Estudio el tiempo, ya sabes, eso que hace que no pasen todas las cosas a la vez.

Si mezclas el puré de patatas con el tomate verás que ya es para siempre, no puedes volver a separarlos. El humo que sale del cigarro de papá nunca vuelve a entrar. No podemos volver atrás. Por eso es difícil elegir. Tienes que tomar la elección correcta. Mientras no escojas todo es posible, una posibilidad.

Y así nos sumergimos en un océano de dudas. Nos damos cuenta que somos ese niño que siempre corre detrás de los trenes. Cada tren es una posibilidad, una oportunidad diferente. Puede que no sea como el aleteo de esa famosa mariposa capaz de desatar una tempestad al otro lado del mundo.

Pero es parecido. Porque cambiará, al menos, toda una vida. La tuya.

Y ahí nos encontramos, rodeados de vías de tren, sin saber exactamente a cuál de ellos nos deberíamos de subir. Y en ese preciso momento, nos imaginamos nuestra vida dependiendo del tren (o la opción) que cojamos. Y en ese preciso momento, sentimos miedo de no escoger la opción más oportuna.

Miedo de no escoger la correcta. ¿Qué pasa si me equivoco? ¿y si la opción que elijo no es la mejor opción, o no es la que debería de haber elegido? Una vez que elijamos un tren, no hay vuelta atrás. Mientras no escojas una opción, todo es una posibilidad. Mientras no escojas, todas estas vidas son posibles.

Cada una de esas vidas es verdadera. Cada camino es, o podría ser el camino verdadero. Todo podría haber sido, y habría tenido también sentido. Nuestra vida puede cambiar en un solo segundo, ahogarnos en ese mar de dudas depende de nosotros; de si queremos hundirnos o seguir nadando.

Y mientras no escojamos (o tengamos que escojer), todo (y nada) es posible.

Es lo que plantea Jaco Van Dormael en 'Las vidas posibles de Mr. Nobody'. Ese instante, ese momento en pausa durante dos horas (y pico). Todo y nada. Podemos elegir nuestro camino, intentar crear nuestro destino; luchar paso a paso, decisión a decisión por lo que queremos para nosotros mismos.

El cineasta belga nos lo transmite a través de poderosas imágenes que son mucho más que imágenes: Es vida. "Las vidas posibles de Mr. Nobody", una persona con la que nos identificamos porque todos alguna vez nos hemos sentido como Mr. Nobody. Todo, y nada a la vez es posible. El tiempo dirá.

'Las vidas posibles de Mr. Nobody' es una hermosa y atrevida pirueta narrativa y audiovisual que nos invita a perdernos por el espacio, el tiempo, la vida y nuestra propia cabeza. Todo a la vez... en todas partes. Ambiciosa y complicada; vistosa e intimidante; virtuosa y pretenciosa; ingeniosa y confusa...

En resumen, una estimulante y fascinante rareza (de culto instantáneo).

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex