'García y García' no es lo que se dice una buena película, precisamente. Lo que no tendría por qué ser un problema de no ser porque tampoco es lo que se dice una divertida mala película. Ni de casualidad, ni por accidente.

Para entendernos, 'García y García' es la típica comedieta española sobreactuada y de trazo gruesísimo, poco inspirada y nada creíble que vive de situaciones y chistes que tienen mucho de rancio y de trasnochado. Pocas gracias llegan a tiempo y aún son menos las ocurrencias oportunas. Una de tantas que si hubieran ardido en aquellas hogueras de los nazis nadie se hubiera acordado de ella salvo si acaso, el que la ha echado al fuego.

Pronto queda claro que ofrece igual de poco como película que como comedia: Lo primero por claro desinterés, lo segundo por clara inoperancia. Y así van pasando los minutos, entre gracietas reiterativas y reincidentes, con pena y algo de vergüenza. Sin que Mota, Viyuela o cualquier otro que pase por ahí pueda lucirse ni hacer gran cosa por una producción que abusa de fórmula y no se lo pone de cara a nadie, mucho menos a ella misma.

El chiste cae solo: 'García y García' nunca levanta el vuelo, ni tan siquiera pilla pista. Una producción ramplona y simplona, en otra tontuna estereotipada y autocomplaciente que se siente como una patada en el orgullo patrio.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex