Mientras veía 'Ash' no podía dejar de pensar todo el rato en 'Mandy'; también, en 'Horizonte final', pero sobre todo en la película de Panos Cosmatos, y en cómo la de Flying Lotus se habría beneficiado de abrazar con vehemencia una apuesta tan radical como la de la protagonizada por Nicolas Cage.

De haberse dejado llevar, sin complejos ni miramientos por lo que no tendría por qué adoptar las maneras de una pobre película de serie B a mitad de camino de la fantasía espacial y el horror cósmico, que es lo que es 'Ash', una pobre película de serie B. O si lo prefieren, una fallida serie B.

Una vulgar y anodina película, en resumen; una más a despreciar como tantas otras y no una experiencia inolvidable como la de 'Mandy'. Expresionismo desquiciado y lisérgico más allá del bien y el mal que podría habernos dado algo a lo que agarrarnos, además de a una aguerrida Eiza González.

La esforzada labor de la actriz es lo que sostiene un filme que, sin embargo, no puede evitar caer, finalmente, en el despropósito; en especial, por lo dicho, su a la postre ridículo, estéril y estúpido empeño en comportarse como una torpe, sensacionalista y efectista película de serie Z mal acomplejada.