'Destino final: Lazos de sangre' - Pánico a una muerte ridícula

Al grano: ¿qué cabe esperar de una película de la franquicia de 'Destino final'? Pues a grandes rasgos, lo mismo que viene a ofrecer 'Destino final: Lazos de sangre', una película juguetona, traviesa y bastante bestia por y para fans en la que la muerte siempre tiene la última palabra; en la que la muerte ni olvida, ni perdona. Qué sádica hija de puta.
Lo que más destaca de 'Destino final: Lazos de sangre', aparte de lo recurrente de la saga, es que parece evidente que sus directores, Zach Lipovsky y Adam B. Stein, son fans de las películas anteriores; y en especial, de un concepto con el que han crecido al igual que muchos de nosotros. No es un encargo, no es un trabajo; es un sangriento placer.
Lo que es 'Destino final: Lazos de sangre', un macabro y divertido placer muy negro. Una resurrección disfrutona y fresca que recupera esa sensación que Def Con Dos bautizó como "pánico a una muerte ridícula". Uno sale sugestionado del cine, pendiente (de nuevo) de esas "señales" que podrían estar alertándonos de una impactante muerte inminente.
Algo que habla por sí mismo de esta sexta entrega, beneficiada no sólo por los más de diez años transcurridos desde la anterior, sino también por la certeza de ir a lo que va de la misma manera que nosotros venimos a lo que venimos: A disfrutar de una película cachonda y autorreferencial que tiene muy claro su lugar y cometido en el mundo.
Y que no se trata tanto de sorprender, que también, como de confraternizar con el espectador. El cine, de alguna manera, sólo tiene sentido cuando hay alguien al otro lado de la pantalla con el que establecer alguna complicidad. 'Destino final: Lazos de sangre' no es tanto la reinvención que no necesita ser, como la aviesa conexión que debe ser.
Y tal vez la mejor entrega de la saga, si bien es lo de menos cuando hasta se puede disfrutar de la cuarta. Sea como fuere, y a diferencia de la de 'Scream' aun a pesar de compartir los mismos guionistas, 'Destino final: Lazos de sangre' es la oportuna y afortunada recuperación de una saga que satisface tanto como deja con ganas de más.
Parece mentira que hayan transcurrido tantos años desde 'Destino final 5'. No sabes cuánto la echabas de menos hasta que una nueva entrega te recuerda lo que una saga puede dar de sí. Al menos, cuando está hecha con este truculento cariño y mala leche que nos recuerda que la muerte siempre gana. Por eso hay que disfrutar mientras se pueda.
Comentarios