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'El último late night' - Esta noche cruzamos el infierno

Vía El Séptimo Arte por 23 de mayo de 2024
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Me resulta absolutamente inevitable no relacionar 'El último late night' con 'Ghostwatch', por lo que empezaré este texto hablando sobre la película prohibida (durante muchos años) de la BBC. 'Ghostwatch' es un falso documental que se emitió en falso directo en la noche de Halloween de 1992, en Reino Unido, y que tuvo consecuencias reales en la sociedad británica. Además del caos que se formó durante la emisión, colapsando la centralita telefónica de la cadena de televisión, se llegó a relacionar el suicidio de un joven con la película. Todo esto ocurrió a pesar de que, ese mismo día por la mañana, en la misma cadena donde se emitió por la noche 'Ghostwatch', miembros de la película la promocionaron explicando que nada de eso era real. En una época donde el internet estaba en las antípodas de lo que es ahora, si no veías ese programa matinal, era imposible saber que aquello que estabas viendo mientras cenabas era falso. El terror de una sociedad mucho más ingenua.

Más allá de su importancia como hecho histórico, 'Ghostwatch' (junto con 'The McPherson Tape') ha sido precursora de todo el found footage que vendría años después, como la mismísima 'El proyecto de la bruja de Blair' (por esa necesidad de difuminar lo real de lo ficticio) o 'Rec' (punto de partida prácticamente idéntico y varias escenas que Jaume Balagueró y Paco Plaza cogieron prestadas), aún habiéndose pasado años en la sombra consiguió marcar a una generación de cineastas muy concreta: Aquella que tenía muchas ganas de hacer cine pero no demasiados medios. 'El último late night' no es que esté influenciada por 'Ghostwatch'; es que directamente es un gran homenaje. Una traslación de lo que debió ser vivir aquella noche de Halloween de 1992 como espectador en el salón de tu casa llevado a la ficción absoluta.

Los hermanos australianos Cameron y Colin Cairnes en su tercera película decidieron ir a lo grande. Con dos millones de dólares (que podrá no parecer modesto de primeras, pero en la industria actual, lo es) presentan una ambiciosa premisa como es recrear un late show de los años 70 que se va de madre por culpa de exorcismos, niñas poseídas y una inexplicable sensación de que se está gestando algo infernal entre bambalinas. En este aspecto es irrefutable lo impecable de su ambientación y atmósfera, poniéndote en contexto con una pequeña introducción y enganchándote al momento a Night Owls con Jack Delroy. Su magnetismo desde su primera escena es indudable, igual que su capacidad para generar incertidumbre y sembrar dudas en el espectador. El cómo resuelve algunas de estas dudas es el punto más achacable de la película, con algunas decisiones precipitadas y otras algo torpes, pero la balanza sigue decantándose del lado bueno.

El gran trabajo de diseño de producción y el buen pulso narrativo de los hermanos Caimes encuentran su broche dorado en la actuación de un entregadísimo David Dastmalchian, el pilar que sostiene en gran medida todo el conjunto. Una interpretación icónica, que se fija en los grandes presentadores del late show (incluido Michael Parkinson, presentador de 'Ghostwatch' y un clásico de la televisión británica) en todas sus aristas, incluso en aquellas más turbulentas. 'El último late night' no malgasta la ocasión para hablar de la (habitualmente) polémica figura del presentador en este tipo de programas, donde es fácil ver cómo el ego se come a la persona real para dar paso al personaje. Esos momentos que vemos detrás de las cámaras ocupan el lugar de la realidad dentro de la ficción que estamos viendo, dejándonos ver al verdadero Jack Delroy, desarrollando al personaje de forma paralela, tanto dentro como fuera del show.

La rotura del formato televisivo para enseñarnos la situación real que se vive en un plató de televisión puede romper con la continuidad de lo que se nos presenta en los primeros minutos de metraje, pero siendo sincero no creo que importe demasiado a la hora de la verdad para disfrutar del show. Es un detalle que podrían haberse ahorrado, pues no es el resto lo que necesita cambiar, pero se lo vamos a perdonar por todo lo bueno y gozoso que ofrece en sus ajustados 93 minutos. Quien espere una película de terror al uso, eso sí, que abandone la sala. No es que coquetee con lo experimental como 'Masking Threshold' o 'Skinamarink', pero está lejos de parecerse a cualquier entrega del Warrenverse. Está en un punto medio donde no abusa de los jumpscares y tiene un ritmo totalmente deudor de su formato televisivo. Es una propuesta refrescante al mismo tiempo que a lo largo de los minutos van desfilando todos los tropos habituales en el cine de género.

