'The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro' - Cuando Spider-Man se ganó el Amazing
Puede que no sea Amazing... pero es Spider-Man. Con este titular me referí en su momento al filme de 2012, lo que mantengo dos años después una vez le he dado la -obligada- reválida para hacer boca ante el primogénito de lo que, poseído por el espíritu Marvel de la gran familia (numerosa), se pretende sea una larga, larga descendencia. Aquella, en realidad, no dejaba de ser lo mismo que es la que nos ocupa ahora, un blockbuster, algo que de tan coherente no debería de resultar particular o llamativo. Ni problemático. Ni ser usado de manera despectiva (per se). Recuerden: 'Los Vengadores' también era un blockbuster. Un buen blockbuster. Como también lo es 'The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro', posiblemente, uno de los mejores (o más logrados si lo prefieren) que vayamos a ver este año.
Ni se trata de comparar, ni quiero caer en ese juego. Ni con los anteriores filmes de Sam Raimi ni con ningún otro título de la Marvel (que nos conocemos). Me la pela. Como no hace falta comparar el 'Batman Begins' de Christopher Nolan con el 'Batman' de Tim Burton si no se quiere (como de manera maliciosa se suele hacer), mención que simplemente hago para poder escribir el nombre de Nolan y así llamar la atención de unos cuantos (¡Hola mamá!). Pero ya que sale el tema, decir que....
a) 'The Amazing Spider-Man 2' es sensiblemente mejor que 'The Amazing Spider-Man'.
b) Hace que nos olvidemos de la dos películas (y media) de Sam Raimi.
c) Es el mejor derivado de la Marvel desde 'Los Vengadores' (obviando el carisma de Robert -Talk to me- Downey Jr.).
d) Se le ha prestado aquel respeto que brillo por su ausencia en la arenosa 'Spider-Man 3'...
La segunda de Marc Webb vendría a ser lo mismo que la segunda de Sam Raimi para con su predecesora, un más y mejor bastante rotundo. Y además de verdad, no una simple línea con la que adornar, no sé, pongamos que un folio con el membrete de Sony Pictures (a cambio de una camiseta). Esto es, tras la experiencia de la primera Webb y los suyos, de la misma manera que Raimi y su equipo hace diez años, se sienten más cómodos y seguros, con más confianza a la hora de hacer o deshacer. Se ha aprendido de algunos errores, se han dejado atrás algunas dudas y se ha fortalecido la experiencia (ya sea en 2D o en 3D). Prueba superada. Ni avergüenza ni hace crecer a una primera de por sí respetable (aunque algo timorata). La mejora en prácticamente todo. Y además, lo dicho, de verdad.
Ya no hay necesidad de presentar lo que ya está presentado, llueve sobre mojado y este Spider-Man, con un Andrew Garfield ya dueño (y señor) del traje, es libre de jugar por entre los rascacielos de Nueva York como nos gusta que juegue, con fundamento (y alegría). Con efectos especiales (y sonoros) propios de una película (y no de un videojuego). Con escenas de acción que se dejan ver (y apreciar). Con un villano (titular) que resulta reconocible en el cumplimiento de su deber (y cuya presencia en Times Square es para enmarcar). Con un fondo emocional convincente sacudido con armonía por incisos cómicos (de buen gusto). Y una dosis considerable de guiños e insinuaciones en torno al universo impreso del superhéroe... así como una banda sonora reseñable, ese gran olvidado de las películas Marvel que en este caso brilla con un (potente) sonido propio.
Pero si algo destaca particularmente de 'The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro', especialmente dentro de su condición de blockbuster -no lo olvidemos-, es lo equilibrada y competente que es en todos los aspectos, en lo bien ajustada que ha sido a su paso por la cadena de montaje. En su condición de blockbuster, aquello que siempre hay quien usa a favor o en contra de forma indiscriminadamente (yo el primero). Porque a nadie se le debiera escapar que, cual superproducción de sotopocientos millones de dólares (y alguno más), su construcción -tal cual sea dicho- se fundamenta en cómo se han distribuido los pósit por la pared. Se trata de rodar, rodar y rodar que luego ya en montaje quien tenga la responsabilidad escogerá entre las opciones cual libro de hiperficción explorativa. Esto es, escoge tu propia aventura (con o sin Mary Jane).
'The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro' es un blockbuster; nos queda claro. Como lo son todas las de Marvel. Aunque ya no como todas esta sí es de los buenos, de los más que satisfactorios... incluso a pesar de una campaña de promoción excesiva, cansina y demasiado reveladora convertida en el peor y más temible enemigo del arácnido (y de quien no haya tenido la oportunidad de sortearla). Marketing aparte, la prueba que un buen resultado no depende de la Marvel, sino de ponerle el debido interés, respeto y mimo al trabajo. En realidad, lo de siempre: un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Y este nuevo "Spider-Man" se ha ganado el "amazing", tanto por los hechos como por lo que promete en un futuro no muy distante. Una promesa que, esperemos, por su propio bien, no desemboque en una especie de 'Spider-Man 3' versión Redux...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
La segunda de Amazing visualmente es de lo más bonito que se ha hecho en el género, eso me ha quedado claro ahora. Aunque si tuviera que elegir una de las dos "secuelas" me quedaría con la segunda de Raimi, que tiene ese toque "de cómic" que por cierto parece que se ha perdido en los últimos años. En cualquier caso me gustan las dos, incluso a la de 2007 le encuentro gracia.
Eso sí, aunque Sam Raimi era la mejor elección posible, siempre nos quedaremos con la duda de saber qué hubiera hecho James Cameron con la franquicia.
Precisamente lo que están haciendo es parecerse más a lo que son los cómics, tanto para lo bueno como para lo malo.
Lo de Cameron es de esas cosas que mejor no pensarlo mucho porque te puede dar el bajón XD. De todas formas no se arrepentirá de dejarlo que de ahí pasó a Titanic. De momento el nuevo deja muy buena impresión en la media hora que aparece en Civil War.
Es que como película no debería de haber demasiadas dudas, la confianza que permitió el éxito de la primera se nota para bien en la segunda.
Le doy un 4.