INTENSIDAD EN MENOS DE HORA Y MEDIA
Hoy tocaba revisión, con notable mejoría.
NUNCA MATARÍA NI A UNA MOSCA, CARIÑOHacía muchísimos años que no veía esta producción de David Cronenberg del que recuerdo que en su momento ya me gustó, aunque la nota que tenía en el día que la puntué ya me decía que no me había entusiasmado. Estos días ha vuelto a surgir la llama de verla, quizás porque con el paso de los años ha guardado un mejor poso, cosa que se ha confirmado hoy con la revisión.
Cronenberg pasaba aquí por una etapa como la de su tocayo David Lynch, ambos suelen hacer filmes no para todos los públicos que se salen de lo convencional y de vez en cuando se dejan caer por producciones más terrenales que no significa que les tengan atados de pies y manos para su talento. Para Lynch esas cintas fueron 'El hombre elefante' o 'Una historia verdadera' (ambas magníficas) y Cronenberg coqueteó con el cine más 'modesto' en 'La zona muerta' y lo volvió a hacer en 'Una historia de violencia' que será modesta; pero es buena como ese plato que no tiene una pinta que te la comes con los ojos y, sin embargo, una vez la pruebas está buenísima.
Un Viggo Mortensen con los ecos de su lucha contra los orcos y contra Sauron aún resonando se enrola en esta historia donde el camarero y buen esposo que su personaje era resulta que guardaba un as bajo la manga, solo que este as va a terminar explotando dando pie a un festival de (¿a que no lo adivinan?) violencia. El actor estadounidense de habla hispana no contó demasiado para los galardones de interpretación, si bien es poco discutible que realiza un gran papel a la altura de sus compañeros de profesión que no son precisamente mindundis en esto de la actuación. Ed Harris y su ojo de cristal, William Hurt y su presencia poderosa en el poco tiempo que dispone y Maria Bello como la esposa a la que la va a estallar todo en la cara como a sus hijos realizan unos trabajos soberbios.
De la historia guionizada por Josh Olson se puede detectar a simple vista la moraleja de que a veces el/la mayor desconocido/a puede habitar dentro de tu misma casa; entrando más en profundidad también se vislumbra una conveniencia por el uso de la violencia por parte de la familia con una doble moral cuando arengan a otro miembro a no hacer lo que hace a las bravas, lo que en una frase se resumiría como "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago"; la violencia para la mayoría de la especie humana es tentadora y se necesita una fuerza de voluntad inmensa para no caer en ella.
Así mismo, otro punto fuerte es que este es un filme que tiene tanta fuerza como historia independiente tanto como si hubiese una precuela. Seguramente tenga más gracia contando omitiendo gran parte del pasado, si bien, personalmente, no me molestaría ver una precuela.
Estas moralejas e interpretaciones se dan dentro de una excelente dirección del canadiense David Cronenberg que demuestra que no necesita una historia con tintes siniestros y secuencias con gusto por las vísceras para rodar una gran película. Ciertamente Cronenberg se ha hecho famoso en todo el mundo de esa forma y su cine, aunque a veces pueda parecer que le falta un tornillo, se respira como proyectos lejos del esclavismo de rodar para gustar a todo el público, cosa que se agradece. Eso sí, también son bienvenidos proyectos como este donde puede dar libertad a esas ansias de dejar boquiabierto a quien de una oportunidad a su trabajo dentro de un contexto más identificable con la realidad.
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