American Pie: El reencuentro(American Reunion)

SINOPSIS:En la comedia 'American Reunion', todos los personajes de 'American Pie', a los que conocimos hace más de una década, regresan a East Great Falls para participar en una reunión del instituto. Durante el esperado fin de semana descubrirán qué y quién ha cambiado, qué y quién no, pero también que el paso del tiempo y la distancia no pueden con los lazos de la amistad.
CRÍTICA: La nostalgia en tiempos de crisisAhora más que nunca que a Hollywood se le acusa de falta de ideas, acusación que como la crisis del cine español uno se pregunta si no habrá alcanzado ya consideración de costumbre, cuando asoma en la cartelera un título que recupera el sabor de un éxito pasado al que hace tiempo que se le acumula el polvo encima ya sea en forma de secuela, precuela, remake, spin off, reinicio, reinterpretación o como tengan los santísimos de llamarlo para la ocasión, lo cierto es que a uno no le quedan muchas más opciones aparte de fruncir el ceño, apretar el culo y cruzar hasta los pelillos del cogote para que quien le haya metido mano aspire a rendir homenaje y tributo a algo más que al bolsillo de la mano que le da de comer... ¿de qué palo de la baraja es este "reencuentro" protagonizado por un amplio elenco de actores que desde que salieron del East Great Falls sus carreras acumulan tanto polvo como la franquicia que les dio de comer?

Hay algo que atrae más a los actores que el dinero, y es la oportunidad de volver a ser el centro de atención, de reverdecer los laureles que un día les situaron en el centro de su universo. Por eso cuando un actor recupera según que personajes de su pasado alegando en no pocas ocasiones un entusiasmo comparable al de los políticos cuando retuercen el lenguaje de tal forma que ni los académicos de la lengua, uno no puede dejar de sonreír ante tal descaro que incluso a veces contradice lo que antaño era una negativa soberbia. Casos hay centenares, pongamos de ejemplo esa 'Scream 4' olvidada el día después de su estreno que hacia gritar de dolor en vez de terror, y todo aquel que ha tenido la oportunidad de participar de alguna manera en algo parecido a una producción popular se suele reservar ese comodín por si sus cualidades interpretativas no les permite situarse en ese limbo al margen de todo resultado comercial al que sólo acceden los actores que están por encima del bien y del mal como Daniel Day-Lewis, por citar alguno. Y no hablemos de los estudios, mejor no hablemos.
En el 2003 fue la tercera y última vez en que vimos en la gran pantalla a la gran mayoría de los Jim, Chris, Kevin, Finch, Stifler y compañía, solo ellos las chicas a un lado, y casi también a muchos de los actores que los interpretaron en aquella última entrega de las de verdad, nada de rancios emuladores directos a vídeo, que ya de por sí evidenciaba un desgaste ostensible respecto a un original que todo sea dicho de paso, tampoco es que fuera gran cosa salvo una producción muy simpática, cualidad que le permitió ignorar en buena medida el alcance de sus evidentes carencias de la misma manera que en su momento le pasó al que sin duda era su referente más claro, ese 'Porky's' que a imagen y semejanza fuera de contexto también pierde buena parte de la gracia que es de suponer tuvo en su momento. Y repito, de la gracia que tuvo... porque no siempre quien tuvo, retuvo, y si bien esta 'American Pie: El reencuentro' puede ser vagamente simpática lo es más por su herencia, y por lo que esta puede evocar, que por el escaso aporte y gracia de quien no tiene nada que ofrecer salvo la nostalgia (en tiempos de crisis), y eso que hablamos de un filme de ¿hace 13 años?. Hay cosas que mejor dejarlas estar en su sitio, y en su tiempo.
