El sótano del miedo (1991)

Iniciado por Sacri94, 16 de Julio de 2022, 03:11:51 AM

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Sacri94

El sótano del miedo


Wes Craven es uno de los grandes maestros del cine de terror, pero parece que su trabajo fuera de la saga 'Scream' o 'Pesadilla en Elm Street' pasa desapercibido o directamente vilipendiado. Algunas veces con motivo, por supuesto, pero no puedo decir que no haya visto una película suya que haya pensado "Aquí Wes Craven estaba desganado". Incluso en películas que me han parecido realmente mediocres y fallidas como 'La nueva pesadilla de Wes Craven' se nota que detrás de ese proyecto hay uno de los grandes en el género al que le encanta juguetear con los estándares y ofrecer producciones frescas e innovadoras. Hoy he ido a ver 'El sótano del miedo' al cine sin saber nada sobre ella, únicamente por tener el nombre de Wes Craven en su cartel, porque el título me parece muy intrigante y el cartel es muy llamativo. Lo que me he encontrado me ha pillado por sorpresa.

'El sótano del miedo' es un film sorprendentemente influyente en el cine de terror que hemos visto estos últimos años y que vemos hoy en día. Por poner un ejemplo, estoy convencido que Jordan Peele se sabe esta película de memoria de principio a fin de todas las veces que la habrá visto. Hay mucho de su cine en esta cinta, algo que se puede notar especialmente en el trasfondo social de la obra (sorprendente para una producción de 1991) o en sus personajes. Peele es más sutil que Craven, más elegante, pero es fácil identificar los puntos en común. También podemos observar algunas escenas que reaprovecharon (por decirlo de alguna forma) Fede Alvarez en su 'Posesión Infernal' y 'No Respires', William Brent Bell en 'The Boy' o David Charbonier/Justin Powell en la más reciente 'The boy behind the door'. Estas solo son algunas de las películas a las que me ha evocado esta obra de Wes Craven, pero seguro que hay más que no he captado.

El mensaje social que lanza al público es claro y directo, hasta el punto de que nos hace empatizar con los que en la vida real serían los malos, unos ladrones que entran a una casa para robar dinero de una familia rica, que además, son uno de los motivos por los cuales existe un gueto cerca de ese barrio. El primer tramo del metraje prácticamente es cine social que retrata el racismo y la marginación hacia los negros que existía en ese momento, hasta que a partir de cierto punto se convierte en una home invasion tensa, divertida y por momentos terrorífica. Wes Craven consigue crear una atmósfera angustiosa gracias a su juego de luces y sombras constante (muchísimas escenas oscuras) y al aprovechamiento total de una casa muy completa, llena de pasadizos y entradas secretas que hacen estar al espectador en un estado de espera constante para ver que es lo siguiente que va a pasar. Es una película con una gran variedad de situaciones y muchas de ellas son set-pieces de terror fantásticas.

Sus personajes también son especiales. El protagonista, Fool, es el típico niño carismático capaz de llevar el peso de la película a través de piruetas, chascarrillos y algún momento dramático bastante convincente. Es el héroe y actúa como tal. Luego tenemos a su compañero de fatigas, interpretado por Ving Rhames, que sorprende por como trata a Fool, sin tener en cuenta que es un niño. Está muy lejos de ser un buen compañero. Pero la joya de la corona son la pareja rica a la que atracan, interpretados por Everett McGill y Wendy Robie (el matrimonio Hurley en 'Twin Peaks') de forma totalmente desatada, haciéndoles ver como una pareja de villanos absolutamente desquiciada llegando al punto de parecer malos de dibujos animados o de 'Solo en Casa' (solo que en un contexto de terror y depravación). Son lo que más recordaré del film, sin duda, tienen grandes momentos.

Lo más criticable del conjunto es que no sabe cuando parar. En ningún momento se hace larga o pesada, pero el último acto está algo alargado de más por algunas decisiones algo extrañas que te pueden sacar de la película o puedes verlas como estúpidas. En mi caso, llegados a este punto, no he podido hacer otra cosa que abrazar la locura. Tiene un buen final, alocado y festivo como toda la película, así que el pequeño bajón que hay en el último acto pasa a un segundo plano cuando acaba y la sensación es la de haber visto una película bastante adelantada a su tiempo y que fácilmente podría haber sido concebida este mismo año.

Nota: 7.0

"Puedo estar horas comiendo una perita."
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