'La primera profecía' no es "un tren de la bruja" como por ejemplo pueden ser todas las películas del Universo Expediente Warren. Esto es, no es una sucesión de sustos más o menos gratuitos, más o menos (in)eficaces. Algo que supongo les pesará a los impacientes que, gracias a ese tipo de películas, tan resultonas en las distancias cortas y tan olvidables en las largas, están malacostumbrados a identificar el miedo con dichas barracas de feria.

No, 'La primera profecía' no es uno de estos recitales de sustos. O al menos no depende de ellos. Los tiene por supuesto, pero como auténtica película Y de terror plantea algo más que una moderada y medida sucesión de jump scares. Y es que dedica su tiempo a elaborar una atmósfera y a construir un trasfondo dramático a través de cada revelación. Que quizá no sean muy sorprendentes, pero que la respaldan como algo atractivo. 

Y algo bastante intrigante, por cuanto al menos en apariencia, mayormente, transcurre por un derrotero diferente al habitual. Algo hay de 'Servant', aunque sólo sea por la presencia de Nell Tiger Free; aunque sobre todo hay algo de 'La profecía' original, a la que remite apelando a un tipo de cine de terror más resposado, atmosférico y no por casualidad, setentero. Puede que no de una manera rotunda o concluyente, pero sí estimulante.

Y bastante excitante y sugerente. Por más que, salvo en algunos momentos concretos, diste de ser una obra redonda y realmente incómoda, impactante o turbadora, sí resulta siempre muy apreciable. Primero, por alejarse del canon del cine de terror más efectista, simplista y barriobajero; y segundo, por respetar la memoria, esencia y legado de un original al que reverencia dentro de la propia naturaleza genérica que le dio a luz en su momento.

En este punto no puedo sino acordarme de películas (incomprendidas por el gran público) como 'The Empty Man' que juegan en esa otra liga del cine de terror y suspense algo más desafiante, algo más valiente y algo más emprendedor en el que tienen cabida algo más que los sustos y las imágenes potentes, por el mero hecho de ser potentes. O desagradables. Esto es, cine con fundamento y no sólo ruido. Algo más que simple ruido.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex