Alcarrás
SINOPSIS: Después de ochenta años cultivando la misma tierra, la familia Solé se reúne para realizar juntos su última cosecha.
CRÍTICA: Aquellos años maravillosos'Alcarrás' es una película de visionado no especialmente agradable pero cuya impresión en nuestra cabeza promete (o pretende) ser más duradera. Esta película de claros, obvios, evidentes contornos documentales y testimoniales cuenta con un discurso tan poderoso como a la vez disperso. Todo, y nada a la vez. Como lanzar una moneda al aire.
Como ya hizo en su debut, la directora Carla Simón nos vuelve a hablar de un mundo que conoce de primera mano: La película nace de nuevo de la valoración de un legado, y de la voluntad de plasmarlo antes de que desaparezca o caiga en el olvido. De esta manera 'Alcarrás' viene a ser, tanto en esencia como en la práctica, la fotografía de un recuerdo expuesta con total naturalidad. Los ecos de un momento retratado de manera cercana, sencilla y honesta.
La intención, clara y meridiana, es que en base a este retrato campechano y bajo la coartada de las relaciones intergeneracionales, 'Alcarrás' sirva como una suerte de tributo (nostálgico, pero no sentimental) al mundo de la agricultura y a las familias que viven de ella. Al igual que por ejemplo 'Utama', un grito ahogado por la comodidad de un progreso que amenaza el recuerdo de un pasado que para muchos es aún un presente (con poco futuro).
Una obra coral donde no hay un solo protagonista: La cámara se integra como uno más de la familia Solé durante dos horas de metraje. Dos largas (y algo pesadas) horas que esbozan una idea a través de muchos hilos de los que en realidad, nunca llega a tirar. Y es que la idea no está encauzada en torno a un argumento que la coja por los cuernos, siendo que Carla Simón se abandona a la creación de una instantánea por encima de una historia.
A dar viva voz a lo que se adivinan sin disimulo que son sus propios recuerdos de infancia. Tal cual.
De esta manera, y desde la reverencia de una mirada casi infantil, tal vez quede demasiado supeditado a nuestras propias vivencias el alcance de una película realista y auténtica, más no por ello emocional o empática. Así, nos queda una bonita cosecha de estampas que si bien funcionan y valen en sí mismas, juntas y unidas, como una teórica familia, no trascienden de una idea tan romántica como algo vaga que no arraiga por igual en el corazón.
Nota:
7.25Lo Mejor:
- Su autenticidad
Lo Peor:
- Su inconclusión