La conspiración(The Conspirator)

SINOPSIS:Tras el asesinato de Abraham Lincoln, ocho personas son detenidas y acusadas de conspirar para matar al presidente, al vicepresidente y al secretario de Estado. La única mujer que se encuentra entre ellos, Mary Surratt (Robin Wright), regenta una pensión donde el autor del magnicidio, John Wilkes Booth, y sus cómplices se reunieron y planearon los atentados simultáneos. Mientras Washington se recupera de las heridas de la Guerra Civil, el abogado Frederick Aiken (James McAvoy), un héroe de guerra unionista de 28 años, accede a regañadientes a defender a Surratt ante un tribunal militar. Sin embargo, el joven abogado sospecha que su cliente podría ser inocente, y que está siendo utilizada como señuelo y rehén para capturar a su propio hijo, John, el único conspirador que escapó a la orden general de busca y captura...
CRÍTICA: American History¿Se acuerdan de John Grisham, ese abogado reconvertido en escritor de éxito cuyas adaptaciones a la gran pantalla fueron muy populares en los años noventa? Pues 'La conspiración' es como una de esas (eficaces) producciones a la que se le añade algo de volumen a través de un contexto histórico tan marcado como el del final de la Guerra Civil estadounidense, un material que en manos de un cineasta tan clásico, tradicional, competente... y combativo como Robert Redford da como resultado un filme genuinamente americano tan entretenido como solvente apto para ser digerido por todo tipo de públicos (y conciencias).

Todos conocemos más o menos quien es Abraham Lincoln aun antes incluso de que nos lo cuente Steven Spielberg... y todos conocemos también más o menos de qué pie cojea Robert Redford incluso antes de que nadie nos lo cuente en una película. El asesinato del que fuera el decimosexto Presidente de Estados Unidos poco después de los créditos iníciales es el detonante de este drama judicial y político que sitúa al espectador en lo que en su momento fue el juicio más importante de la historia de una joven nación que vivía tiempos difíciles tras haber sufrido en sus carnes una guerra "entre hermanos".... tiempos difíciles que, salvando las distancias, pueden ser equiparables en espíritu y estado emocional al momento vivido por la América del siglo XXI post 11-S, referencia y/o referente nada casual ya sea infundado o no.
El nuevo filme como realizador de Robert Redford nos cuenta en primer plano la historia del joven abogado Frederick Aiken, un héroe de guerra al que las circunstancias obligan a enfrentarse a la defensa de Mary Surratt, la única mujer presuntamente implicada en "la conspiración" para matar a Abraham Lincoln sobre la que pesa una duda razonable, ¿es culpable de verdad... o lo es por simple oportunismo político? Y esta segunda parte de la pregunta es lo que subyace al fondo... y no tan al fondo, porque aunque a primera vista pueda parecer lo dicho en la introducción, que la cinta es "una de Grisham" pero disfrazada con los ropajes de "una de época", Redford lo utiliza para intentar dar un vuelco a las conciencias más pulcras con un pretendido debate algo teatral en torno a los límites del poder, los derechos y la justicia, especialmente y como es el caso en aquellos momentos de la historia en los que estos pueden llegar a ser libremente reinterpretados en beneficio -sirva como excusa- de una causa mayor.
No obstante Redford, cineasta de la vieja escuela cuya solidez narrativa es equiparable a su falta de valentía a la hora de asumir riesgos reales, elabora una producción "como las de antes" que si bien posee un acabado formal virtualmente inmaculado -si obviamos una dirección de fotografía que permite unos molestos y desconcertantes brillos-, una convincente representación de la época que enfoca con su cámara y un elenco de actores muy solventes a los que siempre es un placer ver -mención especial para Robin Wright- le falta esa intensidad, pasión y garra necesarias para dotar de alma y profundidad un discurso narrativo político, moral y humano se percibe poco espontaneo y ausente de una verdadera lectura entre líneas que le permita algo de margen al espectador, y al que además un ritmo tan pausado y cierta frialdad emocional le restan eficacia como el vehículo meramente dramático con el que cierra sus últimos momentos.
'La conspiración' es un filme competente, correcto y apreciable en muchos sentidos al que como principal defecto le podemos señalar no presentar grandes sorpresas ni novedades respecto a sus antecedentes, referencias, coetáneos o rivales, y al que quizá no le hubiera venido mal la pluma de alguien que convirtiese su guión en algo más que un capítulo del libro de historia de un escolar de la antaño conocida como EGB. Un filme que como cabe esperar de un cineasta como Robert Redford hace gala de un innato sentido de la narración pero cuyo academicismo exagerado y un postulamiento político algo obvio le restan alcance a unas pretensiones que, al final, se ven reducidas a no mucho más que un filme de abogados "a lo Grisham" en el que su trasfondo histórico marcará la diferencia fundamental para que nuestra memoria alcance a diferenciarla de otras cintas "a lo Grisham".
Nota:
6.5Lo Mejor:
- Los actores
Lo Peor:
- Su academicismo carente de riesgo