'Prisioneros' - La verdad os hará...
Madrid. Las 15:55 de la tarde. A la conocida en otros tiempos como la hora de la -siempre tentadora- siesta me dirijo a pie a las oficinas de la Warner Bros. a ver 'Prisioneros', película que comparte título con la canción oficial de 'Combustión', uno de los filmes más sobrevalorados del año (a la espera de que Quentin Tarantino ponga sus ojos en ella). Dormir poco, madrugar, currar, y la parafernalia habitual de un lunes como otro cualquiera, una semana cualquiera. No hay ganas, la verdad, seamos sinceros: En la otra esquina un filme de 150 minutos, ¡rediós!, que manía esa de creer que las opciones al Oscar lo son en proporción a los minutos sumados en pantalla. ¿O era al revés? Me armo de valor, voluntad y medio litro de café...
Llego, sobre la hora, para no perder costumbre. La sala llena a reventar, así que me siento en una silla supletoria. Mi culo se acuerda de cuando se las vio en las mismas circunstancias con 'Kick-Ass', y lo mucho que sufrió tras una proyección que se sintió larga y dura. Se apagan las luces, me santiguo, un trago de café y empieza la función... y allá donde algunos fracasaron un servidor ha triunfado, con creces. Finalmente la idea, entre ceja y ceja, de dormir no alcanza ni para medio bostezo; 'Prisioneros' no me ha concedido siquiera el amago. Y lo mejor de todo, sus casi 150 minutos no fueron ni pesados para mi culo ni largos como la hora parecía indicar a la salida. Puede que le falte ese toque malsano y perturbador que los coreanos saben darle a los thrillers, pero a cambio admite la ya indispensable reflexión implícita en torno a la América (¿y el mundo?) post-11S. Pero su violencia, aun sin ser tan gráfica, a nivel conceptual sigue siendo igual de brutal.
Ahora que a raíz del estreno de 'Gravity' hay quien habla de "experiencia" para definir lo que siempre ha sido una "experiencia" para el verdadero amante del cine, voy a intentar cuantificar lo que para un servidor ha supuesto la "experiencia" de haber visto 'Prisioneros' en un entorno adecuado. La experiencia, como tal, es el yo. Tal vez porque me ha dejado en una posición de manifiesta indefensión en la cual no me siento a gusto. O tal vez porque como experiencia 'Prisioneros' vale tanto la pena como cualquier otra película que precie de serlo con orgullo, calidad y respeto. Y que hablen por ella. 'Prisioneros' es un filme orgulloso de su calidad y respetuoso hacia el espectador. Y también uno de los mejores thrillers que ha dado el cine norteamericano moderno cuyo eco remite, nada menos, que al mismísimo Clint Eastwood de 'Mystic River' donde las emociones, y el drama, van de la mano con y como la sangre. Pero las opiniones, como las sensaciones, son relativas. De acuerdo.
'Prisioneros' me produce tanto respeto como respeto transmite hacia el espectador, quizá excesivo llegado el caso si bien, nunca hay que descartarlo, en favor de un impacto de mayor alcance demográfico. Tiene, digamos, alguna que otra laguna, un par de fundidos a negro muy inoportunos y, quizá, lo más importante, que lo que vendría a ser su argumento como tal se revela previsible en su línea principal. 150 minutos de duración, un argumento que divaga y un ritmo pausado. A los personajes se les permite respirar, a los espectadores pensar. Pero como ya ocurriera con la no menos recomendable 'Mátalos suavemente' no es tanto como lo que va definiendo a su paso, si bien de manera algo menos radiada. La evidencia aparente de sus carencias o de dichos fundidos a negro, sospechosamente estratégicos, se defiende a través de una resolución que no parece enorgullecerse de sorprender. Dicho de otra manera el filme, parece, no oculta sus carencias para que estas no perturben al espectador.
Esto última parte es la cualidad principal que hace de 'Prisioneros' una experiencia de valor, que en cierto sentido la libera y le permite funcionar, que es lo primero. Denis Villeneuve se consagra como valor a tener en cuenta mientras que su reparto luce en la desigual y caprichosa medida que se les deja, sin duda atraídos por el guión (y sus posibilidades) antes que por el dinero, factor importante. Un acabado técnico inmaculado, a la altura de la generosidad de un gran estudio, cierra el circulo de una producción que aunque se encuentre respaldada por la industria muestra la suficiente entidad como para no verse esclava de esta. Puede, no obstante, que se le pueda achacar alguna licencia o que como producto de amplio espectro nunca meta quinta y apriete a ver lo que pasa... pero no es menos cierto, e importante, que el buen sabor de boca que deja permite, a su vez, que el espectador se tome la licencia de obviarlo. De ahí, tal vez, lo de la experiencia.
