'Dos buenos tipos' - Bang bang... kiss, kiss
En 2005 el hasta entonces guionista Shane Black debutó como director con 'Kiss Kiss, Bang Bang'. Habían pasado bastantes años desde que firmase los guiones de 'Arma letal', 'El último Boy Scout', 'El último gran héroe' o 'Memoria letal', los suficientes como para que también en aquel entonces dichas películas pareciesen "tan antiguas" como para pertenecer "a otra época" que muchos o habían olvidado o ni conocían. Daba igual, que era igual: Black reincidía en el modelo de "buddy movie" que le ha labrado tan buen nombre... y no por falta precisamente de costumbre.
'Kiss Kiss, Bang Bang' pasó bastante desapercibida entre el público y su recaudación apenas si dio para pipas, quizá porque aún faltaban tres años para que la sociedad descubriese a Robert Downey Jr. como estrella de cine. Y sabéis que, casi mejor: Lo inadvertido siempre acerca una película a sus simpatizantes... entre los que me incluyo, por supuesto. La clave de su éxito, el por qué once años después su leyenda no ha hecho sino crecer en lugar de ser olvidada, reside en su autenticidad. Shane Black no es un fan rindiendo homenaje al cine con el que se crió, sino que forma parte de ese cine.
En cierto sentido, y como se puede comprobar en 'Dos buenos tipos', Black es un "dinosaurio" fiel a su ideario, y como sucedió en su incursión en el universo Marvel, su instinto natural es reincidir en el concepto ochentero de la buddy movie; esto es, el concepto de la "película de colegas" sin miedo a la R(estricted). Y su gracia precisamente sigue estando allí porque, al igual que ocurre con otros cineastas de gustos tan definidos, no sería Shane Black de no reincidir en aquello por lo que a la mayoría nos gusta reconocerle (como también pasa con el futuro remake de 'Depredador'...).
El problema, como ocurre con 'Dos buenos tipos', estriba en la coincidencia entre las expectativas del espectador y del cineasta: 'Dos buenos tipos' viene a ser, prácticamente, la película que cabía esperar que fuera. Esto es, tiene un cariz bastante bueno que sin embargo no podemos dejar de teñir con un muy, muy relativo sabor agridulce... porque, precisamente, es lo que cabía esperar que fuera. Es lo que esperas, y por lo tanto no te sorprende. ¿Contradictorio? Ni si ni no: se disfruta, y bastante, pero no más que en la medida que esperamos disfrutarla de antemano.
En estos casos, por supuesto, siempre debemos plantearnos hasta qué punto es injusta esta sensación, capaz de convertir un potencial fiestón anual en el plan de un fin de semana como puede ser el de otro cualquiera. Como cuando un personaje a lo Jack Sparrow pasa de ser gracioso por inercia a estar obligado a serlo por decreto, 'Dos buenos tipos' desprende esa misma falta de naturalidad que acaba jugando en su contra por pura imposición. Ya no es y/o parece tan orgánica, tan genuina, tan auténtica, tan instintiva como nos pueda parecer, sin ir más lejos, 'Kiss Kiss, Bang Bang'.
O a lo mejor es que simplemente no logra sacarle el mismo partido que 'El último Boy Scout', para quién este suscribe la obra cumbre de las "buddy movies" de "aquella época" olvidada o desconocida (Tony Scott mediante). Quizá es que a 'Dos buenos tipos' -no confundir con 'Dos tipos duros'- se le ven demasiado las costuras de una "fórmula" que, si bien funciona, si bien sigue ofreciendo una sanísima distracción a prueba de correcciones políticas, se nos presenta tan al descubierto que evidencia que Black, en esta ocasión, no nos ha agarrado por lo huevos como en otras ocasiones.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Digamos interesante. Nota: 6,5.
Muy de acuerdo. Se encuentra entre la línea que separa el "ser graciosa" con el "hacerse la graciosa".
Shane Black ha tenido algunos trabajos que han causado controversia como 'Iron Man 3' (personalmente, me gustó cuando la vi en el momento del estreno, aunque entiendo que haya cosas que molesten) o 'Predator' (de esta sí que no entendí nada), pero no hay que olvidar que debutó como realizador con la notable 'Kiss Kiss Bang Bang' y suya es la autoría de guiones como los de 'Arma letal', 'El último gran héroe' o 'El último Boy Scout'. 'Dos buenos tipos' merece estar en ese salón de fama personal.
A través de un detective patán como Holland March (Ryan Gosling) y un matón como Jackson Healy (Russell Crowe), se abren las puertas del Los Ángeles de los años 70 donde hay asesinatos en la industria del porno y lo que parece obvio, en realidad no lo es tanto, como suelen pasar en los casos de investigación.
Podría ser un filme policíaco cualquiera, mas cuando pasa por el filtro de Shane Black es obvio que va a tener bastantes frases ingeniosas y humor, un humor del bueno en este caso. Hasta en las ocurrencias más tontas, como cuando March gritaba de forma afeminada o cuando descubre un cadáver y se queda sin aire para hablar, acierta. Por encima de todas pondría la secuencia del sueño en el coche, pináculo del humor en la película.
Durante buena parte del metraje hay comedia, ya sea más ingenioso o más simple, pero está introducido de una forma que no empalaga y hay espacio para conocer las interioridades de cada uno de los personajes principales y de que, irónicamente, quien lleva buena parte del caso es la hija de March, Holly, quien lleva los genes detectivescos de su padre sin ser un meme con patas. El triunvirato Russell Crowe/Ryan Gosling/Angourie Rice consiguen levantar solos la película, especialmente meritorio en el caso de la más joven, quien tiene un papel de hija más espabilada de lo que suele ser común y que recala en sitios inapropiados para una chica de su edad, si bien narrado de forma que dé hasta risa.
Cuando todas las piezas están en su sitio, a Shane Black no se le olvida dirigir, y si bien los fracasos que supusieron para su carrera 'Iron Man 3' y 'Predator', a veces supone un recordatorio de un cine con humor más gamberro y mostrando desnudos aún es posible entre la ola de puritanismo que recorre Hollywood. Y realizado con el nivel de filmes como este, desde luego que se agradece más todavía. Ya si hubiera hecho un largometraje sobre el Depredador en condiciones, estaría dando volteretas.
7