'Big Eyes' - Little Fish

Al igual que le sucede al propio personaje de Margaret Keane, 'Big Eyes' es una película discreta por falta de carácter antes que por falta de potencial. Tras unos años de excesos superfluos, Tim Burton cae justo en lo contrario, en un exceso de discreción y humildad, y se dedica simplemente a acompañar en vez de a realzar o a proyectar unos hechos que requerían de un trazo más grotesco y caricaturesco, convirtiendo así a su falsa heroína en un títere de un "basado en hechos reales" de sobremesa.
La propia historia y el entusiasmo de Christoph Waltz sostienen una película que además se confunde de tono, apostando por el drama solemne, sumamente contenido, flojo y tirando a soso en vez de por la sátira desbocada y descocada que tan sólo abraza al final, cuando ya es tarde para sentir algo. Algo llamativo estando Burton de por medio, pues la cinta por su naturaleza (y por la del propio cineasta) demandaba ser una cálida fábula satírica antes que un frío y distante drama con vocación de Oscar.
Algo menos cohibido, institucionalizado e incluso televisivo y más cercano al Burton de 'Eduardo Manostijeras' o 'Big Fish'. Sin embargo, 'Big Eyes' también se confunde de foco, siendo que el personaje de Walter Keane resulta, a nivel narrativo, mucho más estimulante que el de una Amy Adams a la que de hecho le cuesta dejarse notar. Y es que al igual que en la realidad, Adams y su personaje siempre están a la sombra del de Waltz, y del propio Waltz, quien se adueña con alegría de la función.
Burton no acierta a compensar dicho desnivel entre ambos, lo que genera un evidente desequilibrio en una narración por demás desnaturalizada, y en la que cuesta encontrar un rasgo de personalidad, ya sea de Burton, Danny Elfman o cualquier otro que pase por allí (a excepción de Waltz, claro está). Al final 'Big Eyes' trasmite la misma sensación agridulce que '¡El soplón!', otra gran película enterrada bajo otra película errónea y/o mal calibrada, aparente y vagamente convincente pero carente de alma, corazón y/o lo que sea que de nombre, fama, reconocimiento o repercusión.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Comparto lo de que rompe la dinámica. En cuanto a lo de tv-movie, ni los nombres la salvan en mi caso
Tim Burton es de esos cineastas que tiene un estilo propio, una personalidad y firma característica que hace que aparte de la calidad de las mismas, tenga fans que esperan con ganas cada una de sus obras. Repasando su filmografía, seguramente nos remontaríamos a sus inicios o al menos hace bastantes años atrás, para encontrar una cinta (o una racha de cintas) realmente aclamada o que haya tenido relevancia (dentro de lo discutible y subjetivo que puede ser esto). La que nos ocupa, me da la sensación que ha pasado sin pena ni gloria, no ha despertado muchos comentarios y no sé si la ha visto mucha gente. Quizá es de las pelis "menos Burton" que ha hecho, aunque sin duda, sin ser una maravilla ni realmente reseñable, de las mejores de los últimos años de su filmografía.
Y es que con el paso de las horas tras revisionarla, el "entusiasmo" baja, el film es irregular, pero aún así tiene cosas notables. Más allá de un apartado técnico que destaca por su fotografía, sus colores y su BSO, una gran pareja protagonista genialmente interpretada por Amy Adams y Christoph Waltz y una historia (al parecer real) muy interesante. Al igual que interesante es su acercamiento a la sociedad machista en general, la americana de décadas atrás en particular, con una mujer que no por ello queda libre de pecado ni te toda culpa. Le priva de ser algo más su mencionada irregularidad, con algunos tramos, a medida que avanzan los años, más interesantes que otros. Momentos de clímax que la elevan como obra (el momento supermercado dando paso a la canción de Lana del Rey es magnífico) y otros con aroma a telefilm que desaprovecha elementos y resuelve de forma fácil y simple. Pero aún así, gana en la balanza lo positivo a lo más olvidable y convencional, resultando un film entre bueno y notable.
Nota: 6'5
P.D. Privénse de caer en la trampa de los Kane, la mentira compulsiva es la verdadera pandemia de la actualidad y hay más gente así de la que parece, más cerca de lo que uno cree.
P.D. 2 Añadir, sobre la interpretación de Waltz...
Spoiler
Tampoco sé si la elección de Christoph Waltz como Walter Keane fue la más acertada. Está claro que es un grandísimo actor, pero no terminé de ver química entre él y la protagonista. En definitiva, un paseo excéntrico (no sé si lo suficiente teniendo en cuenta que hablamos de Tim Burton) y entretenido.
Una historia que contar. Nota: 6.