Después de la crítica que lazó el actor Daniel Giménez Cacho en la pasada entrega del Ariel de la Academia Mexicana de las Artes y Ciencias Cinematográficas, ésta se defiende de las críticas de él y otros cineastas y actores, a través de una carta. Recordemos, que en su momento, Cacho mencionó: "Hoy planteamos la urgencia de reflexionar sobre la necesidad de refundar la Academia ... para hacerla más plural, más incluyente y más democrática". De igual manera, varios actores tuvieron a bien declarar que a la Academia le hace falta una reforma para que sea más plural. El comité ejecutivo de la AMACC -las siglas de la Academia- lamentó por suparte las críticas formuladas, tachandolas de parciales y desinformadas. Estos comentarios surgen a raíz de una carta suscrita por productores y cineastas que pidieron públicamente la reestructuración de la Academia, como en anteriores ocasiones ya se hubiera hecho, para adecuarla a la situación actual del cine nacional; dicho documento fue firmado por cerca de 300 personas de la comunidad cinematográfica.

Y aunque esto puede resultar muy cierto, lo que también es cierto, y no por ello no se tenga razón en lo anterior, es lo que manifiesta el mismo comité ejecutivo, que dice: "... ofenden' a los ganadores del Ariel, entre los que se encuentran Fernando Eimbcke como mejor director por su trabajo en Lake Tahoe" Además, añaden: "La AMACC siempre ha aspirado a ser representativa de la comunidad cinematográfica y de la cinematografía nacionales. De ella proviene y a ella se propone enaltecer". Y aunque sí pone en entredicho el criterio de selección de ganadores a través de la votación, también se pone en tela de juicio el hecho de que los ganadores se merezcan realmente el premio, y para esto habrá disyuntivas, pues muchos de los premios otorgados han quedado en las manos correctas. El problema en sí, debe recaer básicamente en el entendido del armado de las ternas, que no son muy incluyentes como bien se ha manifestado. Todo ha venido a colación por incongruencias en la pasada entrega en la que Arráncame la vida que habían preseleccionado para enviar a competir por los Oscares, no alcanzó nominaciones importantes. Desierto adentro fue de las más nominadas, pero en las principales ternas estuvo ausente, y dos documentales compitieron con largometrajes de ficción.

Entre otras cosas, esta carta también menciona: "Lejos de desconcertar y desalentar a los Académicos, vigoriza su entereza y su imparcialidad por ser el signo indiscutible del esfuerzo de una comunidad que se esmera por ir cada vez con más ahínco por el mejor camino, el de la calidad". "La Academia no se siente dueña de la verdad pero procede a partir de una norma que la rige y de un compromiso de igualdad de derechos para todas las obras recibidas, sean modestas o grandes producciones". Ahora bien, con todo y lo que se manifiesta en la carta, decididamente el cómite no realza el hecho de que esta sea sólo una respuesta a las críticas emitidas o si vaya a hacer algo al respecto en cuento a su proceso de selección.