Buscador

Twitter Facebook RSS

'Noche en el museo: El secreto del faraón': Un, dos, tres... ¡Splash!

Vía El Séptimo Arte por 24 de diciembre de 2014

Hay una escena en 'Noche en el museo: El secreto del faraón' que la resume a la perfección: Ben Stiller y un cavernícola han sido encerrados en una especie de comedor para empleados; la puerta está cerrada con llave y no pueden salir... hasta que al cavernícola se le ocurre usar "la cabeza", toma carrerilla y enviste la puerta rompiendo el cristal con ¿qué si no?, la cabeza. Ni usa el hueso que lleva en las manos ni Stiller el linternón que siempre lleva consigo, ni cualquier otro utensilio que pueda encontrar en dicha sala (después de que Stiller, el "inteligente", la haya revuelto un poco, eh). Evidentemente es un gag, un chiste: usar "la cabeza". Lo dicho, viene a resumir perfectamente la esencia de 'Noche en el museo: El secreto del faraón'.

Y tres. Con ustedes una tercera entrega (que posiblemente nadie ha pedido) de 'Noche en el museo', una a ratos simpatiquilla franquicia que sustituye a la de 'Los padres de ella' como salvoconducto cinematográfico de Ben Stiller. ¿Qué apostamos? A riesgo de prejuzgar resulta sibilinamente evidente que Stiller ha hecho esta tercera entrega por pasta. Nada que objetar cuando la mayoría hacemos exactamente lo mismo para costearnos nuestras necesidades y, con suerte, también nuestros vicios. O al menos parte de ellos. Porque si bien es muy posible que para Stiller sea poco más que lo mismo que viene haciendo el fantasma de Bruce Willis en los últimos tiempos, coger el dinero y a correr, hay una diferencia entre ambos, la dignidad. La misma que tiene uno y parece que le falta al otro: Stiller no es de los que hacen cuatro, cinco o seis películas al año.

A decir verdad y por muy simpático que nos pueda parecer, tampoco es un actor brillante o un destacado director (aunque con 'La vida secreta de Walter Mitty' demostrase tener más mano que, no sé, Angelina Jolie...), pero sí es lo que cabe pedirle a todo trabajador por cuenta ajena, un auténtico profesional. Y así resulta este trámite llamado 'Noche en el museo: El secreto del faraón', una producción de corte familiar tan profesional y por ende aparentemente resultona como pueden ser los dos títulos que la preceden. Lo que cabía esperar y lo que cabe esperar, vaya, un estratégico relleno navideño que al igual que sus precedentes es, lisa y llanamente, una más a estrenar en televisión un sábado a las cuatro de la tarde. O traducido al lenguaje de los comunes, un allá usted mismo con su tiempo y su dinero, que este es un país aparentemente libre.

El concepto es el mismo, el potencial desperdiciado y su capacidad de sorpresa, también. Hablamos de una tercera parte (que posiblemente nadie ha pedido) y que genera dos respuestas posibles, o bien la condescendencia o bien el agotamiento de reencontrarse con unos mismos actores, siendo lo más probable un punto intermedio cuya indiferencia oscile según el momento, sin caer nunca ni en el aburrimiento ni en dejar de disfrutar de los ocasionales detalles (como el doble cameo sobre las tablas) que sufragan un desarrollo por lo demás convencional. Nada nuevo, nada fresco, pero tampoco nada ofensivo ni, llegado el caso, desdeñable si nos conformamos con la dignidad de una producción inofensiva, de relleno, en donde lo único realmente emocionante reside en la duda sobre si ese cavernícola mencionado en la introducción es en realidad Tom Cruise disfrazado...

Nota: 5,5

Por Juan Pairet Iglesias


< Anterior
Siguiente >

Comentarios

  • Avatar de jescri
    jescri 19 de Abril de 2015, 11:37:08 PM
    Ciertamente es más de lo mismo. Estoy de acuerdo con Wancho en casi todo, incluso en la nota. Tras el éxito en taquilla de las dos primeras entregas era inevitable una tercera. No era imprescindible, aunque tampoco se puede tachar de innecesaria. La trama sigue siendo simple, aunque apoyada por su ritmo y unos buenos efectos especiales sigue sirviendo como entretenimiento. Sí creo que en esta ocasión intenta mostrar algo más de corazón, algo digno de alabar. Por contra y al contrario de lo que ocurría por ejemplo en 'Paddington', vemos a una ciudad de Londres completamente desaprovechada, no sólo en lo referente a la ciudad sino también a nivel personajes (¿tenemos a Lancelot y...?.

    Pero sin duda el punto más fuerte de esta franquicia sigue siendo su capacidad para poder entretener a toda la familia, aunque llegados a este punto (ya tercera entrega), se necesita mucho más que unos buenos efectos especiales para ser una buena película.

    ¿Hay museos en Ibiza? Nota: 6.
  • Avatar de Sacri94
    Sacri94 20 de Abril de 2015, 09:17:28 AM
    Simpática, funciona de sobra como entretenimiento familiar sin caer en la vergüenza ajena, como suele pasar con estas películas. Tiene sus momentos, y se hace efímera de lo entretenida que es. Lo mejor es EL cameo. Para partirse.

    La dejaremos en un 5, aunque Ben Stiler nunca me ha gustado en estas películas. Parece amargado, como si no tuviera ganas de protagonizarla.