TERMINATOR 3: LA REBELIÓN DE LAS MÁQUINAS/TERMINATOR 3: RISE OF THE MACHINES
SINOPSIS: Ha pasado ya una década desde que John Connor ayudara a prevenir el Juicio Final y salvar así a la Humanidad de una destrucción masiva. Ahora, a sus 25 años y con su madre Sarah fallecida, Connor vive en fuera de juego: no tiene hogar, tarjetas de crédito, teléfono móvil ni trabajo fijo; vive como una sombra, sin que exista ninguna prueba de su existencia. Hasta que procedente de las sombras del futuro aparece en escena la T-X, la máquina de matar más sofisticada de Skynet, enviada de regreso a través del tiempo para terminar el trabajo inacabado, lo que pone en evidencia el hecho de que el día del juicio sólo había sido pospuesto. La resistencia vuelve a enviar a un nuevo Terminator para protegerle a él y a Katherine Brewster, su futura mujer, pero esta vez en vez de huir intentarán evitar que Skynet se haga con el control y provoqué el holocausto nuclear...
VOMITATOR: EL PRINCIPIO DEL FINSiempre pensaré que la salida de James Cameron fue lo peor que le pudo pasar a esta franquicia. En 1984, sin mucho presupuesto, sale 'Terminator', grandiosa película de ciencia-ficción de la década; siete años después se superan y logran mejorar lo que ya era bastante bueno. Y viene la tercera parte porque alguna vez había que meter la pata.
Con esta película pasa como con 'Batman & Robin'. Desde el principio, aunque aquí tarda un poco más que en la película de Joel Schumacher, ya uno quiere arrancarse los ojos del despropósito. Hemos pasado de ciencia-ficción épica con grandísimos personajes y escenas de acción que se siguen recordando hoy en día a:
- ¡Eres una puta máquina!
- Mejor
O a un John Connor que tiene de carismático y luchador lo que Rob Schneider tiene de actor de método. Simplemente es un llorica que le importa un pimiento que el mundo se acabe. Edward Furlong ahora es un desastre, pero no ha habido un mejor John Connor que él (Christian Bale hizo lo que pudo dentro del material que había).
Se podría haber hecho una trilogía excelente. No había un mal punto de partida ni mucho menos; no obstante, todo se hizo mal, se cae en la parodia y en un reparto que no está a la altura de las expectativas. Tanto es así que la escena final es lo único que merece la pena.
Se notó, y aún se nota, la salida de James Cameron. Él, y solo él, debería haber dirigido y finalizado la franquicia. Ni Jonathan Mostow, ni McG, ni Alan Taylor han estado a la altura.
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