Y hablaba, en un primer momento, de cuantificar dicha experiencia. 'Prisioneros' es una buena película, y además y a su favor cabe decir que es apta para una gran mayoría del público que ande por ahí fuera. Puede que su ritmo y duración sean una amenaza en un mal día, lo suficiente como para que sus defectos tomen demasiada presencia. El caso, cuantificando y en resumen, es que se trata de uno de esos filmes que se mantienen en la cabeza, de los que te acuestas con ellos y al día siguiente, cuando abres los ojos, siguen ahí contigo. Puede que no sea tanto una opinión como una experiencia, la de alguien que a la hora de la siesta se mantuvo al pie del cañón. O más bien, al que le mantuvieron al pie del cañón, y con gusto. El arte de 'Prisioneros' es que no derrapa, siempre sobre y en la pista, y que bajo la superficie de lo que vendría a ser un buen thriller plantea una serie de preguntas a las que delante de un espejo nos daría miedo responder. Esa es la experiencia.
Nota: 7.5
por Juan Pairet Iglesias
Sabía que iba a sonar fatal. Pero es una apreciación muy personal de alguien al que le encanta el género, me gusta el tema de los psicokillers, me gustó mucho El Silencio de los Corderos, Zodiac... Leí el libro de El Silencio de los Corderos. En su momento me escuché los Pasajes del Terror de Cebrián con los relatos de infinidad de sesinos psicópatas y cómo los atraparon... ¡vamos que me encanta el género!! y sin poder explicar el por qué, he disfrutado con esta peli más que con ninguna de las que he visto hasta ahora. Repito más que con Seven y El Silencio de los Corderos.
Creo que es por que se palpa en el ambiente la obsesión de los detectives por que esos crímenes horrendos no queden impunes, y esa obsesión se mantiene intacta en el tiempo durante años inclusive, como en True Detective o el comic de El Asesino de Green River.
Ya os digo, que no lo sé explicar, pero he disfrutado y estado en tensión desde el minuto uno hasta el último segundo.
Tal vez le faltó un poco de marketing o publicidad, para ponerse, popularmente al nivel de las pelis que comentábamos antes.
Por poder se puede, faltaría. A todos nos pasa de vez en cuando disfrutar a contracorriente de lo socialmente aceptado como dogma.
A veces es la providencia, la suerte de llegar en el momento oportuno. Y eso no se puede predecir.
Igual yo, el tema de los psicokillers es uno que siempre me ha gustado bastante (tanto que incluso antes me dedicaba a escribir sobre esos casos en algunos foros) y creo que es por el mismo motivo que pones, el de ver como la maldad de unos pocos infecta a todos los relacionados y en especial a los detectives del caso.
Lastimosamente son muy escasas las peliculas que logran captar bien el ambiente de tension, horror y suspenso de este tipo de casos ya que la gran mayoria cae en el sensacionalismo y amarillismo mas brutal, es decir, solamente se enfocan en el morbo y nada mas, por lo que casi siempre salen mas peliculas mediocres sobre el tema que un vedadero analisis de la mente criminal y el impacto sobre los demas.
Es una de las razones por las que considero tan buena y reivindicable 'Zodiac', porque es raro encontrar una película como esta que sepa ver más allá del morbo.
Para empezar estos párrafos, hay que empezar hablando claro: 'Prisioneros' no es la mayor maravilla del género de thriller y ni siquiera de su director (a día de hoy, considero 'La llegada' su mejor obra), aunque sí hay que decir que tiene bastantes virtudes que eclipsan los defectos.
Recordaremos a Hugh Jackman principalmente por encarnar a Lobezno en la franquicia de los X-Men, si bien se ha forjado una carrera con títulos recordados a día de hoy sin necesidad de sacar las garras de Adamantium. Así a ojo mencionaría 'Operación Swordfish' (2001), 'Van Helsing' (2004), 'La fuente de la vida' (2006), 'El truco final (El prestigio)' (2006), 'Los miserables' (2012) o 'El gran showman' (2017); 'Prisioneros' no es una excepción.
Jackman es una de esas virtudes. Acostumbrado a verle como un chico bueno (Lobezno podrá tener toda la mala leche que quiera, pero siempre será uno de los buenos), aquí se transforma y muestra a un nivel más que aceptable un registro de personaje arrastrado por las circunstancias del secuestro de su hija, llegando hasta donde haga falta para sacar la verdad a la luz. Y no solo Jackman, Jake Gyllenhaal también aporta uno de sus ya habituales papeles de transformación estética y psicológica como un policía con una personalidad y métodos policiales extravagantes. Ellos dos elevan el resultado final.
Por otro lado, tenemos el guión de Aaron Guzikowski que tiene cosas ya vistas en cintas como 'Seven' (el paisaje depresivo) o 'Mystic river', pero que no deja espacio para la relajación, lo que ayuda bastante a hacer llevadera la cinta.
También están las lecturas que se pueden sacar de los comportamientos de los personajes y las consecuencias de sus actos, por lo que la palabra 'Prisioneros' cobra más de un sentido y hace que no solo sea una historia de usar y tirar, sino que abra debate y reflexiones, lo que siempre se agradece.
'Prisioneros' sale perdiendo contra cintas similares como 'Seven', 'Mystic river' o 'El silencio de los corderos' que son mucho más poderosas y con personajes inolvidables que las que hay en este trabajo de Denis Villeneuve; sin embargo, ya digo que sus virtudes las tiene, así que queda como un serio aspirante.
7.5