'El desafío: Frost contra Nixon' - El cuarto poder

Pocos años después de dimitir avergonzado de su cargo de Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon decidió romper su silencio y conceder una serie de entrevistas al presentador televisivo David Frost. Lo que empezó como una simple estrategia por parte del showman británico para acaparar altas cuotas de audiencia, se acabó confirmando como la última oportunidad del ex-presidente para lavar su imagen, así como -en contraposición- una ocasión de oro para que Nixon confesara toda la verdad sobre el caso Watergate.
Ron Howard es un director que raramente deja frío. No hay más que ver la lista sus títulos para darse cuenta que es un experto manipulador de sentimientos. En el buen sentido (en la mayoría de veces consigue llegar al corazón del espectador) y en el malo (suele tocar la fibra sensible con recursos claramente efectistas, e incluso tergiversando la realidad, como ya sucediera con 'Una mente maravillosa'). Lo que no se le ha reconocido tanto es su tremenda capacidad para contar historias. Sin llegar a ser un genio, hay que reconocerle el mérito de saber realizar filmes tan fácilmente digeribles. Un cineasta podría decirse de la vieja escuela, que sea cual sea el producto que nos presenta, se esmera siempre en garantizar un mínimo de calidad.
Véase la última película seria que dirigió hasta ahora, 'Cinderella Man. El hombre que no se dejó tumbar'. Al biopic del boxeador James J. Braddock podía reprochársele cierto sentimentalismo barato, pero a pesar de todo conseguía triunfar gracias a una impecable factura técnica y al auténtico tour de force que significaban los combates pugilísticos. Es interesante tener en mente esta cinta para entender 'El desafío: Frost contra Nixon', pues éste es en esencia un apasionante cara a cara que sustituye el cuadrilátero por una casa convertida en plató de televisión. En él se va a dar una contienda épica. En una esquina se sitúa un veterano y frío maestro de la retórica, con el objetivo de dejar correr los segundos hasta oír el sonido de la campana, para acabar llevándose así el duelo por puntos. En la otra esquina el inexperto pero aguerrido debutante, que a sabiendas de que el tiempo juega en su contra, busca desesperadamente el golpe definitivo para noquear a su adversario.
Basada en la obra teatral escrita por Peter Morgan, 'El desafío: Frost contra Nixon' hace gala de una gran agilidad para el diálogo. Bromas agudas e intensísimos intercambios verbales se mezclan con una puesta en escena marca de la casa. Como no podía ser de otra forma, Ron Howard lleva perfectamente el tempo: Calmado en los preliminares y tenso durante las entrevistas. Lástima que le faltara tiempo para ahondar más en los incontables obstáculos que tuvo que afrontar el equipo de periodistas comandado por David Frost para poder realizar esa hazaña, pero al final es una carencia que queda holgadamente compensada por el espectáculo que supone ver a dos personas dejándose la piel por sus ideales.
Durante las entrevistas suena música de fondo, se combinan primeros planos con enfoques más generales y la cámara hace movimientos bruscos pero elegantes para aumentar la violencia implícita en este proceso para sacar a la luz la verdad. Pura pirotecnia; pura frivolidad que se traduce en un acierto rotundo por parte de Howard. Y es que 'El desafío: Frost contra Nixon' es un documento que gana valor en parte por describir de forma indirecta e impecable cómo ve el pueblo americano a los líderes de su nación. Es una radiografía de los mecanismos de una sociedad que ha visto siempre la política como un término sinónimo de su tan apreciado "showtime".
Es a la vez un combate dialogado emocionante, en el que se cruzan no pocos intereses. Por parte de Nixon volverse a ganar la simpatía de sus compatriotas. Por parte de Frost relanzar su carrera televisiva, que en aquel entonces agonizaba. Por parte del equipo Renton / Zelnick juzgar públicamente a la persona que había cometido el crimen político más grave en la historia de los Estados Unidos. Y ahí recae el verdadero mensaje de la obra. Si hace tres años, George Clooney defendía en 'Buenas noches y buena suerte' el papel de la pequeña pantalla para incidir en la política y en la sociedad, en la misma línea se sitúa 'El desafío: Frost contra Nixon', una película que debe ser contextualizada para poder apreciar todo su esplendor. Nos centramos pues en uno de los personajes clave para entender la historia del gran gigante del siglo XX. Un hombre que a pesar de demostrarse su papel central en una de las mayores estafas políticas jamás perpetuadas, fue indultado por el presidente Gerald Ford.
