Sandro es un maestro de cuarenta y tantos años y todavía vive con sus padres, quienes constantemente se entrometen en su vida privada. Muestra poco interés en las citas a ciegas que su amigo Iva organiza para ambos. En una salida al Mar Negro, que se enamora de la peluquera Manana, pero cuando su marido Tengo sale de la cárcel antes de lo previsto, la aventura romántica de Sandro adquiere dimensiones absurdas. Se verá atrapado en varios conflictos familiares salvajes y se sentirá obligado a mudarse con Natia, embarazada de Tengo, en caso de los padres de ésta.