La ópera prima de Zoljargal Purevdash trata de un adolescente del distrito de yurts, dónde viven el 60% de los habitantes de Ulán Bator, no hay sistemas de calefacción ni infraestructura, y se quema carbón para sobrevivir al invierno brutal de -35 °C. Por algo dicen que es la capital más contaminada del mundo.

Ulzii es pobre pero orgulloso, sueña con un futuro brillante y está decidido a ganar un concurso de física para conseguir una beca. Pero está profundamente afectado por su situación familiar, con una madre alcohólica y analfabeta que encuentra un trabajo en el campo y le deja con sus hermanos en pleno invierno.

Un duro y largo invierno durante el que "si pudiéramos hibernar (hasta que todo pase)", en una de esas no tan pequeñas películas que de forma transparente "parecen" capturar un pedazo de realidad. De forma transparente, también sencilla, cotidiana y natural; donde todo fluye, con lisa y llana delicadeza. 

La debida para exponer la realidad, sin mayor filtro aparente que el del pulcro y frío invierno mongol manchado por el humo del carbón que cubre como un manto esta "no ficción", no obstante amable y esperanzadora. Al fin y al cabo, Purevdash se ha inspirado en la historia que la ha convertido en cineasta...

.. y que ha dado pie a 'Si yo pudiera hibernar', una película sólida, sobria y convincente que si bien puede que cueste querer, cuesta aún más no respetar; más que nada, por la suma educación y benevolencia con la que "parece" capturar un pedazo de realidad en lugar de sumergirse (y atizarnos) con ella.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex