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'El hijo bastardo de Dios': Misterios de un doblaje

Vía El Séptimo Arte por 30 de abril de 2015

Se han escrito y se seguirán escribiendo páginas sobre el doblaje, un tema que desata debates viscerales a favor y sobre todo en contra, sobre la importancia de ver un film en versión original para apreciar sus actuaciones al 100% y muchas críticas por la falta de opciones en muchas ciudades para verlas en V.O.S.E. . No es mi intención ni alentarlo ni avivarlo, pero es imposible no mencionar un aspecto que marca la película que nos ocupa, no se si de forma definitiva pero sí notable y es un caso que va más allá del debate habitual. La película parece intercalar castellano y catalán en sus voces originales y desgraciadamente llega al espectador doblada por encima y más allá de que sea en castellano, con un resultado más cercano a la baja calidad del doblaje en la industria pornográfica que lo mínimo que se espera de un largometraje.

Se hace difícil por tanto valorar, unas actuaciones que tienen tanta importancia en una película, protagonizada por Nando Torres, que más allá de lo mencionado y haciendo un esfuerzo pese a ello, resulta convincente interpretando varios personajes durante el metraje de un rol tan distinto, algo que por desgracia, no se puede decir de la mayoría de los que le acompañan. Con un inicio prometedor y atrayente, la cinta nos presenta un funcionario con una notable cojera, que pese al trato de los que le rodean, sobre todo una madre que lo tortura verbal y psicológicamente a diario desde que era pequeño, es impasible a ello, con un carácter apreciado en el vecindario por gente como la camarera que le sirve cada mañana o la cajera que le atiende en el supermercado. Esto contrasta con lo que parecen ser, pensamientos o fantasías algo más oscuras y preocupantes, con un Álter Ego (o varios), de carácter seguro, triunfador pero a la vez, un psicópata y asesino.

La cinta por tanto mezcla el día a día del protagonista, en el trabajo, con su madre, cuando va a comprar al Supermercado o cuando va al bar a tomarse una Coca Cola y aguantar la brasa del borracho de turno con las citadas "fantasías" que al principio parecen que van a ser parte de un todo lógico pero que acaban siendo bastante aleatorias y erráticas, convirtiéndose en una sucesión de sketches sobre crítica social, a los empresarios, banqueros, políticos y hasta a los realities televisivos, con algún momento que recuerda a Black Mirror pero en gore y cutre. Provocadora, violenta, con momentos de sexo y sangre bastante gratuitos y una sensación general, más allá de su doblaje infame, de ser una buena idea, pero que se ha ejecutado con mano de principiante veloz.

Nota: 4.5

Por Abrahán Guirao, AKA Calderilla



P.D. Menos mal que no vi el trailer antes de ver la cinta, dado que en lo que parece un acto desesperado de con su provocación para atraer público, muestra absolutamente todos los momentos claves de la misma, que aportan algo de tensión o atención durante el visionado.

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