Capítulo II: Las deudas son sagradas
Las deudas son sagradas. Y las deudas hay que pagarlas. Siempre, de una u otra manera. Las deudas son el recurso más básico con el que poner a prueba la moral de cualquier persona. Y las más valiosas son las verdaderamente personales en las que no media el dinero, las de hoy por ti y mañana por mí. Y de eso va el día de hoy, de la deuda contraída por ejemplo...