'Celda 211' - Dar el pego

'Celda 211' es un resuelto salvatardes muy entretenido. Nada más (ni menos) que un muy resuelto salvatardes (dijo él con oportuno y conveniente desdén). Muy entretenido, pero también muy burdo, tramposo, manipulador y forzado.
Una película a decir verdad con algunos apuntes/escenas/momentos excelentes, pero inconsistente en un conjunto cogido con alfileres y sostenido por ciertos detalles que dinamitan su sólida apariencia y su coherencia narrativa. La "suspensión de la incredulidad" lo llaman los que algo saben, provocando que 'Celda 211' acabe siendo un relato tan inverosímil, efectista y poco creíble como un culebrón de sobremesa.
Muy entretenido, cierto, y con un punto de partida también muy estimulante... lo que a juzgar por el resultado final, conduce, inevitablemente, a la decepción. La de un castillo de naipes tan burdo, tramposo, manipulador y forzado como para que desaparezca buena parte de la emoción, la tensión o la incertidumbre. Pasará lo que quiero que pase. Porque así son las cosas. Cosas que pasan. Y que acaban pasando. Porque sí.
Porque 'Celda 211' es una ficción inconsistente y descompensada que no duda en pegarle patadas a su lógica interna. Como quién no quiere la cosa, con la parsimonia simplista e irrealista del todo vale para llegar del punto A al B. El fin justifica los medios. Aunque lo sea de una manera tan exageradamente gratuita para que todo, reducido a oportunos y convenientes esbozos del destino, fluya sin la pertinente oposición.
La de una realidad ante la que no por hay por qué rendir cuentas, pues se trata de sólo una ficción. De una historia "de pega", que pueda "dar el pego". Cosa que por cierto hace, como también lo puede hacer Luis Tosar como Malamadre, un delincuente que lo que parece más por la torpeza de la policía o la inocencia de sus compañeros de prisión. Normal que Alberto Ammann termine agarrando el toro por los cuernos.
Alguien tenía que hacerlo, sacar partido de la irregular y forzada tosquedad de 'Celda 211', película que alterna algunos momentos notables con otros en los que se ahoga en su falta de rigor y la inverosimitud la devora. Una peli resultona como una ficción que, bueno, sí, mayormente, "da el pego". Pero a la que cuesta tomar en serio, dado que en todo momento somos conscientes que se trata de un truco y no de magia.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
8,5 /10
Un fantástico guión, con escenas que exigen gran despliegue (en las escenas en los que intervienen muchos presidiarios, por ejemplo) e interpretaciones creíbles debido al perfil de los personajes que están interpretando. En éste campo actoral, el cast principal realiza su labor sin fisuras, no hay peros que poner a sus trabajos. Sobre todo, Luis Tosar brilla como Malamadre y su ya mítico acento y caracterización. No sé si le veré en papeles mejores que éste.
Otro punto positivo es que apenas hay tiempo para descansos. En casi todo el metraje, los sucesos se desencadenan como fichas de domino que van cayendo. Al llevar bien narrativamente el desarrollo, desde mi punto de vista, no llega a ser empalagoso.
El mensaje que quiere transmitir la película es quizás algo que ya se ha visto en otras cintas; aunque en esta ocasión lo lleva de una manera algo más original ya que retrata cruelmente a miembros de los que se ocupan de repartir orden y justicia.
Si en España se puede 'parir' películas de esta calidad es que no debemos tener mal personal, a pesar de que a veces pueda parecer lo contrario.
Gran trabajo de Tosar y de Daniel Monzón, la trama muy bien elaborada con una perfecta plasmación de la realidad carcelaria, ambiente y personajes muy logrados. 9/10.
Spoiler
7,5