AÚN QUEDAN MONERÍAS QUE CONTAR
En mi crítica de 'La guerra del planeta de los simios', en parte del título aparecía la expresión 'se acabó hacer el mono'. Parecía que con la trilogía que inició Rupert Wyatt en 2011 con 'El origen del planeta de los simios' y continuó Matt Reeves en 2014 y 2017 con 'El amanecer del planeta de los simios' y 'La guerra del planeta de los simios', respectivamente, íbamos a dejar de ver a los rebeldes monos por unos cuantos años; efectivamente, así fue. No por tantos años como se esperaba, eso sí. Wes Ball (director de la trilogía de 'El corredor del laberinto') coge el testigo y continúa con la historia. Una historia que se sitúa unos 300 años después de las peripecias de César.
Por supuesto, tenemos a los simios dominando ahora el planeta Tierra, pero dentro de la especie no hay una unión como quería César ya que están divididos en clanes y, a veces, se pelean entre ellos. Ni siquiera pueden convivir con los humanos como bien quería el personaje interpretado por Andy Serkis en la trilogía anterior. Es decir, todo el esfuerzo de César prácticamente ha caído en saco roto debido a un interés en retorcer interesadamente su legado por parte de los simios malvados que ahora pretenden dominar el cotarro frente a los protagonistas de esta historia que son principalmente tres: Noa, Soona y Anaya, siendo el protagonista el primero.
No hay mucho margen para sorprender en lo que pretende ser una nueva trilogía, dejando semillas, eso sí, más que interesantes para una futura secuela. Lo que vemos aquí es algo ya visto en las cintas de la pasada década e, incluso, en la pentalogía clásica empezada por la mítica 'El planeta de los simios' de 1968. Tenemos a unos simios buenos y a unos simios malos con algunos humanos con una trama aparte y un papel que jugar en esta nueva narrativa, interpretados por Freya Allan y William H. Macy. Ambos me han parecido unos personajes con capas por descubrir, aunque personalmente me ha parecido más interesante y desaprovechado el segundo como un colega de los simios que nunca creo que llegué a ver en ninguno de los filmes anteriores, ya sean los clásicos o los modernos (e incluyo también el remake dirigido por Tim Burton en 2001) y que tenía más potencial. Al personaje de Freya Allan le pasa como le sucede a la película en general: no está del todo mal lo que se ve, mas su potencial está aún por descubrir.
Donde no decepciona en absoluto es en el terreno de los efectos especiales. Continuando con la gran labor de efectos prácticos de las entregas clásicas y las tres películas de Wyatt y Reeves, los efectos vuelven a brillar de forma sobresaliente con unos muy conseguidos paisajes post apocalípticos con las ruinas de la antigua civilización humana dominado ahora por la naturaleza y los habitantes primates con una lograda caracterización y expresividad, no echando a perder el trabajo de los actores por captura de movimiento, entre los que destacan nombres como Kevin Durand ('El tren de las 3:10', 'X-Men Orígenes: Lobezno'), Neil Sandilands (Clifford DeVoe/Thinker en la serie 'The Flash') o Eka Darville (la serie 'Jessica Jones').
Sí que decepciona algo en la banda sonora. John Paesano coge el relevo de Michael Giacchino y elabora una composición efectiva de canciones con acción, pero que no deja un gran poso al final.
Tenemos como resultado un largometraje que deja incógnitas para el futuro y algunas cosas por explicar que chocan con lo visto de la trilogía predecesora, especialmente de 'La guerra del planeta de los simios'. Este primer adelanto no está mal como entrante, contando con unos personajes que pueden mejorar (tanto simios como humanos) y secuencias de acción y pelea bien ejecutados. ¿Se le puede pedir más? Sin duda.
(Un poco más en zona spoilers).
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En mi crítica de 'La guerra del planeta de los simios', en parte del título aparecía la expresión 'se acabó hacer el mono'. Parecía que con la trilogía que inició Rupert Wyatt en 2011 con 'El origen del planeta de los simios' y continuó Matt Reeves en 2014 y 2017 con 'El amanecer del planeta de los simios' y 'La guerra del planeta de los simios', respectivamente, íbamos a dejar de ver a los rebeldes monos por unos cuantos años; efectivamente, así fue. No por tantos años como se esperaba, eso sí. Wes Ball (director de la trilogía de 'El corredor del laberinto') coge el testigo y continúa con la historia. Una historia que se sitúa unos 300 años después de las peripecias de César.
