DECÁLOGO
1
AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS: Dekalog, jeden - Dekalog 1 (TV)
PAÍS: Polonia
DIRECTOR: Krzysztof Kieslowski
GUIÓN: Krzysztof Kieslowski & Krzysztof Piesiewicz
REPARTO: Henryk Baranowski, Wojciech Klata, Maja Komorowska
FOTOGRAFÍA: Wieslaw Zdort
DURACIÓN: 53 minutos
SINOPSIS: Es una fría mañana de invierno en Varsovia y Pavel, un inteligente muchacho de diez años, juega con su padre en el ordenador...
CRÍTICA:
El sentido de la vidaUna mujer se acerca, lentamente, y en la calle estando, a un escaparate. Allí, en una televisión expuesta al público, la mujer ve una secuencia, a cámara lenta, de un grupo de niños corriendo hacia la pantalla. Lágrimas empiezan a descender, lenta pero implacablemente por sus mejillas. Uno de esos niños, Pawel, será el protagonista de la historia. Así que retrocedemos en el tiempo y en el espacio. Estamos en una casa, un bloque de pisos de esos que tanto encandilan a Kieslowski para narrar sus historias, en la nueva Polonia democrática. Allí viven Pawel y su padre, un catedrático lingüista, cuya fe se basa en los números y en sus cálculos. Pawel, al ser casi su única familia, se empapa de su conocimiento y suelen, la mayoría de los días, jugar a calcular problemas, los cuales Pawel descifra a una velocidad pasmosa. Los números parecen serlo todo, con ellos no hacen falta dioses.
En contraposición a este tipo de creencia progre científica nos encontramos con la mujer de las lágrimas del principio. Cosas de la vida resulta ser, ni más ni menos, que la tía de Pawel (hermana de su padre). A pesar de haber nacido y crecido en el seno de una misma família (terriblemente religiosa) ambos crecieron con creencias distintas. La tía de Pawel representa a la Polonia católica, religiosa. Hay que creer en algo en esta vida para darle un sentido, y creer en Dios le parece lo más acertado. Como sabemos, en el otro lado de la mesa, el padre de Pawel: no cree para nada en Dios, le basta con sus unos y sus ceros.
¿Fe religiosa o fe científica? Este es el pilar de la primera parte del Decálogo de Kieslowski. Pawel, como niño que es, dejando de lado su inteligencia, se preocupa por todo lo que pasa a su alrededor: porqué esto, porqué aquello. Si bien su padre le abre los ojos con su punto de vista matemático, su tía le gira las órbitras hacia el otro extremo. Es cuando Pawel debe decir que tipo de fe deberá abrazar. Un día, mientras vuelve del colegio se encuentra con un perro muerto, esto le hace pensar. Le pregunta a su padre por el alma de las personas, por la muerte, por un hipotético más allá...este mismo día siente que nada tiene sentido. ¿Porqué vive el ser humano? ¿Porqué él está en el mundo? ¿Para vagar sin rumbo? ¿Para seguir resolviendo problemas matemáticos con el ordenador? ¿De qué le sirve? El existencialismo se apodera de él y la confusión hace el resto. Sigue creyendo en la racionalidad y la perfección de los números, pero no a un tanto por cien elevado. Llega su cumpleaños y su padre le ha regalado unos patines. Mañana irá a probarlos. Su padre va la noche antes a calcular el grosor del hielo y su resistencia. Llega a casa y parece que el lago helado está perfecto para ir a patinar. (Para seguir con la historia al spoiler)
El día siguiente Pawel aún no ha vuelto de su clase de repaso de inglés. Su padre al principio no lo tiene muy en cuenta, pues es un chiquillo y se habrá quedado jugando con sus amigos, o haciendo cosas propias de su edad. Sigue pasando el tiempo, lento pero inexhorable. Escucha sirenas. Mira por la ventana. La ambulancia. Intenta no darle más importancia. Minutos más tarde decide ir a casa de la profesora de inglés, unos bloques más lejos de donde vive, a ver si encuentra allí a Pawel. Por el camino, ve como un cúmulo de gente se dirige hacia el lago. Sube corriendo las escaleras. La profesora le explica que Pawel y los demás se han ido sin hacer la clase, porque ella estaba enferma. Él se va temiendo lo peor. Vuelve a su casa, llama a su hermana. Pawel tampoco está con ella. Decide ir al último sitio al que iría en esos momentos: al lago. Por lo visto sus cálculos fallaron. El hielo cedió y, con él, un grupo de niños que en aquellos momentos patinaban sobre él. Uno de ellos es Pawel. Su padre ya no encuentra reposo, él que tenía una fe desmesurada para con la ciencia racional, ésta va y le falla. ¿En qué debe creer ahora? Su hijo ha muerto debido a sus cálculos, esos cálculos que nunca fallaban. Su fe se desmorona. ¿Ciencia o religión? ¿Religión o ciencia?
La primera parte del decálogo de Kieslowski sigue todos los cánones de su cine. Que nadie se espere sorpresas. Si te gusta Kieslowski te gustará "Amarás a Dios sobre todas las cosas". Si no te gusta ni te acerques, porque sabes a qué te enfrentas. Un cine lento, sutil, dialogado en su mínima expresión, con un guión loable y una narración pausada, metódica, perfeccionista. Una estética europeísta y una banda sonora que funciona a las mil maravillas aúpan el dramatismo del final hasta cotas bastante elevadas. Haciendo referencia a las actuaciones, nada nuevo. Actores semi-desconocidos. Se lo curran, hacen el relato más creíble, más verosímil. Y Wojciech Klata (Pawel) se las arregla él solito para hacerse un hueco en nuestros corazones. Un niño adorable, sin duda.
Lo mejor 
Como no, con mensaje.
Buenas actuaciones.
La banda sonora pone los pelos de punta.
Lo peor 
Se hacen incluso cortos, ¡queremos más!
El cine de Kieslowski es lento, si no pasáis por el tubo en un primer visionado de alguna cinta suya, no veáis nada más.
7/10
: 8.3 
Tema: Decálogo 1 (Amarás a Dios sobre todas las cosas) (1989) (Leído 29577 veces)
26 de Marzo de 2013, 07:13:34 pm