Tras la muerte de su hijo, los Moreau viven en su mansión obsesionados por la higiene y el orden. El señor Moreau es un importante constructor y su mujer pasa el tiempo encargando a Marthe, la criada, labores innecesarias. Cierto día los Moreau contratan a Yves Le Guen, ambicioso bretón, para que trabaje como hombre para todo en la mansión. La llegada de Yves es una bocanada de aire nuevo y limpio que renovará el momificado ambiente del hogar de los Moreau.