EL CAZADOR DE HOMBRES/L' ALPAGUEUR
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SINOPSIS: "L'alpagueur" es el apodo de Roger Pilard, un cazarrecompensas que sigue los métodos brutales que aprendió en los Servicios de Seguridad Franceses. Su nueva presa es un peligroso criminal y, para atraparle, tendrá que saltarse todo tipo de reglas...
CAZADOR Y CAZADOAunque Jean-Paul Belmondo empezó a ser conocido en esto del séptimo arte con filmes como 'Al final de la escapada', 'Pierrot el loco' o '¿Arde París?', no tardó demasiado tiempo en participar en largometrajes más de acción donde su presencia ya vendía por si solo el filme (ustedes creerán que es feo, pero tenía carisma para regalar). En esa etapa más comercial se sitúa esta 'El cazador de hombres', en la que a su vez es cazador y cazado.
Roger Pilard (Belmondo) es un mercenario a sueldo de la policía al que le encargan diversos trabajos. Evidentemente, esto no ha salido a la luz pública y por un trabajo en Rotterdam, unos mafiosos irán en su captura y hasta le chantajearán con revelar su trabajo, mientras Pilard irá en la búsqueda de un criminal al que apodan 'El gavilán', un ladrón que consigue cómplices jóvenes e ingenuos. Y los métodos de Pilard no se atañen a ningún libro de reglas (tampoco es que sea un sanguinario).
El largometraje promete un buen rato de acción y lo cumple. Entre peleas, tiros y suspense, la hora y casi cuarenta minutos se amortizan gracias, como no, a un Jean-Paul Belmondo que pone su talento y carisma al servicio de la historia interpretando a un mercenario ingenioso a la hora de cumplir sus encargos del que se deja caer que es tan exitoso que, poco a poco, se le van acabando las ganas por tener que afrontar cada vez menos retos.
Dentro de su extensa filmografía, obviamente el actor francés tiene películas más recordadas que la que se reseña aquí, pero no se engañen. El que no se recuerde no quiere decir que sea mediocre. Además de la actuación del solvente "feo más guapo del cine" (y de Bruno Cremer como el villano de turno), tenemos un guion que condensa acción y suspense y una banda sonora que sirve de acompañamiento (y, aún así, tiene momentos de brillantez), obra de Michel Colombier que suele hacer acto de presencia en las secuencias más trepidantes.
En definitiva, no es para perder la cabeza; mas creo que es un largometraje cumplidor.
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