalla; sin el ''Iniestazo'' de Stamford Bridge no se conquista Roma. ¿Cómo no enamorarse de... cualquier deporte?

Nota: 7,4 / 10
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Tyrion

Coincido más o menos con vuestras notas (entre 7 y 7.5 no me acabo de decidir). Una peli original dentro de lo que son las pelis deportivas y con dos actores protagonistas que, para mi, estan bastante bien en lo suyo.
Lo mejor:
-la escena del trading de jugadores a mitad de peli
-se hace corta para lo que en realidad dura, y eso es siempre buena señal

Lo peor:
-Seymour Hoffmann parece muy desaprovechado y consecuencia de eso...
-...tampoco te enteras muy bien de los movimientos de jugadores en el equipo, no sabes si está poniendo a uno o a otro. Si ya este deporte es para la mayoría de nosotros bastante desconocido, así se hace aun peor, cuesta seguir lo que está pasando.
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