Este martes de elecciones americanas ha dejado en el SEFF un sabor de boca importante. A pesar de que esta web solo se presenta en los dos pases de la mañana, el boca a boca entre compañeros de prensa y las pinceladas vertidas en Twitter inmediatamente después de abandonar la sala con el menú de tarde, advierten de que este 5º día ha sido muy productivo a nivel de títulos de buen acabado.

No sería claramente por el primer pase de prensa, conocido de forma especial por la frase acuñada por algunos pocos acreditados como “el madrugón”. La película que recibe a la prensa a primera hora es un producto nacional (concretamente de Galicia), de título 'Mimosas', y cuyos 96 minutos de metraje son una condena que ni ojos ni orejas se merecen.

'Mimosas' toca de la manera más absurda el tema del multiverso, una idea con muchísimo jugo que suele dar obras fantásticas, como 'Matrix' o ‘Perdidos’. Es un relato sin alma, repetitivo y soporífero que agota y hastía al espectador. Oliver Laxe se pierde en banalidades religiosas, y los vacíos argumentales que sufre su guión los encubre mediante planos eternos que se regodean en lo más puntero de la cinta, la fotografía. En el fondo, 'Mimosas' es un producto más cargante que olvidable, más pretencioso que dramático, es pura pedantería gallega.

Una vez desayunados, como no puede ser de otra forma en esta ciudad, una entera con aceite de oliva y jamón serrano al sol, de haber descansado en el hall del NH Hesperia, el puesto de mando de todo el universo del festival durante el mismo, a las 12:30, desde Francia, empieza en la pantalla de la sala 1 'Ma Loute', una película escrita y dirigida por el francés Bruno Dumont, que recuerda mucho a la sueca 'Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia', que ha firmado el rato más distendido y alegre de todo el certamen.

Se agradece muchísimo el rato chanante que gasta la película. Una crítica a la amanerada burguesía francesa a través de la comedia más grotesca e histriónica. Su primera mitad, dividida en dos actos, funciona mucho mejor que su segunda, y esto es gracias a sus personajes, los cuales se pintan grotescos, exagerados e histéricos, y también debido a sus secuencias, de un bizarrismo desternillante. Es al acabar el segundo acto cuando, debido al desinfle del efecto sorpresa, la película vulgariza su humor y no pega de la misma forma.

Mantengan la calma. Ni el abrazo a Jane Austen de Whit Stillman en 'Amor y amistad', ni la morbosa y adictiva a simple vista 'I, Olga Hepnarova', de la sección Las Nuevas Olas, son títulos que se van a quedar sin analizar por este medio. Queda todavía el último tercio del SEFF, y aunque ya va a oliendo el cuento a final, este certamen siempre deja alguna sorpresa para el final, como el año pasado sucedió con Yorgos Lanthimos y su distopía futurista llamada 'Langosta'. Quedan buenas cosas, se intuye, se viene, este festival es así.

That's what I say.

Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_