No acabo de decidirme como valorar esta 'Cómo entrenar a tu dragón 2': Por un lado me ha sorprendido el tono predominante, adulto y solemne, pero por el otro he echado de menos un toque más dicharachero y aventurero. Y es que la secuela de 'Cómo entrenar a tu dragón' tiende, por inercia, a ser un filme serio y maduro al que sin embargo, sobre la marcha, parece que reconducen y fuerzan a parecer alegre y ser para todos los públicos.

Y esta mezcla medio-medio no termina de cuajar; en gran medida por su tibieza, porque no entran a matar ni en lo uno ni en lo otro. No acaban de explotar su potencial dramático, mientras que buena parte de sus apuntes cómicos están metidos con calzador. Y por ahí algunos espectadores más jóvenes se pueden aburrir, mientras que algunos adultos pueden verse descolocados, siendo una producción menos familiar de lo que cabría esperar.

Algo que como adulto se lo agradezco, como se lo suelo agradecer a Pixar Animation Studios, si bien le falta una mayor naturalidad y fluidez a la hora de combinar el tono adulto y familiar, lo serio y lo distendido. Sirva la comparación entre los bienvenidos aportes del amigo del jefe y los de la melliza rubia, que sobran prácticamente todos. Y es que el guión y la propia película tendrían que haber sido revisados al menos una o dos veces más.

Muchos de los elementos de 'Cómo entrenar a tu dragón 2' se notan resueltos a la ligera, de forma gratuita y a correr. El "mal de las secuelas": Hay que golpear mientras el hierro está caliente. El villano por ejemplo, sin más motivación que la de ser "el villano", no genera ningún conflicto real, y sobre todo hacia el final hay detalles que minan su credibilidad como tal, tirando siempre por la vía fácil y obvia (como la de ese cazador convertido en héroe).

Por no mencionar que parecen seguir la acomodada teoría de Uwe Boll sobre los monstruos: El próximo será aún más grande que el anterior, y así, de por sí, dará más miedo. ¿A la siguiente, también hará falta un barco aún más grande? Cómodo, no necesariamente efectivo. Eso sí, su acabado técnico y su banda sonora, como en la primera, sí son de notable alto y están a la altura, y por sí mismos justifican la visita a una buena sala de cine.

De hecho, a pesar de la crítica que pueda hacerle, he de admitir que a diferencia del primer filme, 'Cómo entrenar a tu dragón 2' me ha llegado a sorprender como no suelen hacerlo las producciones de DreamWorks Animation. Tanto, que de no ser por ciertos detalles por pulir de su guión, un tanto molestos, incluso diría que viene a ser, a los puntos, prácticamente igual de buena que la primera (de la que recuerdo no soy un especial entusiasta).

No es la típica producción o secuela chorra de DreamWorks para seguir viviendo de ello. Se aprecia una voluntad y un interés que va más allá de lo comercial. Lástima que no le hayan sabido encontrar la medida, o no hayan querido (o no se hayan atrevido) llevarla más allá, porque me da que se han conformado con hacer un filme tal vez muy resultón, como el primero, cuando podía haber sido, dicho pronto y mal, como adultos, un filme cojonudo.

En cualquier caso, vista al menos en pantalla grande 'Cómo entrenar a tu dragón 2' es una película (casi) tan disfrutable como la primera con la que uno puede disfrutar (casi) tanto como la primera. Aún a pesar de sus imperfecciones e irregularidades, no deja de ser de lo mejor, o de lo más consistente, o de lo más sólido, o de lo más disfrutable que tiene DreamWorks Animation en su Currículum Vitae. Lo que tampoco es moco de dragón.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

'Cómo entrenar a tu dragón' - El arte de saber cómo reciclar