Collateral
SINOPSIS: Empezó como una noche cualquiera. Max (Jamie Foxx) lleva 12 años detrás del volante de su taxi y está curado de espantos. Las caras pasan por el retrovisor; la gente y los lugares entran y salen de su vida... hasta una noche. Durante esa noche, en la ciudad de Los Ángeles, Max se encuentra de repente obligado a realizar una carrera teniendo por pasajero a un asesino a sueldo (Tom Cruise)... en pleno trabajo.
CRÍTICA: Impresionante viaje a los infiernos (irónicamente localizados en la ciudad de 'Los Ángeles') a bordo de un taxi pilotado por Jamie Foxx, y capitaneado por el malvado Tom Cruise. El octavo film del siempre destacable Michael Mann, no es sólo una lección de estilo, no es sólo un thriller trepidante, sino que es una película en la que se da mucha importancia a la psicología de los personajes, convirtiendo así al taxi en una especie de consulta médica, donde los dos polos opuestos de la película irán poco a poco conociendo a su rival (y ya de paso, se irán conociendo a sí mismos). Todo esto hace que el verdadero duelo consista, no en matar literalmente al rival, sino en conocer al opuesto antes de que él haga lo mismo contigo (ya que en las grandes batallas, quien conoce a su rival, tiene la victoria asegurada). A parte del aspecto psicológico, la película destaca por su original formato (q consigue crear una atmósfera realmente asfixiante), por los giros de su trama (aunque en alguna parte del final, el film se hace un poco pesado), y por sus excelentes interpretaciones (destacando la de Jamie Foxx). Y como guinda, atentos al diálogo tarantiniano entre Foxx y Javier Bardem (no tiene desperdicio).