"El agua moja, el cielo es azul... y las mujeres tienen secretos", decía Joseph Cornelius Hallenbeck en 'El último boy scout'. Así comenzaba también mi crítica de la primera temporada de 'Blue Lights', la cual está descrita como un drama policiaco que sigue el día a día de una comisaría de la policía de Belfast desde el punto de vista de tres novatos en periodo de prueba, y que aún no comprenden del todo dónde se han metido.

Un año después la segunda temporada nos presenta a Grace, Annie y Tommy creciendo rápidamente como agentes de policía y enfrentándose a nuevos retos día a día, tanto como policías en territorio hostil como, sobre todo, personas de carne y hueso. Una segunda temporada que reincide en las bondades de la primera y expande el universo de una serie que, recordemos, ya ha sido previamente renovada por dos temporadas más.

Las ideas claras y el chocolate espeso. Las cosas a menudo son muy simples y sencillas. A los británicos se les dan bien los thrillers del estilo a 'Blue Lights' en los que los polícias se dedican a hacer cosas de polis. Thrillers que vistos desde fuera a menudo puedan parecer más o menos lo mismo de siempre. Como puede suceder con 'Line of Duty' o 'Happy Valley', por citar dos grandes ejemplos que lo dicen todo sólo con mencionarlos.

El agua moja, el cielo es azul... y a los británicos se les dan bien las series como 'Line of Duty' o 'Happy Valley'... o sin ir más lejos 'Blue Lights', lo que bien podría ser una especie de cruce entre ambas, y que en su segunda entrega se asienta como un potencial clásico con la capacidad de reinventar y refrescar un género insondable, en apariencia, gracias a la finura y perspicacia de un buen guión muy pendiente de los detalles y los matices.

Porque en las historias "de policías polis" los detalles y los matices lo pueden ser todo: es lo que transforma una clásica historia de "buenos" y "malos" en una apasionante relato sobre personas que viven entre la ley y el caos. El contexto y la intención ayudan a darles personalidad, por descontado, pero es su destreza para buscarse las cosquillas a sí mismas y sacarle punta a sus planteamientos propios lo que marca las diferencias.

Y lo que hace que merezcan la pena, sobresalgan por encima de la media y se conviertan en clásicos tan incontestables como 'Line of Duty' o 'Happy Valley'. La segunda temporada de 'Blue Lights' apuntala y refuerza las buenas maneras de la primera y el potencial de la serie como otro solido y apasionante thriller británico, tan convincente y bien hecho que se disfruta, con la debida intensidad y entusiasmo, como si fuera el primero.

De nuevo, otra vez. Las cosas a menudo son rematadamente simples y sencillas. El agua moja, el cielo es azul, y los mujeres tienen secretos.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex