JARDANI JOVANOVICH, EL MITO
Durante el pase (18:00 en punto, aunque el filme en sí empezó más tarde por los típicos anuncios y tráilers) de esta John Wick 4 no pude evitar pensar en como maneja Keanu Reeves una dualidad en él mismo. Por un lado, tenemos a la persona, un hombre que derrocha sabiduría cuando se pone a reflexionar ("los que nos quieren nos echarán de menos", respondió a Stephen Colbert ante la pregunta de este de que pasa cuando morimos, algo que me gustó por la forma de expresarlo) y humilde a pesar de haber ganado millones de dólares durante su larga trayectoria; por el otro, tenemos a John Wick, un mercader de la muerte metido a antihéroe al que como lo pilles con el día torcido más vale que tengas el testamento preparado. Es esa dualidad una de las cosas que más me llaman la atención de este actor, la capacidad de llevar a la vida a tal personaje intimidando a sus enemigos y al mismo público cuando en su vida diaria es alguien totalmente distinto.
Quedaba una bala más en la recámara (en principio iban a ser dos, pero parece que decidieron unir dos tramas en una sola película) donde ver al humilde y sabio Keanu convertido en uno de los asesinos a sueldo más temibles que jamás hayan pisado este planeta, y veníamos de una entrega que, personalmente, me parecía un poco redundante, si bien permitía conocer más allá del mundillo que rodeaba a John Wick mientras este se encargaba de ir dando la baja a lo salvaje a quien se le pusiera por delante.
Aún con el recuerdo un poquito agridulce de la anterior, venía con muchas esperanzas para esta cuarta que prometía ser el final antes de empezar a presentar los spin-off que deberían venir en un futuro no demasiado lejano. Y mis esperanzas han sido colmadas, aún cuando sabía que iba a ver tiros, y peleas a muerte en su inmensa mayoría, pero las secuencias de acción de esta saga son, sin duda, una maravilla para la vista por lo excelentemente coreografiadas que están y aquí va a haber para dar y tomar casi desde el primer minuto. Sin duda, hay que verla en pantalla grande para apreciarla en todo su potencial.
Más allá de la esperada dosis de acción a diestro y siniestro en los que tenemos envueltos a gente como Hiroyuki Sanada (actor de una presencia corriente, pero imponente a su vez, cosa muy difícil de equilibrar), Donnie Yen aportando hostias y algunas ingeniosas secuencias cómicas o un irreconocible Scott Adkins con un personaje que puede ser fácilmente sobrestimado, pero una vez que explota sus cualidades desde luego que no está por estar, tenemos una historia que a pesar de su duración de casi tres horas está cuidado y no da pasos en falso. Siempre hay tramos más fuertes y otros más flojos, pero creo que sobrar no sobra apenas nada. A veces se recrea demasiado en según que secuencias, aunque es algo que para los iniciados en John Wick ya podemos contar con eso.
Sin duda, eso sí, el mejor secundario de todos es el perro de Don Nadie, ese perro merece su propia película o serie.
No quiero olvidarme de una presencia especial como es la de Lance Reddick, un actor al que mayormente conocía de estas películas y del que, no obstante, sobrecoge verle en pantalla sabiendo que ya no lo veremos más ni aquí ni en ninguna otra cosa. No he sido el mayor seguidor de su carrera, pero su presencia en esta saga ha sido tan importante y valiosa como el del mismo Keanu Reeves aportando un toque de distinción y eficiencia como el conserje Charon. Que en paz descanse.
Curradas secuencias de acción, una historia ejecutada casi sin brechas y una fotografía al nivel de entregas anteriores, aumentando más el nivel de lo que esté pasando entre los personajes, hacen de esta cuarta parte un regreso al listón que pusieron 'John Wick (otro día para matar') y 'John Wick: Pacto de sangre', un listón en el que se saca grandes cantidades de rédito con tramas centradas en la acción y en la muerte. Con sus créditos finales, y su escena post-créditos, se da el broche de oro a una saga que ha vuelto a poner el género de acción en un lugar de honor cuando ya había pasado la edad de oro de los 80 y 90 y ya se tenían pocos baluartes como Jason Statham, Dwayne Johnson o el mismo Scott Adkins.
Lo que muestren los futuros spin-off y si pueden llegar a ser tan notables como lo ha sido esta tetralogía es algo que ya se verá cuando llegue el momento.
8