SINOPSIS:
Wade Wilson intenta salir adelante como un ciudadano cualquiera. Sus días como Deadpool, el mercenario con una moral bastante dudosa, han quedado atrás. Cuando una amenaza existencial se cierne sobre su mundo, Wade vuelve reticentemente a la acción junto al más reticente... ¿reticentísimo? ¿reticentérrimo? Vamos, que deberá convencer a un reticente Lobezno para... Joder. Esto de las sinopsis es una puta gilipollez.
CRÍTICA: Lección de cómo parodiarse a sí mismo
Deadpool y Lobezno es una película cuya primera impresión es buena pero que gana en el recuerdo a medida que pasan las horas de haberla visto y conforme, si se da el caso, la comentas y repasas sus momentazos con otros compañeros de visionado. Los primeros calificativos que se me pasan por la cabeza para hablar sobre ella, aparte de divertida en mayúsculas, es intensa, sobrecargada, mayormente para bien. Sin tener yo frescas en la memoria las dos anteriores para entrar en comparativa con ellas, sabíamos a lo que íbamos. Deadpool es como es (y Ryan Reynolds nació para interpretarlo) y no es casualidad que quizá una de las palabras más repetidas en la película sea "cállate". A mi no se me hizo cargante pero por momentos está en esa delgada línea roja que es parte de su encanto y por la que transita de forma muy consciente.
Y es que la película, que alguien puede ver como una chorrada, tiene un mérito increíble en conseguir que todo funcione tan bien. Empezando por la auto parodia, un ejercicio cuanto menos complicado. La mayoría de veces aquello de "me río de algo pero a su vez mientras lo hago "peco" de también hacerlo" no funciona y menos al nivel que lo hace en este film. Se ríe de cada aspecto de su universo, las empresas que lo llevan a cabo, de todo lo pasado, lo presente y lo futurible. Y por supuesto, hace constantes traspasos de la cuarta pared que siguen siendo de lo mejor de su saga. Y además mezcla toda su "burla" con cariño y resulta en un precioso homenaje al mundo de los superhéroes que por momentos es hasta emotivo. Las referencias son constantes e incontables y los cameos o apariciones son tan numerosas como sorprendentes. Si no has visto la película, mejor ni mires el reparto total de la misma para disfrutarlo aún más.
Hablando de reparto, sus dos protagonistas se comen la pantalla, teniendo además de su conocido carisma, la excelente sintonía entre ambos que todos esperábamos y deseábamos ver. Tanto sus efectos visuales como sus escenas de acción son una delicia. Y cómo Deadpool mismo dice, que bien funciona una canción famosa comercial con escenas de desmembramientos a cámara lenta.
Por último, por si alguien se pregunta si es indispensable estar al día en todo el universo Marvel, diría que no. Bebe de los sucesos de la anterior Deadpool y de Logan y te hace suficiente memoria de ello hasta en el caso de que lo recuerdes vagamente. Y curiosamente, de los elementos y localizaciones que más coge, son de la serie Loki.
¿Algo malo a decir? Pues no sé, sus villanos podrían ser más memorables pero no están mal. Que tiene momentos dramáticos que no acaban de tocarte la patata del todo porque estás pensando y esperando "ahora es cuando entra Deadpool con un chiste y rompe el clima" (pero que también es parte del encanto). La película podría ser aún más apoteósica pero ya va bien con todo lo que te da. De hecho, además de cómo decía, ganar enteros con el paso del tiempo, seguro que agradece revisionados y seguro que en los mismos, sacas detalles nuevos que a la velocidad que suceden algunas cosas, no te da tiempo de cazarlas todas.
Una de las mejores películas de superhéroes en tiempo y un disfrute de inicio a fin.
Nota: 7'5
Lo Mejor: Lo bien que se le da lo que hace
Lo Peor: Tener que tener memoria eidética para disfrutarla al 200%