'American Pie: El reencuentro' de película tiene poco y de producto mucho, algo que resulta evidente cuando apenas reunidos los principales personajes en un mismo plano el guión se queda sin más recursos para sostener su excusa argumental que la reiteración en los clichés más burdos del género planteados, además, de forma tan torpe y ruda que su resolución resulta de lo más anodina e intrascendente, todo ello condimentado con ese tono de salido adolescente que en personajes de treinta y tantos ya no tiene la misma efectividad si no se le añade algo de elegancia. Y es curioso que a Jason Biggs en un momento dado le comparen con Adam Sandler, chiste que tal vez no de manera fortuita empareja a esta nueva de 'American Pie' con una de las últimas producciones del llamado humorista, 'Niños grandes', de la que bien podría ser una especie de remedo ambientado diez años antes con jovencitas de buen ver al borde la legalidad en vez de MQMF's como Maria Bello. En ambas producciones venimos a encontrar más o menos lo mismo: una vaga excusa con la que permitir a la audiencia financiar la reunión de un viejo grupo de amigos para deleite de, primero, ellos mismos, y segundo y si queda algo de tiempo, del resto de los presentes.
Siendo juntos, y dando por sentado que el fin pueda justificar los medios, la rutina de un filme plano, obtuso y prescindible puede ser aceptada si por el camino cuanto menos nos regala una dosis razonable de esas risas que cabe exigir a toda comedia que pretende cobrar con esa excusa. Ni sí ni no. Si bien hay algún que otro chiste susceptible de ser gracioso, pocos la verdad que en todo caso que no provengan de Stifler o el padre de Jim, la inspiración en la elaboración de los mismos es afín a la predisposición del guión por no hacer nada de provecho, brillando por su ausencia e incapaz de sobrevivir al reciclado constante de unas gracias que a la cuarta huelen tanto a déjà vu que no sorprenden, y que sólo la complicidad de aquellos muy devotos puede ayudar a circunvenir sin darle apenas esperanzas a los que esta es su primera vez. Y eso durante su primera hora de sus casi dos de duración, tornándose sus últimos largos minutos en el clásico mercadillo dramático con sangre de horchata lastrado además por la necesidad de recuperar a todos los personajes de la primera entrega, y repito a todos, aunque sólo sea para cumplir con un expediente se antoja escaso de méritos para simbolizar lo que pretende creerse, una especie de 'El padrino' de la comedia, auténtico chiste de todo este ramplón ejercicio de marketing cuya gracia casi se concentra sólo en sus carteles promocionales.
¿Acaso qué es hoy en día 'American Pie' sino la película en la que Shannon Elizabeth enseñó las domingas? De igual manera que 'Aquel excitante curso' es recordada por la delantera de Phoebe Cates o 'Labios Ardientes' por la de Jennifer Connelly, sendas afirmaciones discrepables por parte de una fémina, se acepta, 'American Pie: El reencuentro' apenas si ofrece detalle alguno para el recuerdo salvo el, eso sí, muy entusiasta topless de Ali Cobrin que al menos nos proporciona un buen par de motivos para alegrarnos de haber vuelto a ver a Jim & compañía. Puede que 'American Pie' no sea una gran película, puede que ni nos sirva de ejemplo de nada en particular ni que reparemos habitualmente en su existencia salvo de casualidad. Pero no es menos cierto que es un filme de esos que, para los que pudimos, se recuerdan con simpatía por los servicios prestados, no obstante de la que da miedo poner a prueba con un revisionado que ahora pueda no encontrarle la gracia al culo fino y demás paridas. Esta cuarta entrega tan sólo supera en una cosa a su predecesora: Se la podrá poner de ejemplo para apuntalar la teoría de la falta de ideas (y escrúpulos) de Hollywood...
Nota:
4.0Lo Mejor:
- El posible factor nostalgia...
- Da cierta cosilla destacar algo así pero es lo que hay: la alegre desnudez de Ali Cobrin
Lo Peor:
- La sensación de que todo es una mera, simple y evidente artimaña comercial
- Para ser una comedia gamberra... se toma demasiado en serio a sí misma, demasiado.