Pinocho (de Guillermo del Toro)
SINOPSIS: Basada en el famoso cuento de Carlo Collodi.
CRÍTICA: Del Toro ZemeckisRobert Zemeckis y Guillermo del Toro son dos cineastas venidos a menos cuyo contrastado talento parece haber quedado comprometido por los efectos especiales y la ornamentación de la que hacen gala en sus películas. El primero lleva cerca de 20 años abusando de los efectos digitales*, mientras que el segundo parece antes un pintor que un narrador. En ambos casos, la sensación es que cuanto más dinero y más medios tienen a su disposición, peor.
Los dos, además, le han metido mano a Pinocho recientemente en sendas películas de animación: Una de verdad y la otra, a pesar de la presencia de Tom Hanks, como si lo fuera. La historia de Pinocho, una historia de sobra conocida que parece que nos han contado mil veces, y que parece que nos volverán a contar otras mil veces. Hasta Roberto Benigni se ha permitido el capricho de hacerlo dos veces, en una haciendo de Pinocho y en la otra de Gepetto.
El principal problema, tanto del 'Pinocho de Guillermo del Toro' como ya puestos del '
Pinocho de Robert Zemeckis', es que en ambos casos se tratan de películas excesivamente acomodadas por parte de dos cineastas demasiado cómodos consigo mismos. Películas acomodadas a partir de una historia que se siente, a base de repetición e insistencia, de por sí acomodada y asentada en la rutina. No son la misma película, pero sí la misma historia (de siempre).
Hay cambios y matices distintos, incluso modificaciones sustanciales y sobre todo una apariencia y tonos diferentes. Pero dejando la lujosa parafernalia a un lado (o los divertidos guiños a otras pelis de Disney), siguen siendo una misma película a la sombra de una nariz. Películas que acaban estando sustentadas por la técnica y no por el corazón, y que parecen compradas con dinero y no con sentimientos. El oficio de ambos es indudable, tanto como su autocomplacencia.
Dejando de lado a un Zemeckis convertido en vocero de Disney, a Del Toro y su genio se les ve tan atascados y estancados como a Tim Burton. Y este 'Pinocho' es una víctima más de esta circunstancia como ya lo fue 'El callejón de las almas perdidas': Un bonito papel de regalo envolviendo un capricho infantil y una distracción vacía. El mito engullendo al cineasta con su beneplácito, en una repetición de una repetición que nos llega como un eco de un eco.
* Con 'El vuelo' y 'El desafío' como notables excepciones a la regla.
Nota:
5.5Lo Peor:
- Su exceso de pretensiones