'Juego sucio' - Parker Wahlberg nunca pierde

Mark Wahlberg es uno de esos actores que parecen que han terminado siendo un género en sí mismos. Mark Wahlberg haciendo de Mark Wahlberg, ya esté haciendo de bueno o de malo... que a veces no hay mucha diferencia entre lo uno y lo otro.
Shane Black es un cineasta que ha mostrado de sobra su interés en un tipo de cine muy concreto. Un tipo de cine "de evasión" en el que Mark Wahlberg parece encajar a la perfección, siendo 'Juego sucio' el convincente cruce de caminos de uno y otro.
Aunque la palabra "convincente" no sea la más adecuada, porque 'Juego sucio' es una ficción que sólo pretende entretener, cosa que consigue, y no ser precisamente "realista". Como tampoco lo son sus obvios efectos digitales, los cuales no encajan mucho en una película que, oh, casualidad, recuerda a esas mismas comedias de acción con las que Shane Black se ha labrado un nombre. La vocación y la voluntad está clara: aquí se viene a disfrutar (en la medida de lo posible).
Y es cierto que 'Juego sucio' se disfruta (en la medida de lo posible), siendo una película muy entretenida y ágil, alegre y siempre en movimiento en la que en todo momento está pasando algo; también, una película algo enrevesada y confusa, con una sobredosis de personajes que parece que sólo están para que les peguen un tiro que de alguna manera no se siente del todo bien calibrada. Si Guy Ritchie a menudo se pasa de simpleza, Shane Black tal vez se complica demasiado.
Tal vez, es posible. También complicado, como lo es un personaje tan amoral como Parker, tan amigo de sus amigos como de pegarle un tiro a cualquiera. Violencia y acción gratuita y constante, ungida en diálogos irremediablemente jocosos, más no necesariamente divertidos. Pero a Black (y a Wahlberg y a sus amigos) le funciona (en la medida de lo posible). Por intimidación y acoso, siendo que 'Juego sucio' carece de la sencillez, franqueza y honestidad bien hiladas (sin CGI evidente) de sus mejores trabajos, ya sea como guionista o director.
Es lo que empaña a 'Juego sucio', una exagerada y rocambolesca película de ladrones, lealtades cambiantes y resolución de problemas a tiros que se la ha vestido como un excesivo blockbuster CGI. Uno que además, lo más relevante quizá, no asienta ninguna "pareja de colegas" que la vertebre. Se supone que lo son Wahlberg y Lakeith Stanfield, pero muy pocas veces se les deja serlo a lo largo de un relato con un fuerte factor coral (pero un claro protagonista) que se empeña en alejar el uno del otro. Y Rosa Salazar no cuenta como apaño.
Aunque lo sea, como lo son todos los personajes y elementos de la película, ya duren más o menos... una película, lo dicho, hinflada y sobreactuada, siempre en movimiento y en la que siempre está pasando algo. Poco creíble como una simulación del plano de la realidad que consideramos como el auténtico, pero que como ficción para ver tumbado en el sofá sin mediar mayor esfuerzo que darle a un botón, pues cumple con saña y alegría. Aunque carezca del encanto o la sutileza de los mejores trabajos, tanto de Black como de Parker Wahlberg.
Aunque la palabra "sutileza" no sea tampoco la más adecuada.