Jo, qué noche!
Sinopsis Al finalizar su jornada laboral, un solitario empleado de una compañía de informática (Griffin Dunne) se ve envuelto en una serie de extrañas circunstancias que le llevan a uno de los peores barrios de Nueva York. Allí, vivirá una interminable y alocada noche...
Ficha técnicaDirector: Martin Scorsese Intérpretes: Cheech & Chong, Griffin Dunne, Linda Fiorentino, Rosanna Arquette, Teri Garr, Verna Bloom, Cheech Marin, Victor Argo Título en VO: After Hours País: USA Año: 1985. Duración: 97 min. Clasificación: Mayores 13 años Género: Comedia Color o en B/N: Color Guión: Joseph Minion Montaje: Thelma Schoonmaker
Fotografía: Michael Ballhaus
Música: Howard Shore
Acerca de Jo, qué noche! Un mejor título en castellano que se le podía haber dado a esta especial película de
Martin Scorsese sería: “Jo, que noche he pasado tan mala!” Porque dicho sólo: Jo, qué noche! Pareciera que esa noche a la que se refiere el título, y que malvive el protagonista, ha podido ser divertida y para recordar, por lo bien que se lo ha podido pasar…y para nada, todo lo contrario. En inglés su título (el original) es
After hours y se refiere a los locales de copas o discotecas que abren sus puertas cuando los bares nocturnos comunes cierran las suyas, casi siempre coincidiendo con la última hora de la noche, rozando la madrugada, y en los que se junta lo más variado y extraño de la ciudad que satisface sus más variadas necesidades etílicas, o de drogas y diversión de todo tipo. De muchos de estos especimenes nocturnos, de los lugares de la gran ciudad donde sólo almas con ganas de la evasión más visceral que quiere perderse y olvidarse de lo de siempre, producto del hastío más pegajoso y molesto (en esto pensaría en el protagonista
Paul Hackett, protagonizado por el actor
Griffin Dunne) habla
Jo, qué noche!, pero de una forma diferente a la habitual, bastante simbólica y sugerente. En este marco es donde se desenvuelve la acción que es un sueño en sí mismo y que pasa de lo divertido a lo angustioso en un proceso donde se juzga y se quiere castigar sin justificación alguna a un protagonista
Griffin Dunne incapaz de poder escapar de unos acontecimientos que en cualquier momento lo arrollarán.


Digo que la película es una pesadilla en sí misma no solamente por la sensación que se palpa (con elementos tales como lo surreal, pero aquí comedido, el querer escapar de una amenaza de la que no se logra desprender
Paul Hackett, la sensación de soledad y desamparo en un contexto hostil, pero disfrazado de comprensión y amabilidad, etc) sino por una interpretación que se podría hacer consecuencia de un análisis y la “descodificación” siguiente:
Al comienzo el protagonista se encuentra en la oficina donde trabaja; la imagen viaja a cámara rápida, muy acelerada, indicando que se está en un día de trabajo, en plena actividad diaria. Hay estrés, movimiento, inercia de trabajo, un cierto descontrol. De pronto la dinámica habitual diaria se detiene, y la cámara también se calma, fijándose en
Griffin Dunne. Hay más pausa porque se está pasando de un estado de vigilia a otro de reposo, antecesor del sueño…


La misma oficina representaría la habitación del protagonista, y su sillón podría ser su cama. Antes de acostarse hay que fijarse en la actitud de
Paul Hackett: éste echa una mirada a lo que podría haber sido el día que ha trascurrido; los gestos de sus compañeros, las fotos y los bolígrafos en las mesas de la oficina, la monotonía del día a día se vería como un preludio del sueño. De hecho
Griffin Dunne, cuando habla con uno de sus compañeros, explicándole cómo tiene que hacer para utilizar un programa informático, se gira con calma y observa la oficina y a los compañeros que ocupan su espacio, esa mirada es como un recuerdo retrospectivo de lo que fue su día, como cualquier otro día, con los mismos mecanismos donde lo usual es la norma y lo sabido; y en la mirada de
Paul Hackett se nota que Morfeo comienza a hacer acto de presencia… está a punto de sucumbir al sueño… y el sueño comienza:


En la fase más superficial todavía hay control de las situaciones, aunque comienzan los primeros síntomas de que se está viviendo otra cosa diferente de lo real; aún así hay suficientes elementos reales como para no sentir desamparo o falta de control. Un poco más tarde, y en esta parada entraría en escena el taxista amante del flamenco con mirada de loco no del todo agresivo, se pasa a una fase del sueño más profundo, y es el taxista el que lo transporta rápidamente. Éste representaría el agujero que lleva a Alicia al país de las maravillas. El taxista se puede interpretar como la transición del sueño amable y sin demasiadas complicaciones a la pesadilla, a lo oscuro, aquí contada más bien en forma de comedia, pero una pesadilla que irá de menos a más… ¿y que nos encontramos por el camino, que sería el desarrollo central de la estructura del film? Pues a personajes solitarios, tristes, atormentados o con grandes inseguridades que sufren y que buscan comprensión, que se les entienda y se les valore, aunque sea un poco, personajes que buscan compañía porque la soledad los aplasta, personajes con una sensibilidad a flor de piel, una sensibilidad con tendencia al histerismo como el que sufre
Julie, la mujer camarera que invita a
Paul Hackett a su casa porque cree que le gusta.
Por último nos embarcaríamos en plena vorágine de angustia e impotencia que una pesadilla amenazante representa; pero aquí no demasiado dramática porque, como dije antes, el tono es de comedia y no de terror. La amenaza no se debiera justificar porque no hay ningún delito que castigar, pero eso no importa porque la razón aquí ya no importa, sólo el hecho de ser condenado y perseguido para castigar una culpa que no es tal. Todo estos acontecimientos empapan de impotencia y miedo a un
Griffin Dunne desamparado y con ganas de huir, con un irrefrenable deseo de salvarse, y más sabiendo que no es culpable de nada, sólo de no estar en su sitio en el momento menos adecuado, aunque al principio le atrajera esa novedad envuelta en misterio que se podría interpretar como ganas de vivir nuevas experiencias para huir de la monotonía y el tedio, y aceptar la propuesta de
Rosanna Arquette sería como una forma de evasión.
¿Y qué ocurre cuando todo termina? Que
Griffin Dunne se despierta en el mismo lugar donde comenzó su “aventura nocturna”: en su oficina, que es su habitación… ¿Y qué le dice el ordenador, que sería su despertador? Le dice: “Buenos días,
Paul”…
9.25 / 10