'Johnny English Returns' - Sólo los tíos duros sobreviven
Cuanta razón. El eslogan publicitario con el que se la promociona no podría ser más acertado porque, sinceramente, sólo los tíos realmente duros podrán sobrevivir al visionado de esta desde ya infame secuela. ¿Para qué ha vuelto Johnny English? O mejor dicho, ¿por qué ha vuelto? Según he tenido que buscar en Google ocho son los años transcurridos desde que en 2003 llegase a los cines de todo el mundo el primer 'Johnny English', un filme que si bien pudo cumplir en su momento con su cometido de distraer a la audiencia de forma más o menos simpática, no representa ningún tipo de suceso realmente reseñable que merezca ser rememorado. Es más, muy probablemente la mayor parte de la humanidad no se acordaría siquiera del título del filme, no digamos ya del propio filme (del que yo al menos no recuerdo ni un solo fotograma), si no fuera porque esta secuela nos ha incitado a ello. No obstante, si en algo mejora esta segunda entrega a su original es que será difícilmente tan olvidable como aquella. ¿El motivo? Que es tan mala que duele, y lo que duele siempre deja huella por muy tío duro que se sea.
Da igual lo que haga: Rowan Atkinson siempre será Mr. Bean, se vista con esmoquin, de cura o se quede dormido a media carrera y de la misma manera que David Duchovny siempre será Fox Mulder, Jason Alexander el inimitable George Costanza, Matt LeBlanc el simpático Joey Tribbiani y por mucho músculo que enseñase en la playa David Hasselhoff el amigo de un coche que hablaba, KITT, de nombre Michael Knight. Esa cara no se olvida fácilmente, y una serie tan memorable como Mr. Bean menos aún. Y el problema de tener éxito en la pequeña pantalla con un personaje tan significativo, reconocible e icónico es que es difícil quitárselo de encima al menos que la providencia te encierre en un rascacielos de Los Ángeles con unos ladrones de acento europeo o te líes con el tío más mono y guapo de Hollywood, entre otras opciones, y a veces ni por esas. A buen seguro que a Carmen Machi su Aída le ha pagado muchas facturas, pero si uno quiere evolucionar y ser algo más que su personaje ha de hacer algo distinto, romper con lo anterior y ofrecer algo nuevo, y no dejar que por ejemplo el Luisma consuma el futuro de tu carrera.
En su momento el agente británico Johnny English, el reverso tenebroso de Austin 'Florentino' Powers, fue visto como un aceptable intento por parte de Rowan Atkinson de dar vida a otro tipo de inútil distinto, una parodia evidente de James Bond que según la recuerdo, y de eso ya hacen ocho años, no estaba mal y para echarse unas risas aún daba el pego. No era nada realmente distinto a lo visto ni rompía con lo anterior, tampoco ofrecía nada realmente nuevo ni mucho menos era brillante, y por supuesto siquiera le valió al actor para convencernos de nada de lo que ya estuviéramos convencidos de antemano: Injusto o no, que las percepciones casi nunca lo son, de que no era más que un Mr. Bean con licencia para hablar. Pero en su momento sirvió y se le dio por bueno de la misma manera que también se le dio por bueno el irregular resultado de su salto a la gran pantalla con su personaje más emblemático, un Mr Bean con cuyas vacaciones empezaron a saltar unas alarmas que ahora se tornan en amenaza directa.
'Johnny English Returns', curioso aunque más acertado título español para 'Johnny English Reborn', viene a ser al primer 'Johnny English' lo mismo que eran 'Las vacaciones de Mr. Bean' a 'Bean, lo último en cine catastrófico', una secuela oportunista y fácil que hace regresar a un personaje con fines meramente comerciales, una producción que en tiempo de crisis, económica y de ideas, se ha visto forzada a existir para cumplir con una misión sin brillo alguno, riesgo minúsculo y aspiraciones liliputienses. Presencia testimonial, y a cobrar por la cara. De ahí que, ejem, el "Returns" español sea más acertado que el "Reborn" inglés porque el personaje vuelve por volver o bien sin intención alguna de reinventar absolutamente nada o bien sin recurso alguno para ofrecer algo, ya sea distinto, nuevo o ninguna de las dos. Simplemente vuelve aunque una vez delante de las pantallas no tengan nada que decir o dejar de decir, hacer o dejar de hacer, que realmente merezca la pena, interese lo más mínimo o, más importante, funcione de alguna manera. No es más ni es mejor. Es, a palo seco, y a palo seco resulta tan molesto como estéril. Nada eres y en nada te convertirás.
Y no nos referimos únicamente a su manido pretexto argumental y/o conceptual, la enésima broma incapaz de ser algo más que una simple parodia plenamente supeditada a su modelo y que por valer podría valer; sino también y principalmente al alcance, volumen y calidad de los chistes que hacen acto de presencia en la pantalla, verdadero campo de batalla en donde la misión podría haber tenido alguna oportunidad de tener éxito. Pero no, la calidad de su sentido del humor, y por ende del contenido cómico de la cinta, se reparte entre la cansina reiteración en clichés, chistes y bromas ya vistas infinidad de veces y en multitud de ocasiones, y otro tipo de gags a los que se les ve venir desde Cuenca, o de más lejos incluso aun que el glorioso gol de Nayim, que su efectividad en pantalla es entre nula, irritante u ofensiva. Gracia ninguna, y es una comedia, y a diferencia del 'Superagente 86' de Steve Carell, acción tampoco. ¿Qué nos queda? Poca cosa, un reparto de ilustres secundarios que estarán rezando para que la mierda no les salpique a ellos mientras en la guía telefónica buscan el número de un nuevo agente
¿Todo el mundo se merece una segunda oportunidad? Decididamente no. Renovarse o morir, y 'Johnny English' ha decidido morir a través de una de esas películas que verdaderamente molestan hasta el punto de que su escasez de recursos apenas nos permite siquiera margen de maniobra suficiente como para reírnos de ella, sin que podamos sacar prácticamente nada positivo de una experiencia que de tan olvidable no se nos olvidará, y que como se suele decir casi no sirve ni de mal ejemplo, de mal en peor e incluso me quedo corto. Una producción, como otras tantas, con un tráiler muy apañado que se quedan en eso, en un tráiler muy apañado y una hilera de espectadores camino del matadero...
Nota: 2.0
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
No, de todas formas como dices viendo el tráiler ya sabía que esta no era película para wanchope... y no porque no me guste el estilo, ojo, sino porque como dices con el tráiler ya uno intuye que la película muy graciosa no es.
La primera la ví en su momento y la recuerdo con agrado, digamos que con simpatía aunque no la he vuelto a ver desde entonces. Con esta es que sólo recuerdo un chiste con algo de gracia, el resto da una sensación a Déjà Vu, como si estuvieras viendo una película que ya has visto tantas veces que ya dudas incluso de que la primera vez haya tenido gracia.
+1. No tanto la película, pero Mr. Bean es uno de los recuerdos más agradables de los 90.
el nivel cada vez esta mas bajo, hicieron millonario a los viajes de gulliver y por esta van por el mismo camino.
Nota: 4,5.
La vi ayer y pienso como tú (salvo por los peques jaja). Otro 4.5 por mi parte ;)