Ben, un preadolescente con ansiedad social, intenta desesperadamente adaptarse a las dinámicas jerárquicas de un campamento de waterpolo. Para ello en público ignora al marginado del grupo, acosado por una enfermedad cutánea, pero en secreto no puede evitar preocuparse por él.

'The Plague', la ópera prima de Charlie Polinger, no es lo que se dice una película sutil. Pocas lo son en realidad, siendo una amplia mayoría a las que les podría sentar muy bien, al menos, cuanto menos, intentar aparentar serlo. La ópera prima de Charlie Polinger es una de estas películas, algo que acaba marcando su ya de por sí reducido y telegrafiado alcance y/o impacto.

Polinger coquetea con el bullying, el coming-of-age, el horror corporal o el drama psicológico en esta película sustentada en la convincente naturalidad de su joven reparto que nunca le pierde la cara, ni al partido ni a su realismo aparente. Es creíble y plausible, sí. Pero a su vez no resulta particularmente novedosa. Es sólida y firme, pero no especialmente perspicaz.

Esto es, 'The Plague' es una buena película que sin embargo carece de algún elemento diferencial por el que merezca la pena fijar su recuerdo, toda vez que es la consecuencia lógica un planteamiento perfectamente resumido en su sinopsis. No se puede decir que sorprenda, tampoco que decepcione. Es lo que es con buena letra, lo que se espera que sea sin mayor alegría.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex