'La muerte de Stalin' - La historia es la que es
La noche del 2 de marzo de 1953 murió un hombre. Ese hombre era Josef Stalin, dictador, tirano, carnicero y Secretario General de la URSS. Y si juegas bien tus cartas, el puesto ahora puede ser tuyo. Basada en una historia real, 'La muerte de Stalin' es una divertidísima sátira sobre los días previos al funeral del padre de la nación. Dos jornadas de duras peleas por el poder absoluto a través de manipulaciones y traiciones (reza la sinopsis oficial).
La historia es la que es. Y Armando Iannucci también es quién es: El creador de 'The Thick of It' y 'Veep', así como el director y guionista de 'In the Loop'. Sátiras políticas tan absurdamente divertidas como a la vez, terriblemente creíbles. Porque como nos estamos cansando de comprobar en el día a día, si hay alguien que realmente pueda comportarse "como un puto crío" ese es un adulto ególatra y narcisista con sed, hambre y ansia de poder.
O en general, cualquiera que no tenga un buen día precisamente, o se encuentre en unas circunstancias en las que se trata o bien de sacar partido, o bien que te saquen del partido, en algunos casos, con los pies por delante. 'La muerte de Stalin' son un grupo de hombres adultos sobrepasando lo humanamente correcto, dentro de un régimen que ya de por sí sobrepasaba lo humanamente correcto, para sumirse en el más profundo disparate.
Todo un reto del que sale muy vivo Iannucci, capaz de hacer algo tan ligero en un contexto tan duro. De extraer la comedia del drama de la misma manera que hizo David Broncano con Alejandro Cao de Benós, el primer representante occidental de Corea del Norte. El arte de bromear pero, sobre todo, de bromear sin caer en la ofensa gratuita ni en el mal gusto de la provocación. Sólo un relato con un fondo muy oscuro contado de manera muy alegre.
Lo que se viene a llamar una "comedia negra", muy negra que aunque algo inconsistente tanto en su ritmo como en su narración -la historia sigue siendo la que es-, ofrece todo aquello que ha hecho grande a un británico como Iannucci (especialmente si uno tiene fino el oído para el inglés): Una divertidísima sátira política de aires teatrales, con diálogos muy afilados y un endiablado sentido de la generosidad que provoca que todos los presentes brillen.
La historia es la que es, Armando Iannucci también es quién es: 'La muerte de Stalin' es lo que cabe esperar, y lo que cabe de agradecer que sea. El drama y la comedia se entremezclan, como algo intrínseco el uno del otro. Un disparate real y tan creíble como que Donald Trump sea presidente de los Estados Unidos, esa gran nación. Porque da igual lo mucho que crezcamos, que en esencia seguiremos siendo un puñado de críos jugando a (sobre)vivir.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
6.5/10