Los pensadores ilustrados del siglo XVIII crearon el sistema aparentemente perfecto de la separación de poderes del Estado. Un marco teórico que se apoyaba en tres pilares: El poder legislativo, el ejecutivo y el judicial. Debido su supuesta independencia, nada ni nadie podría escapar de ellos. Hipotéticamente hablando, ya que doscientos años después uno de los hombres más importantes del planeta conseguiría burlarlos a todos. Ante este flagrante malfuncionamiento del sistema, salió al rescate un cuarto poder que hasta entonces estaba en la sombra: Los medios de comunicación. No en vano nos encontramos en la época donde la información es el bien más preciado. La televisión, esta "caja tonta" gobernada por los caprichos de la estética, la audiencia y los sponsors, vista no obstante como la más potente fuente de denuncia que se pueda imaginar.
Un mensaje valiente para una película espectacular y apasionante, que sorprende por su solidez y por sus brillantes interpretaciones. Michael Sheen demuestra una vez más que es un valor seguro y Frank Langella está inconmensurable. El acercamiento que hace a una de las personalidades más importantes de la historia contemporánea es impecable. Consigue despertar odio, simpatía, terror e incluso lástima. El abrumador peso de la culpa y la soledad se ven reflejados en las torpes gesticulaciones y en los incongruentes pero geniales monólogos (la conversación telefónica antes de la última entrevista pone los pelos de punta) de un político a caballo entre la genialidad y el más desgarrador patetismo. Lo mismo le pasa a la cinta, prueba evidente de que ha calado perfectamente no sólo la figura de Richard Nixon, sino también el complejo mundo del periodismo y los mass media.
Nota: 8 / 10
por Víctor Esquirol Molinas
@VctorEsquirol
Las interpretaciones, geniales. Quizás había puntos en los que el ritmo de narración del film decaía, pero en general mantiene la calidad.
Nota: 7'5/10
Para mi la película tiene dos caras...
Si lo analizas como película sin más, fijándote en las actuaciones y que con el material que tenían, tan usado a estas alturas lo que han hecho, quedas muy satisfecho. El duelo interpretativo es genial y también así los diálogos entre protagonistas. Al igual que es genial y apasionante el transcurso de la historia, el curro que se pegan los encargados de ayudar a Frost con la entrevista, los bajones de estos y del mismo Frost por los obstáculos encontrados y todo lo que tuvo que luchar.
Pero si lo miras como entrevista histórica de la que sentirse orgulloso y tener la satisfacción de obtener lo deseado yo he quedado algo descontento, pese a la alegría de los protagonistas por el resultado obtenido. Pese a ser un hecho histórico tan conocido yo para ser sincero no tenía mucha idea de lo que era el WaterGate y sigo sin tenerla de los pequeños detalles históricos y que se de más importancia a ese suceso de espionaje y corrupción antes que a las muertes de Vietnam, pacifistas apaleados en manifestaciones, ect... me decepciona. Me parece una especie de entrevista a Julián Muñoz a lo grande, peleándose por la carnaza de conseguir una confesión, un llanto, una petición de perdón, en resumen, un circo mediático. Sin entrar en mi opinión de que a mayoría de los políticos son corruptos y chanchulleros y que siempre pillan a los más tontos o los que rompen muchos sacos con la avaricia, le película me ha trasladado una sensación de querer quitarlo clavos de la cruz de Nixon, de que hasta por momentos te pongas en su piel como ser humano y hasta como viejo enfermo alejado de la seguridad y la cara pública despiadada y lo compadezcas.
De todos modos, si los hechos contados sucedieron así pues mira, así fueron y como decía en el análisis positivo está muy bien contado y con unas grandes interpretaciones sobretodo de los dos protagonistas y convirtiendo un debate político que se podía presuponer somnífero en muy entretenido y hasta apasionante.
Valorando unas cosas y otras y pese a que seguro que si lo sigo meditando algo cambiaría en la nota (y cuando salga en dvd seguro que la vuelvo a ver e igual también la variaria), le voy a dar un 6.5 al alza.
Spoiler
Lo que chirría del metraje es el estilo documental utilizando a los actores como auténticos entrevistados, supongo que si hubieran utilizado a las personas reales la película hubiera tomado un estilo perjudicial. Si hubieran eliminado esas secuencias del metraje, quizá no existiría mucha diferencia.
No esta mal esta película aunque no me ha entusiasmado.
Pero ahora se nos destapa con esta película intensa, bien llevada, interesante, comprometida con los valores más liberales y democráticos de los Estados Unidos, muy entretenida y con un guión estupendo en el que el duelo entre el periodista británico Frost y el ex presidente Nixon resulta apasionante; parece desigual al principio, pero la tenacidad y la convicción del periodista lo salvará de una quema que parecía inevitable... con los lobos te puede pasar eso si no tienes las armas adecuadas para combatirlos.
8.20 / 10