Desde que la vi en el festival de Sitges mi recuerdo sobre ella ha ido in crescendo y tengo muchas ganas de volver a ella, esta vez fuera de la vorágine que se vive en un contexto como ese, sabiendo a lo que me voy a enfrentar. Claro que su formato televisivo empuja a pensar que el mejor sitio para verla es sentado en el sofá de casa, delante de tu TV, pero nada de eso. Este espectáculo merece una gran pantalla, sistema de sonido a la altura e inmersión máxima. La visita al plató de los horrores no decepciona, por mucho hype que se haya creado alrededor de ella. Realmente es una de las experiencias más memorables que se podrán vivir este año en cines.

 

Por Marc Sacristán García
@TheLebowskiMan

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Comentarios

  • Avatar de Michael Myers
    Michael Myers 09 de Junio de 2024, 09:51:24 AM
    EL MEJOR/PEOR INVITADO A UN 'LATE NIGHT' DE LA HISTORIA

    Solo conocía a David Dastmalchian del grupo de actores y actrices que conforman este filme. NI a los directores (también guionistas), ni al compositor, ni nada más. Como ya creo que he dicho alguna vez, rostros y nombres poco conocidos no significan, 'per se', un mal producto. Este es uno de esos casos en los que la norma se rompe dejando uno de los estrenos menos publicitados, pero más atractivos, del extinto año 2023.

    Su premisa sobre posesiones demoníacas seguro que no pilla a nadie de nuevas, pues es un tema que lleva en el género de terror desde hace cinco décadas, al menos, cuando el fallecido William Friedkin trajo uno de los grandes pilares del género en la época contemporánea con 'El exorcista', donde una niña llamada Regan MacNeil sufría una visita nada amistosa del 'Capitán Howdy'. En este caso, una niña también sufrirá de lo mismo, aunque con diferentes resultados. Un resultado que (bajo mi punto de vista) no tiene mucho que envidiar al del filme de 1973.

    Uno de los pocos defectos a achacar es el que a pesar de su corta duración, es un largometraje al que le cuesta arrancar; durante los primeros minutos se sitúa al público en contexto hablando el narrador sobre la historia de Jack Delroy (Dastmalchian), su programa 'Night Owls with Jack Delroy', la tragedia con su mujer' y sus vínculos con una secta, la cual será importante para el devenir de la historia. Después de unos minutos, la historia comienza por fin en forma del denominado 'metraje encontrado' (formato videocasero) donde Delroy busca desesperadamente ser el 'late night' de referencia por encima del de Johnny Carson. La oportunidad se le presenta cuando trae como invitadas a la Dra. June Ross-Mitchell, una parapsicóloga, y a Lily D'Abo, una adolescente que sobrevivió a un suicidio colectivo de la secta.

    Lo que viene desde que el programa entra en marcha diría que es de lo mejor del género de terror de lo que llevamos de siglo debido a unas escenas de posesión hechas con tanta verosimilitud que da bastante respeto, aunque sepas que lo que estás viendo es solo ficción. Tanto el personaje de Carmaichel Haig (Ian Bliss) como, sobre todo, Lily, dan unas escenas realmente conseguidas y un gran tramo final en el que los efectos especiales y el guion lo dan todo cuando ya las cartas han sido descubiertas. Una historia esta en el que, de fondo, hay también espacio para la crítica del 'todo por la audiencia', si bien no de forma explícita.

    'El último late night' (aunque me gusta más su título original, 'Late Night with the Devil') también servirá para que el mundo conozca mejor a David Dastmalchian, un actor generalmente secundario que ha trabajado a las órdenes de grandes directores como Christopher Nolan o Denis Villeneuve que aquí coge las riendas como protagonista y demuestra que el peso de ser el líder no le viene grande y llena la escena con una interpretación carismática con un fondo de hombre destrozado. Quizás este largometraje le pueda suponer el impulso definitivo para liderar más proyectos en el futuro porque creo que en todos estos años ya es evidente que es un buen actor.

    Una película la que ocupan estos párrafos que es una sorpresa positiva, aunque dé bastante mal rollo. Muy recomendable.

    8