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'Poltergeist' - Eficiencia energética

Vía El Séptimo Arte por 21 de mayo de 2015
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Entiendo perfectamente el por qué del remake de 'Poltergeist', uno de tantos clásicos ochenteros que han marcado a la generación de los que, ahora, se supone, más están tirando del país. Me imagino, es posible, que la idea de hacer un remake surgiera de la manera más sencilla posible: Volviendo a ver el filme 20 años después. Porque por muy mala fama que puedan tener, un remake no puede ser sino una consecuencia lógica... como un remake no tiene por qué ser una cosa mala, como mismamente demuestra que al reverenciado 'Poltergeist' de los 80 se le puede considerar un remake del capítulo "Little Girl Lost" de la televisiva 'En los límites de la realidad'. Pero claro, eran otros tiempos "que ya no están aquí".

Es de suponer que el respeto que le podamos tener al original sea fundamental para calcular en qué medida podemos disfrutar o no de este remake. De hecho suele ser siempre un factor fundamental no exclusivo, siendo que el principal enemigo al que ha de enfrentarse un remake es al recuerdo del original. O mejor dicho, al recuerdo de al que se supone que "remakea" dado que, en nuestro desconocimiento, obviamos muchas veces que dichos originales no tienen por qué serlos (siendo los casos más gráficos 'La cosa' o 'El precio del poder' también de principios de los 80). 'Poltergeist' en realidad tampoco era un "original", o no al menos tan "original", aunque a decir verdad sea algo que importe poco.

Decía "al recuerdo del original". Precisamente y por no "vivir del recuerdo" cometí el error de volver a ver el filme que, bajo el seudónimo de Tobe Hooper, dicen que dirigió Steven Spielberg en 1982. Adiós al clásico, hola al remake: casi todo respeto que creía se merecía se encontró de bruces con "los límites de la realidad", que los 30 años y pico que han pasado desde entonces, a diferencia de a por ejemplo 'Al final de la escalera', de 1980, no le han sentado precisamente bien. ¿Y esto era lo que en su momento tanto llamó la atención? ¿O puede que simplemente fuera... su momento? Que nadie le quite lo bailado, que ese recuerdo ochentero seguirá ahí. Pero por lo demás...

... perdido el inmerecido respeto hacia el original (siempre hablando en términos cinematográficos), el remake se convierte en una buena alternativa. En especial para el público del siglo XXI, ese que no tiene por qué haber visto el filme de 1982. Sólo hay una cosa en la que, hablando en términos prácticos, no supere a su referente, y es en su encanto ochentero. Directamente, es posible que este nuevo 'Poltergeist' no tenga ni adquiera con el tiempo encanto alguno; es posible que tampoco lo merezca como sí lo merece el debut de Gil Kenan, 'Monster House', una reinterpretación animada del encanto Amblin apadrinado curiosamente por el propio Spielberg (cuyo nombre en un póster hace milagros).

O puede que sea que Kenan, cultivado como persona en aquellos años, sea un digno sucesor de aquel tipo de cine. "Totó, me parece que ya no estamos en Kansas", ni me parece que esto sean los 80. Esta nueva 'Poltergeist' es, como todas, hija de su tiempo. A saber qué pensaremos dentro de 30 años sobre ella, si es que dentro de tanto tiempo somos capaces de seguir pensando algo. Amor, tanto por parte de los cineastas como por parte del espectador, más bien poco; pero oficio mucho. Y sobre todo la suficiente habilidad y solvencia como para superar, a los puntos, a un referente de los 80 del que antes que un remake, actualización o modernización es una inteligente re-interpretación.

¿Quiere decir entonces que da miedo? Al igual que el original, pues no. Lo que no quita para que dentro del llamado "cine de terror" moderno estemos ante un título resultón, agilísimo y de una eficiencia energética inmaculada. Sin excesos, 90 minutos y que sabe ser lo que es sin mear fuera del tiesto. Una re-lectura que funciona dignamente como ente particular y como producción de Sam Raimi (cuyo nombre en un póster no hace milagros); pero sobre todo, como homenaje a un clásico al que le da una vuelta sin ponerle patas arriba (ni de vuelta y media). Quizá no sea una "gran" película... pero es que quizá el original tampoco lo fuera. Quizá, simplemente, que nos pillo en una época en la que la televisión era nuestra mejor amiga.


Nota: 6.5

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

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