Por supuesto, tenemos a los simios dominando ahora el planeta Tierra, pero dentro de la especie no hay una unión como quería César ya que están divididos en clanes y, a veces, se pelean entre ellos. Ni siquiera pueden convivir con los humanos como bien quería el personaje interpretado por Andy Serkis en la trilogía anterior. Es decir, todo el esfuerzo de César prácticamente ha caído en saco roto debido a un interés en retorcer interesadamente su legado por parte de los simios malvados que ahora pretenden dominar el cotarro frente a los protagonistas de esta historia que son principalmente tres: Noa, Soona y Anaya, siendo el protagonista el primero.
No hay mucho margen para sorprender en lo que pretende ser una nueva trilogía, dejando semillas, eso sí, más que interesantes para una futura secuela. Lo que vemos aquí es algo ya visto en las cintas de la pasada década e, incluso, en la pentalogía clásica empezada por la mítica 'El planeta de los simios' de 1968. Tenemos a unos simios buenos y a unos simios malos con algunos humanos con una trama aparte y un papel que jugar en esta nueva narrativa, interpretados por Freya Allan y William H. Macy. Ambos me han parecido unos personajes con capas por descubrir, aunque personalmente me ha parecido más interesante y desaprovechado el segundo como un colega de los simios que nunca creo que llegué a ver en ninguno de los filmes anteriores, ya sean los clásicos o los modernos (e incluyo también el remake dirigido por Tim Burton en 2001) y que tenía más potencial. Al personaje de Freya Allan le pasa como le sucede a la película en general: no está del todo mal lo que se ve, mas su potencial está aún por descubrir.
Donde no decepciona en absoluto es en el terreno de los efectos especiales. Continuando con la gran labor de efectos prácticos de las entregas clásicas y las tres películas de Wyatt y Reeves, los efectos vuelven a brillar de forma sobresaliente con unos muy conseguidos paisajes post apocalípticos con las ruinas de la antigua civilización humana dominado ahora por la naturaleza y los habitantes primates con una lograda caracterización y expresividad, no echando a perder el trabajo de los actores por captura de movimiento, entre los que destacan nombres como Kevin Durand ('El tren de las 3:10', 'X-Men Orígenes: Lobezno'), Neil Sandilands (Clifford DeVoe/Thinker en la serie 'The Flash') o Eka Darville (la serie 'Jessica Jones').
Sí que decepciona algo en la banda sonora. John Paesano coge el relevo de Michael Giacchino y elabora una composición efectiva de canciones con acción, pero que no deja un gran poso al final.
Tenemos como resultado un largometraje que deja incógnitas para el futuro y algunas cosas por explicar que chocan con lo visto de la trilogía predecesora, especialmente de 'La guerra del planeta de los simios'. Este primer adelanto no está mal como entrante, contando con unos personajes que pueden mejorar (tanto simios como humanos) y secuencias de acción y pelea bien ejecutados. ¿Se le puede pedir más? Sin duda.
(Un poco más en zona spoilers).
Spoiler
- Parece que se pretende plantear una nueva guerra entre simios y humanos, dejando claro aquí que la convivencia no es del todo posible, por mucho que se intente. Mae (Freya Allan) es la que abre el camino para que los supervivientes puedan comunicarse entre ellos en el tramo final mediante una pieza faltante que ella lleva, explicando así su interés en el lugar escondido tras el portón.
- Justamente la existencia de supervivientes humanos que no se vieron afectados por el virus y el que siga habiendo tecnología funcional después de 300 años es algo que tendrán que explicar, si bien no tiene porqué ser en una futura entrega, que sería lo deseable para que no se lo pierda nadie, sino que sería previsible que elijan hacerlo mediante cómic, cortometraje o lo que se les ocurra.
- Lo que ven tanto Noa como Mae a través del telescopio parecen impresionarles, y debe haber algo más ahí arriba además del esperado paisaje con estrellas y demás. Quizás en siguientes secuelas se resuelva eso.
- Justamente la existencia de supervivientes humanos que no se vieron afectados por el virus y el que siga habiendo tecnología funcional después de 300 años es algo que tendrán que explicar, si bien no tiene porqué ser en una futura entrega, que sería lo deseable para que no se lo pierda nadie, sino que sería previsible que elijan hacerlo mediante cómic, cortometraje o lo que se les ocurra.
- Lo que ven tanto Noa como Mae a través del telescopio parecen impresionarles, y debe haber algo más ahí arriba además del esperado paisaje con estrellas y demás. Quizás en siguientes secuelas se resuelva eso.
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Cinéfilos que han agradecido este tema: Predator33