LA MAGIA SE HA PERDIDO
'¡Shazam! La furia de los dioses' es, seguramente, una de las últimas películas del actual universo extendido de Warner Bros/DC antes de que lleguen los nuevos proyectos liderados por James Gunn y Peter Safran como nuevos mandamases de DC (que San Snyder nos proteja, porque la pinta que tiene este nuevo universo no es muy halagüeña por ahora) y habrá que hacerse a la idea de que quizás esto sea lo último de Zachary Levi y compañía que veamos; aunque, quien sabe, el montaje de Zack Snyder de 'Liga de la Justicia' salió cuando parecía imposible.
La primera entrega de 2019 no me pareció un filme para ponerme las manos moradas a aplaudir, pero a pesar de su tono más desenfadado con toques de terror aquí y allá no fue impedimento para llevarme una pequeña sorpresa con un largometraje del que no esperaba mucho y me entretuvo bastante bien con un reparto bien cohesionado y teniendo como villano a una elección acertadísima como Mark Strong, gran actor algo infravalorado quizás.
La profecía fallida de aquella finalmente se cumplió en esta secuela. No esperaba gran cosa y, efectivamente, no es gran cosa.
Una de las mejores cosas de la '¡Shazam!' de 2019 fue su reparto, un reparto de niños y adultos bien cohesionados entre ellos. Aquí no parece que evolucione demasiado su convivencia y se han quedado estancados en este aspecto, si bien la relación entre Billy Batson y Freddy Freeman sigue dando algún que otro momento. Un Freddy Freeman que sigue teniendo su cuota de protagonismo, dando una excusa para la entrada de Rachel Zegler interpretando a Anne, un personaje que no es lo que parece, quien tiene buena química con el actor y dan, al igual que con Billy, algún que otro buen momento.
Se anunciaron las incorporaciones de Helen Mirren y Lucy Liu como las villanas de la función y su papel les queda algo a deber. No pongo en duda de la calidad de ellas dos (sobre todo de la Mirren, Dios me libre), pero el guion de Henry Gayden y Chris Morgan no las aprovecha todo lo que se podría haber hecho y sus personajes no son más que villanas de usar y tirar sin dejar un gran poso ni en la misma película ni con el paso del tiempo, lo cual es una auténtica pena.
Como pena es esta secuela, un largometraje sin demasiado que ofrecer más que una aventura más con demasiado humor tontorrón (diría que el 95% del tono de humor es así) del que rescato los prolegómenos de la batalla final con una secuencia bonita entre madre adoptiva e hijo adoptivo y la misma batalla donde la cinta consigue salvarse en el último cuarto cuando ya pensaba seriamente si suspenderla. No quita aún así su resultado regulero y la sensación de extrañeza de como ha bajado el nivel de una película a otra. Incluso las dos escenas post-créditos (una de ellas cambiada por el follón que tienen en el estudio con esta división de películas) tampoco son gran cosa.
La magia se ha perdido como la que podría haber tenido este universo extendido con algo más de paciencia y mejor gestión.
5