The Game
FichaTítulo: The game
Año: 1997
Duración: 128 minutos
País: Estados Unidos
Director: David Fincher
Reparto: Michael Douglas, Sean Penn, James Rebhorn, Deborah Kara Unger, Peter Donat, Carroll Baker, Armin Mueller-Stahl, Spike Jonze
Guión: Michael Ferris y John Brancato
Música: Howard Shore
Fotografía: Harris Savides
Producción: Polygram
SinopsisEl multimillonario Nicholas Van Orton tiene todo lo que un hombre puede desear.
Conrad, su díscolo hermano, aún encuentra un regalo de cumpleaños que puede sorprenderle: su ingreso en un club de ocio capaz de diseñar aventuras y pasatiempos exclusivos.
Acerca de The GameEsta no es la mejor película de David Fincher; está por debajo de otros de sus films como la tenebrosa Seven o la irreverente y transgresora El club de la lucha. Técnicamente es puro virtuosismo cinematográfico, con una fotografía impecable (me recordó en el tratamiento de la imagen a la película El caballero oscuro de Christopher Nolan; pero ahí terminan las similitudes de ambas películas), un manejo de la cámara certero, equilibrado, funcional hasta el extremo y una puesta en escena moderna y con un dinamismo que se adecua perfectamente a lo que cuenta, con un inicio prometedor, en el que el personaje interpretado por Michael Douglas parece no ser feliz a pesar de ser multimillonario; y es que el protagonista se ha convertido en un hombre solitario que no vive la vida como debiera y sí se dedica a ganar cada vez más dinero sin ningún remordimiento de conciencia en su forma de hacerlo; si por su forma de actuar destroza una familia, o la limita a vivir de unas rentas que él mismo les proporciona, ya está satisfecho de la “obligación” cumplida; es un tiburón con pocos escrúpulos y una vida triste y aburrida que lo encierra en sí mismo, un hombre sin demasiadas ilusiones que arrastra ciertos traumas que tienen que ver(muchos de ellos) con lo que le ocurrió a su padre cuando él era un niño.
Pero de un inicio interesante pasamos, poco a poco, a la repetición de la repetición de la repetición de los mismos efectos; la película se vuelve fría y ya sabida. Es un perpetuarse en lo mismo que en un principio nos asombró, pero que a partir de la media hora nos va robando el interés, no así el gas(no pierde gas, eso es otra cosa) ya que su ritmo (no podía ser menos hablando de Fincher: hay claros ejemplos de que esta parte la maneja a las mil maravillas- pensemos sino en Alien 3, o en El club de la lucha para darnos cuenta del buen tratamiento del ritmo en casi todas sus pelis-).
The Game podía haber sido una verdadera obra de arte si David Fincher la hubiera tratado de otra forma, si la hubiera hecho más oscura, aunque perdiera algo de su entretenimiento (que, me temo, ese fue el único y más importante motivo por la que lo hizo). Sí hay cierta sustancia kafkiana, pero Fincher no ahonda lo suficiente en este aspecto, lo difumina y se centra prácticamente sólo en la acción, por lo que al final de su visionado resulta algo plana e intranscendente, aunque no aburrida. El juego que se traen con Michael Douglas, que no se llega a saber qué es exactamente (sólo al final, y esto, naturalmente, si se ve por primera vez), aunque sí lo intuyes, podía ahondar en la personalidad y los traumas del protagonista, haciendo del conjunto una verdadera pesadilla, donde los giros argumentales(que sí los hay, pero para volver a lo mismo) condujeran a una nueva situación, más angustiosa y terrorífica; lo kafkiano se convertiría en motor de una historia en la que el personaje principal(y nosotros también) no sabría que está sucediendo y cuál es el motivo por el que le ocurre aquello que lo atormenta; sería angustia vital pura y dura; pero no, Fincher quiso seguir el camino fácil, un camino que remata en un final que aunque para muchos es bueno, incluso genial, es un final a lo cuento de hadas, un cuento pretendidamente oscuro que no resulta tan oscuro como pudiera parecer, o venderse(que aquí tiene mucho que ver el marketing y la publicidad de la película), un final feliz que te sorprende en cierta medida, y que está más o menos bien para lo que cuenta, pero que de haber arriesgado más podría haber sido otro muy distinto y brutal,
osea: que todo lo que había pasado fuera verdad, no un juego
(el desconocer quién y por qué se metía en tu vida de forma tan intimidatoria, como si estuvieses viviendo una auténtica pesadilla sin aparente solución, sin concretar o mostrarnos la empresa que se dedicaba a tales “distracciones” hubiera sido acertado a mi modo de ver), aunque en principio lo pudiera parecer: el hijo(Douglas) una imagen de su padre reflejada en el mismo espejo de la desgracia, que se repetiría sin ningún tipo de esperanza; entonces sí que estaríamos hablando de otra cosa, con un proceso catártico del protagonista descrito de una forma mucho más densa y pensada…
Pero reconozcamos que a pesar de todo esto la película entretiene, pero lo justo, aunque es tramposa (una trampa hecha con gran disimulo, pero hecha al fin y al cabo) Como dije antes se vuelve demasiado obvia y sin alma, y esto enfurece a cualquiera que esperara mucho más de un director con talento que parecía tener las herramientas adecuadas, que no precisas, para hacer algo muy muy grande. ¡Qué pena que no se atreviera!
7/ 10