Los superhéroes, ese mundo de dimensiones y fantasías ilimitadas donde casi todo vale y donde el más fuerte es el que más imaginación tiene para darle poder propiamente al superhéroe o superhéroes en cuestión. Este campo obstenta una carga de libertinaje despreocupada en el mundo del papel, en el de la comunicación escrita, en los cómics. El que escribe es libre de hacerle lo que desee al personaje, ya que es suyo y está innovando, pero cuando se intenta dar vida animada a lo que hay escrito en ese papel, la cosa cambia y muy mucho. Automáticamente recaen una serie de responsabilidades y de manera casi sintomática se sostiene una lupa con absoluto detenimiento con el fin de evaluar el trabajo de los encargados de dicha representación cinematográfica.
El señor James Gunn, con toda Marvel Studios detrás suya, eran los encargados de llevar a cabo uno de los cómics más singulares de la historia americana de los cómics, “Guardianes de la Galaxia”. Y singulares se preguntarán debido a qué. Contando con que de los 5 personajes, sólo uno es un humano (o no), y que el resto son un mapache psicópata, una especie de mutante de color verde, una bestia al que le apodan “El Destructor” y que sólo entiende la lengua literal y un árbol que sólo sabe decir 3 palabras en diferente tono, la tarea era harto complicada. Pues al término de su trabajo, Gunn puede hacer aquello que hizo Cristiano Ronaldo en el Camp Nou años atrás y que tanta supremacía desprendía; calma, aquí estoy yo. Su trabajo es impecable, puesto que no sólo ha dado realismo y fidelidad a uno de los grupos de superhéroes más queridos de la historia, sino que ha sabido extraer el carisma suficiente para que nos enamoremos por ejemplo de un árbol que ¡sólo dice 3 palabras!
Gamora, a la que presta rostro Zoe Saldana, es esa mujer de armas tomar y desconfiante de cualquiera pero con un corazón domable y sensible. Drax, interpretado por David Batista (me van a perdonar pero un servidor le conoce de toda la vida como “El Animal” Batista, nunca mejor dicho, de su carrera en el wrestling y eso se queda por siempre jamás) es una mala bestia que no atiende a razones y cuyo único deseo de levantarse un nuevo día es la venganza pero que se siente sólo y con la necesidad de sentirse útil. Groot y Rocket (voces de Vin Diesel y Bradley Cooper respectivamente) son un árbol y un mapache que han estado juntos y que sólo se tienen a ellos, pero su relación, por la inexpresividad del primero y el excesivo egoísmo del otro, es fría pero en el fondo muy intensa. Y por último tenemos a Peter Quill, o como él desea que se le conozca, Star Lord, un chico traumatizado que se refugia en su maravilloso cassette de música ochentera y que va de saqueador solitario por la vida. Pero cuando se juntan, como esa inexplicable sensación al ver a la persona que nos gusta, se enciende algo y ese algo ya no se apagará.
El fraguado de la amistad de este “grupo de pirados que de buenas a primeras se encuentran y dan cuenta de que casualmente tienen intereses en común” mejor conocido como “Guardianes de la Galaxia” se nos muestra lento, difícil, parsimonioso, pero sencillamente precioso y es quizá el punto más sólido del film. Gunn construye una unidad de acción perfecta y consigue emocionarnos con los puntos dramáticos, sacarnos las carcajadas con los clichés de comedia y mantenernos tensionados con las escenas de acción creadas en un asombroso juego visual de efectos especiales que recuerdan en similaridad a las patentadas por Joss Whedon en “Los Vengadores”. El favor que le ha hecho a Chris Pratt, nuevo ídolo de masas desde el 14 de Agosto y que ha pasado de vivir en una van de Scooby Doo a ser una estrella del cine de aventuras hollywoodiense, difícilmente lo olvidará el de Virginia.
Solventada la parte más difícil con matrícula casi de honor, Gunn incluso se permite el lujo de crear unos villanos convincentes y competentes tanto en el aspecto acción como en el aspecto narrativo. Tanto Thanos, que sale únicamente 5 minutos en todo el metraje y que da auténtico terror subido a ese trono y con esa sonrisa kilométrica, como Ronan y su similitud maléfica con el personaje del universo de “Star Wars” Darth Maul, como la “hermana” malvada de Gamora, Nébula, que es despiadada y no tiene compasión por nada, son antagonistas que no desfasan la historia ni deslucen el plano cuando aparecen. Esto, sumado a una serie de canciones de corte vintage como el pegadizo estribillo de “Hooked a Feeling” de Blue Swede, la sensacional “Come and Get Your Love” de Redbone, la simpática escena a ritmo de los Jackson 5 con “I Want You Back” o la inmortal “Ain´t No Mountain High” de Marvin Gaye y Tammi Terrell, constituyen una banda sonora inolvidable que le da a la película un aura de culto que difícilmente olvidaremos.
Resumiendo, “Guardianes de la Galaxia” es otro acierto más a la larga lista de cosas bien que lleva haciendo Marvel desde hace casi 4 años, uno de los reconocimientos más plausibles al talento de James Gunn para el cine, una oportunidad única de ver una película de superhéroes (atípicos, eso sí) sin salir de la atmósfera dorada de la década de los 70s, 80s y 90s, el nacimiento de una probable estrella del cine de aventuras y ojalá de un actor de renombre para los años venideros como Chris Pratt, el mejor cemento posible para una saga que piensa cimentarse y ser sólida al estilo de su hermana “Los Vengadores” y casi seguro es la mejor película de este verano y uno de los mejores blockbusters sci-fi aventureros que se recuerdan. Y si no, ¡que se le pregunten a Groot cuando le pongan los Jackson 5!
That´s what I say.