Ahí va, mi primera crítica
El Irlandes (The Guard)
Hay buenos actores que nos gustaría ver en papeles protagónicos más seguido, tales como John Turturro, Steve Buscemi, Sam Rockwell, John C. Reilly o Brendan Gleeson, pero suelen estar relegados a papeles secundarios a causa de no tener el “físico de protagonista”. Pero de vez en cuando estos actores obtienen un papel principal y vaya si lo aprovechan, hay muchos ejemplos de esto, y The Guard es uno de ellos.
Brendan Gleeson interpreta a un guardia (algo así como un policía en Irlanda), pero no cualquier guardia, uno misógino, racista, irrespetuoso y muchas otras características negativas, pero al mismo tiempo, enternecedor, simpático y amoroso con su madre. La historia es bastante convencional. Cuando en principio pareciera que el director nos metería en algo así como una versión cómica de Se7en, la historia se torna sencilla y sin elementos que puedan confundir al espectador, proveyendo ninguna sorpresa.
Sí, un relato sin sorpresas pero que no las necesita, porque tiene un protagonista que llena la pantalla y fascina cada vez que suelta un ácido dialogo, Brendan Gleeson, quien prueba que puede con el peso de una película entera en sus hombros sin ningún problema, ya que es él quien hace que The Guard pase de ser un relato sumamente convencional a una película simpática llena de momentos divertidos y enternecedora.
Es imposible imaginar a otro actor protagonizando esta película, Brendan Gleeson es simplemente el hombre perfecto para el trabajo, pero hay otros elementos que hacen de la película una experiencia disfrutable. No se puede imaginar una mejor ambientación para la película que Irlanda, con todo ese humor negro en contra de los ingleses, americanos, negros, e incluso los mexicanos, quienes también salen empapados de los ácidos comentarios de nuestro querido Guardia. Irlanda es la cuna perfecta para todas las situaciones planteadas en la película, que tiene un ritmo correcto y está bastante bien escrita de la mano de su mismo director, pero no todo es perfecto.
Por lo negativo, podemos hablar de la simplicidad de su historia (aunque también parece una virtud) y de sus personajes secundarios. Brendan Gleeson nos regala un personaje tan grande y redondo, que todos los demás personajes se quedan pequeños. Esta ahí un siempre efectivo Mark Strong que queda totalmente desaprovechado, ya que él y sus secuaces pasan solo a ser parodias de los estereotipos de villanos, quedando como personajes planos. También tenemos a quien comparte el cartel con el protagonista, Don Cheadle, quien tiene una perfecta química con el Brendan Gleeson, pero su personaje queda pequeño ante ese muy bien armado personaje protagónico.
En fin, una película muy recomendable, algo olvidable, pero aun así es una hora y media de diversión y buen entretenimiento, y una oportunidad de ver a uno de esos buenos actores que no suelen tener la pantalla para ellos solos.
7/10