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'Ático sin ascensor' - Morgan & Diane

Vía El Séptimo Arte por 03 de septiembre de 2015

Ático sin ascensor

Un largo fin de semana en la vida de una pareja mayor que intenta vender su apartamento de Brooklyn donde han vivido más de 40 años. Ruth es una profesora retirada y Alex es artista. Ambos quieren mudarse a un nuevo apartamento y mientras esperan ofertas, recuerdan juntos los años vividos en su hogar. Una comedia romántica ambientada en la ciudad de Nueva York y protagonizada por los ganadores del Oscar Morgan Freeman ('Million Dollar Baby') y Diane Keaton ('Annie Hall'). Deliciosa, divertida, entrañable, delicada y encantadora.

Así describe su distribuidora española (A Contracorriente Films) la película.

Según se puede leer en sus notas de producción, fue el propio Morgan Freeman quién a través de su productora, Revelations Entertainment, impulso esta adaptación de una novela de Jill Clement, no sin antes por supuesto ajustarla convenientemente a su medida y a la de quién iba a ser su pareja en la ficción, Diana Keaton. Una historia "agradable y modesta" en palabras de Freeman, quién básicamente lo dicho, se ha hecho un traje a medida con esta "delicada" comedia idónea para los calores de una noche de verano.

Para el caso, como si sus personajes se llamasen Morgan & Diane en lugar de Alex & Ruth. Un poco como lo que sucede con Jackie Chan, a quién sale más oportuno bautizar en los guiones como Jackie a secas para evitarle líos a Chris Tucker, entre otros. Morgan & Diane no dejan de hacer una vez más de lo que, a estas alturas de la vida, suponemos son ellos mismos. Lo que no tiene por qué verse como una crítica, más bien al contrario: La experiencia, para el caso, viene a ser tan "encantadora" como la de visitar a un buen amigo al que ves de Pascuas a Ramos.

Y es que no debería de ser ninguna sorpresa: la estupenda química entre Morgan Freeman y Diane Keaton sustenta prácticamente todo el peso de un relato "entrañable" y tan poco inspirado como ambicioso que, sin embargo, se eleva con o sin ascensor con la presencia de dos intérpretes con mucha más solera, posiblemente, que esos vecinos del mundo real a menudo tan molestos. Tan amable que puede llegar a molestar; tan ligera que carece de importancia; tan "deliciosa" que la sonrisilla casi se puede decir que viene de fábrica.


Nota: 6.0

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


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