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Capítulo IV: Matando moscas a cañonazos

Vía Festival de Cine Español de Málaga por 20 de abril de 2015

Como pintar con spray una miniatura de Warhammer. O para el caso, el más popularmente conocido como matar moscas a cañonazos. Así de burda, y así de tosca resulta 'Tiempo sin aire', insípida mezcolanza entre drama y thriller de trazo tan grueso que a punto está de borrar del diccionario la definición de "sutileza".

Como si fuera un primer montaje a lo bruto, así, sin pulir de un inocuo filme de relleno para las sobremesas de los domingos en cualquier canal regional con escaso, poco o ningún parecido con 'Agallas', el primer y muy reivindicable filme del dúo Samuel Martín Mateos y Andrés Luque Pérez.

De claro cariz comercial y con el pecho descubierto hacia la audiencia, la cinta se desequilibra y sucumbe ante su propia evidencia sin embalajes que cercena el beneficio de una duda que no tiene lugar. Incluso, hasta el punto de caer en la caricatura y el desprecio moral hacia las causas que presumiblemente defiende, especialmente a través de un personaje como el de Carmelo Gómez completamente desdibujado.

Algo mejor resulta el segundo a #LittleSecretFilm que se nos cuela por ahí como quién no quiere la cosa, 'Todo el mundo lo sabe'. Y al igual que 'Todos tus secretos', proyectada el otro día, y prácticamente al igual que casi todos los filmes suscritos a dicho movimiento dogmático, despierta una curiosidad inicial que progresivamente va desapareciendo en favor de la indiferencia con la que concluye.

Más cercano a una demo con el que vender un proyecto que un proyecto terminado en sí mismo, tanto su monotonía narrativa como su parquedad de recursos ahogan cualquier emoción positiva o negativa. No molesta, no duele, no emociona. Y dura muy poco como para que nos ofenda, si bien es precisamente esta corta duración lo que a su vez multiplica la sensación de irrelevancia hasta el infinito... y más allá.

Para cerrar la jornada el 'El camino más largo para volver a casa', la ópera prima de Sergi Pérez que multiplica el nivel de pretenciosidad habitual de la Escac. A diferencia de 'Mirabiris' existe en ella un propósito creativo, si bien acaba igualmente convertido en un tedioso y pesadísimo despropósito intelectualoide con un mínimo de estilo y demasiado amor propio.

Continuará...

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


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