Karl Marx tiene 26 años y vive en el exilio con su esposa Jenny en París. Es allí, donde en 1844 se encuentra con el joven Friedrich Engels, hijo del propietario de una fábrica que ha estudiado los sórdidos comienzos del proletariado. Engels, un elegante joven, proporcionará a Karl Marx la pieza que falta en el rompecabezas que compone su nueva visión del mundo.

Juntos, entre la censura y las redadas policiales, los disturbios y motines que presidirán el nacimiento del movimiento obrero que hasta entonces había sido mayoritariamente improvisado y desorganizado. Hasta convertirse en la más completa transformación teórica y política del mundo desde el Renacimiento – impulsado, contra todas las expectativas- por dos jóvenes brillantes, insolentes y agudos procedentes de buena familia.